jueves, 28 de abril de 2011

Pablo

El próximo día 29, es decir, mañana, en Libertad,8, a las 19.00 horas presentamos el libro homenaje a Pablo Guerrero. Estaremos, además del propio Pablo,  Antonio Marín Albalate, que ha hecho posible la aparición de este libro y Ricardo y Manuel González Mestre, editores cordobeses que, en estos tiempos difíciles están apostando por la edición de unos libros interesantísimos. Os animo a que visiteis su web Editorial El Páramo
Es un libro donde un montón de gente que queremos y creemos en Pablo, nuestro querido pablo, hemos escrito sobre él, sobre lo que significa para nosotros y para varias generaciones, su persona y su obra.

Poco puedo deci de Pablo que no se haya dicho. Es un hombre bueno, con esa tormenta de la genialidad en sus versos y en sus canciones. Cada vez que leo el retrato de Antonio Machado, me viene la figuar de Pablo al alma. Él es también el que conversa con "el hombre que siempre va conmigo", y tampoco nada nos debe y le debemos cuanto ha escrito. Como don Antonio, tal vez tenga el mismo aliño indumentario y pague con su dignidad el pan que lo alimenta y el lecho donde yace. Y le encontraemos siempre ligero de equipaje, como los hijos de la mar y del campo.

Respetado y adorado por jóvenes y viejos, Pablo Guerrero es algo irrepetible. Se merece este homenaje. Se merece mil homenajes más. Todos salimos ganando con él. Merec la pena darse una vuelta por Libertad,8. Por cierto que Pablo Guererro acaba de recibir, merecidisimamente,  el premio de la música Manuel García Matos  por su disco Luz de tierra, concedido por el Ayuntamiento de Madrid.


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Salinero
Y otra noticia para mí muy querida. Ese mismo día, casi al lado, inaugura su exposición Jerónimo Salinero, poeta y artista plástico, amigo entrañable, hombre luchador, comprometido, que deja en sus lienzos toda la belleza de un mundo propio y, al mismo tiempo común, abierto, en unos trazos que se desgarran en el alma. Empapados de poesía.

Acercarse a su obra es acercarse a unos colores hechos música callada, plástica, hermosa y austera como su campo salmantino. Jerónimo es un sabio. Tan parecido a Pablo Guerrero en el corazón. De él y de su poesía he hablado en este blog. Ahora tenéis ocasión de disfrutar de ese estallido de belleza que son sus cuadros.

Tenéis tiempo para hacerlo. Estará en la calle Orfila, 3, desde el 29 de abril al 20 de mayo. No hay excusas.

miércoles, 27 de abril de 2011

Guantánamo

Tenéis nuevo artículo en  diarioabierto.es

 "Estremece leer lo que los papeles filtrados a Wikileaks dicen sobre Guantánamo. En resumen: que el país más poderoso del mundo, defensor de la democracia y guardián de Occidente, mantuvo y mantiene una prisión en Guantánamo al margen de cualquier legalidad, aplicando torturas y despreciando los derechos humanos. Gentes sin derecho a la defensa, encarcelados sin juicio, sin pruebas".

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lunes, 25 de abril de 2011

Siempre tú

Siempre amé como si fuera la única y primera
vez. Fueron amores colgados de los dedos,
los de los huesos deshechos y los labios
en carne y sangre viva. Nunca quise
amores de una noche, pasión loca
que destruye el corazón y el cuerpo, cuando viene
el sexo como un pájaro asustado
y rompe nido y nervios y futuro.

A todas amé siempre con el ansia
de convertir en mármol las paredes
tan frágiles del beso. He buscado el amor
en la piel de los días, también en ese tibio
refugio de las horas que es un cuerpo.
Y en el hueco de todas las palabras pronunciadas,
en todos los silencios que quedaban
entre el roce del sexo y el jadeo
que hay después de morir en unos brazos.

Me pregunto esta noche si ha quedado
algún rastro de ti entre los recuerdos
de nombres que confundo y que repito
inevitablemente cuando amo,
cuando levanto muros que me salven
del miedo y la nostalgia.

Ah, cuánto amor perdido viene ahora
a decirme que estás ya tan lejana
como el fuego que fuimos en el lecho prestado.
De todas y de ellas aún me queda
la única certeza de saberte
distinta, mujer nueva, vieja amante,
carne abierta que siempre será mía.
Y me duermo en tu pecho. Ya no tengo
más que esta soledad de recordarte.

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lunes, 18 de abril de 2011

Las uvas de septiembre

Hace mil años no sé qué hubiera dado
por comerte entera y sin pelarte
lo mismo que si fueras las uvas de septiembre.
No sé qué hubiera dado, niña tímida y frágil,
por sentir esos ojos  nublados del deseo
fijamente clavados en los labios del beso
o riendo después de haberte amado.

Hace mil años no sé qué hubiera sido
de nosotros, de tu cuerpo redondo,
cuando era la noche nuestro eterno refugio
y bebía yo del miedo de la carne y la sangre,
y el mundo era tan nuevo que el verbo no existía.
No viene de tu pecho la más pequeña brisa
que pueda removerme la pasión ya perdida.
Mas siento que me matan tus palabras, tu boca,
el pelo recogido, el sorbo apresurado,
la torpe timidez que adivino en tus manos,
en la cadencia tierna de tu voz al nombrarme.

Nada espero. Y ya nada me atrevo a proponerte.
Te miro silencioso. Observo cómo eres,
cuando, dulce y pequeña,
me besas de puntillas y me dices bajito:
“Te llamo cualquier día”. Y yo ruego a los dioses
más buenos y más justos
que jamás se produzca ese milagro.
Porque hace ya mil años que he dejado la vida
en el fondo de un vaso y no hay besos que puedan
devorar esas uvas de un septiembre imposible.

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lunes, 11 de abril de 2011

Ellos

Intentan controlarnos los besos y la vida,
cada respiración. Y quieren
decidir por nosotros, imponernos cómo hemos de vivir,
cada suspiro, las veces que he de amarte cada noche,
mis miedos y tus miedos, cada instante de sueños y vigilia.

Marcarnos los lugares donde habiten los cuerpos y el espacio
donde las almas huyen. Señalar  los que deben sufrir,
la enfermedad y las pasiones y en qué orden.

Ellos son, amor mío, los dioses más infames
que escriben el destino, vida y muerte,
esperanzas. Cada día se asoman,
temibles y burlones,
en las páginas de todos los periódicos,
dictan leyes y ordenan sin piedad. Se aparecen en todos
los anuncios del mundo. Sonríen satisfechos, visten trajes
cosidos con los nervios de los hombres vencidos.
Dibujan nuevos mapas con sangre y con la pólvora
de guerras preventivas.

Y sin embargo, muchacha, niña mía
jamás podrán,  por mucho que lo intenten,
vencer la fortaleza de tus labios,
parcelar esa piel donde me pierdo,
derribar las murallas de tu pecho.
Un besito tan solo de tu boca es más fuerte que todos 
los televisores de la tierra. 

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viernes, 8 de abril de 2011

No es la Europa de los ciudadanos

Os remito nuevo artículo para diarioabierto.es Comienza así:
"Nos vendieron que sería la Europa de los ciudadanos. La Europa de los derechos. La Europa solidaria y unida. Ni ha sido así. Es la Europa de los mercaderes, la Europa del capital, la Europa excluyente y egoísta."

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miércoles, 6 de abril de 2011

El libro de García Gil






Hace unos días presenté el libro de García Gil sobre Serrat. Os dejo el texto de mi intervención por si os interesa y porque merece la pena difundir este gran libro. Os dejo también el enlace con el blog de Luis Los oficios del diletante

Dicen –y en parte es verdad- que uno de nuestros pecados nacionales es el de la envidia. Yo creo que el peor pecado es el de la maledicencia, que tiene mucho que ver con la envidia. En todas las profesiones se perdona mal el triunfo de los otros. No os voy a hablar de la mía, la del periodismo, donde es fácilmente apreciable con sólo echar una ojeada a los periódicos o ver un ratito la tele. 

Sin embargo, -siempre hay casos raros- no es así en el mundo de los cantautores. En mis entrevistas y conversaciones con muchos de ellos (desde el añorado Labordeta a Pablo Guerrero o Patxi Andión), nunca he escuchado alguna maldad sobre los otros. Siempre se han tratado con cariño y respeto y generosidad. Generosidad y solidaridad de la que podría hablar Patxi Andión (incluso de la generosidad económica).

Y esa, salvo excepciones, ha sido una costumbre que han heredado los continuadores de la tradición de la canción de autor . No hay más que ver a Manuel Cuesta, Marwan, Moncho Otero, Alfonso del Valle, Jorge Castro para comprobar su generosidad y su respeto. Se avisan unos a otros de los locales nuevos, invitan a sus compañeros a compartir escenario. Comparten canciones y noches.

Viene todo esto a cuento porque al ir preparando estas palabras y buscar declaraciones sobre Serrat, anécdotas, chismes y cuanto me fuera útil, he de confesar que no he encontrado a nadie que haya dicho una mala palabra de él. Es verdad que hay alguna crítica primera por su empeña en cantar en castellano y catalán, pero no he apreciado esa maledicencia de la que hablaba antes.

La envidia que se puede apreciar en torno a Serrat es una envidia sana. Una envidia rayana con la admiración, o mezclada con la admiración. Lo dice alguien en estas páginas. ¿Quién no conoce a Serrat? ¿Quién no ha tarareado alguna de Serrat? Y lo cuenta José Ramón Pardo al hablar de la primera presentación de JM Serrat en Madrid, en el Lasalle. Sólo fue un periodista. Los demás fueron a ver a otro que con más luces y medios se presentaba en un teatro. De aquel nunca se supo. De Serrat se sigue sabiendo.

Dice José Ramón Pardo en uno de los prólogos que este libro no es una biografía. Y no lo es. Este libro es un estudio apasionado, certero, académico, de Serrat y de su obra.

(Me van a dejar que haga un paréntesis para decir algo que recoge Luis García Gil en la nota 132 de la página 127. Al analizar la canción de Curro el Palmo, y la estrofa:
“Ay mi amor, sin ti no entiendo el despertar,
Ay, mi amor, sin ti mi cama es ancha
Ay, mi amor, que me desvela la verdad
entre tu y yo la soledad
Y un manojito de escarcha”

Escribe Luis que José Ramón Pardo cree que ese manojito de escarcha es una metáfora de la masturbación por la soledad en la que vive el Palmo.

Lejos de mí corregir al maestro Pardo que hace, además una divertida lectura de la letra. Pero, sin negar que puede ser así y con su permiso, yo creo que es un cariñoso y certero homenaje a la canción de Homero Expósito con música de Héctor Stamponi, Quedémonos aquí. Y que dice:

¡Abre tu vida sin ventanas!
¡Mira lo lindo que está el río!
Se despierta la mañana y tengo ganas
de juntarte un ramillete de rocío.

Es innegable el paralelismo entre ese manojito de escarcha y ese ramillete de rocío. Ambas metáforas maravillosas. Y de todos es conocida la pasión que Joan Manuel siente por el tango. Podríamos buscar más paralelismos entre las letras de los tangos y las de Serrat: por citar uno, Barquitos de papel, igual título en Joan Manuel y en Expósito. )

Y cierro este largo paréntesis. Decía que Pardo afirma que éste no es un libro de la biografía de Serrat. Y en el otro prólogo Ismael Serrano asegura que un día se estudiarán en la universidad y en la escuela las canciones de Serrat y el libro de García Gil.

No es una valoración exagerada. Es verdad. Este es un libro, decía yo, culto, riguroso, académico. Aquí no se cuentan anécdotas divertidas. En estas páginas se estudia, verso a verso, a un poeta que canta. Se analizan sus letras, se explican sus razones, el sentimiento íntimo que le ha llevado a escribir lo que ya es un tópico llamar la banda sonora de tantas vidas.

Este libro ayuda a entender mejor las canciones de Serrat. Porque Luis ofrece una mirada mucho más profunda. Es la del admirador y el estudioso. Sorprende cuando lees este libro la enorme erudición de Luis. Su tremenda sabiduría, su capacidad de análisis y.. lo bien que escribe.

Porque este es un libro para disfrutar –te guste o no Serrat-. Es un libro que hace y analiza nuestra historia, la del alma. La de lo cotidiano. Es mi historia y tu historia.

Es un libro que nos narra las influencias de Joan Manuel Serrat en la nueva generación de cantautores. Quique González, Ismael Serrano, Pedro Guerra, Antonio de Pinto, Manuel Cuesta, Marwan... y tantos otros.

Y aquí, si me permiten –que seguro que sí- voy a hacer una disgresión. Serrat ha influido en los jóvenes cantautores. Y vuelvo al principio. Ha influido porque los cantautores “viejos” por llamarles algo, han sido generosos y buenos con sus herederos.

Está aquí sentado Patxi Andión. Por cierto, animo a escuchar su música, su último disco, para mí, un disco extraordinario, joven y maduro, acertado, emocionante. Ay, esa María en el corazón. Patxi Andión, Pablo Guerrero, Aute... han influido en estos jóvenes aportando ese aliento poético necesario en la canción de autor. Ese compromiso.

¿Puede alguien olvidar el machadiano El maestro, de Patxi? ¿O Tiene que llover, de Pablo? ¿O Sin tu latido, de Aute? No se puede olvidar porque ellos abrieron un camino que ahora siguen otros y que recogen lo más bello de la canción popular.

Yo veo siempre a los cantautores jóvenes hablando de Serrat, de Aute, de Sabina, de Pablo, cantando sus canciones. Se saben herederos y continuadotes de un género noble y sagrado: el de los trovadores.

Y veo, muchas veces, leo entrevistas en los que ellos “los viejos” hablan con admiración y cariño de los jóvenes que creen en ellos, que han continuado su obra. Eso es generosidad.

En fin. No quiero acabar estas palabras sin animaros a que leáis el libro. Que lo compréis. Estais comprando también  nuestra historia. La historia de un país. Comprais literatura. Para disfrutar.

Luis García Gil ha hecho un trabajo enciclopédico. Afortunadamente, como otros los hacen, como mi querido Fernando Lucini. Están rescatando y llevando al hombre de hoy la memoria musical, sentimental y social de un país, el esfuerzo  de un puñado de gente que, no siempre comprendida y en muchas ocasiones perseguida, nos han ayudado a vivir, a respirar en un país irrespirable.

Gracias a ellos. Gracias a ti, Luis, porque nos has traido el corazón y las razones de un hombre que ha hecho más por el conocimiento de un Machado, de un Hernández, de un León Felipe, que todos los días de colegio. Un hombre que ha hecho más por la normalización lingüística que todos los decretos de la Generalitat.

Gracias, Luis, y enhorabuena. Has hecho un trabajo magnífico. Y Gracias a Javier de Castro, un editor que sueña y cree en la misión de los editores. En estos tiempos de internet y de consumo fácil, es una alegría comprobar que queda gente capaz de arriesgar por una idea, por la calidad. Por la literatura y la memoria.

lunes, 4 de abril de 2011

Leyendo las páginas económicas

Me preocupan las cosas cotidianas. El instante
en que la tarde se para por un beso. Ese segundo
en el que un hombre encuentra la tristeza
agazapada entre cifras oficiales. O ese roce
de una piel que se somete a una caricia.

No sé de grandes cosas. Y hasta ignoro
lo que vale tu boca a precios de mercado.
Ni siquiera sería capaz de calcularte
en términos de euribor el porcentaje exacto
de mordiscos que me tocan esta noche.

Me parece, mi amor, que están las cosas
jodidamente mal. Así que ahora,
vencido y cautivado por tus labios,
me entrego a la derrota y abro nueva
hipoteca a tu nombre y si es posible
con vencimiento eterno entre tus piernas.


***