lunes, 27 de febrero de 2012

Viejos cines


Nunca supe de ti, niña, pequeña y libre,
ni de las noches aquellas en el barrio,
cuando al salir de la academia, sonriendo,
me llevabas por sucios descampados.
Y eran suaves tus labios, y la carne
era piedra lunar, desconocida y mágica.

Yo te juraba que siempre te amaría
mientras mis manos se ahogaban en tu blusa.
Y tú no decías nada. Te dejabas
besar y yo sentía el jadeo,
el ligero temblor
del vientre. Me dejabas
un perfume animal entre los dedos.

Ni siquiera tu nombre me ha llegado
a quedarme como queda la nostalgia
de los tiempos felices.
Noche joven,
cuando el mundo empezaba con nosotros.

Y la última fila de los cines. La linterna
del acomodador que nos buscaba,
los besos abrasados, esa fuerza
terrible que rompía entre mis piernas.
Tus suspiros.
Y enfrente de nosotros
James Dean con cazadora roja
nos miraba envidiando, estoy seguro,
todo el amor que entonces nos teníamos.

Hoy, que miro en cuadernos escolares
esas cartas que nunca te enviaba,
me viene, tan fugaz como esos días,
tu recuerdo perdido. Y en mi pecho
reponen, otra vez, la vieja peli,
cuando eras una niña
y salías de la academia y me buscabas.

***

viernes, 24 de febrero de 2012

Nuevo artículo

Nuevo artículo en diario abierto: A por ellos, a por los agentes sociales aquí

La moda es ahora –y desde hace tiempo- meterse con los agentes sociales. Con los sindicatos, sobre todo. Se cuestiona su papel, su necesidad, su representatividad... El acoso a José Ricardo Martínez, secretario general de UGT de Madrid por su “sueldo” en Bankia es si no la última, sí la más clara agresión a la limpieza y honestidad de los sindicatos

jueves, 23 de febrero de 2012

Los hijos de todos


Dios mío. Veo las imágenes en las televisiones, observo las crudas fotografías de esos jóvenes -y no tan jóvenes- corriendo, esos policías persiguiendo, golpeando, las caras de terror de algunos chicos, las lágrimas.... No. No puede ser. No estamos en España. No estamos en el siglo XXI.


36 años entre estas fotos. ¿Diferencias? Sí, en los uniformes
Escucho a profesores, a madres y padres de estudiantes con el estupor asomando tras sus palabras. No puede ser. Se les persigue, se les golpea porque piden mejor calidad en la educación, porque no quieren ir a clase con una manta, porque ven con angustia un futuro de paro y miseria. Son el enemigo, dicen. ¿Cómo puede ser el futuro el enemigo?


Violentos, dicen. Y la única violencia que veo es en esos policías que golpean, que corren, que alzan las porras con rabia (tal vez tan aterrorizados algunos como los mismos jóvenes). Y ellos son sus hijos. Son los hijos de estos policías los que tienen angustia por el mañana y quieren que cambien las cosas. Son hijos de esos políticos que les llaman violentos los que se echan a la calle a preguntar qué va a ser de ellos. Son los hijos de esos bien pensantes que piden mano dura los que quieren que cambien las cosas.


Son mis hijos, mis nietos. Son los hijos de todos, los que están en la calle, los que corren, los que gritan, los que se atropellan hablando para explicar que no encuentran trabajo, que en su clase no hay calefacción, no hay folios. Son mis hijos y mis nietos, los hijos y nietos de todos los que si trabajan lo hacen por un salario de hambre, los que tienen que seguir viviendo con los padres, los que no pueden irse de vacaciones, los que no pueden comprar un disco, los que no pueden ir con su novio o su novia al cine.

Son ellos los que nos gritan que salgamos con ellos a la calle. Son los hijos y los nietos de todos, los que nos dicen que les hemos traicionado. Son los hijos los nietos de todos, los que nos dicen que les hemos dejado un mundo de mierda. Los que nos dicen que les ayudemos a cambiarlo. Son nuestros hijos, nuestros nietos. Los de todos, a los que golpean, persiguen y detienen. Son nuestros.

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martes, 21 de febrero de 2012

Zitarrosa, hoy

Escuchando algunas canciones de Alfredo Zitarrosa, releo esta letra de la Milonga de Contrapunto. Es un diálogo entre Zitarrosa y otro trovador que hace de defensor del Gobierno. Os paso sólo un fragmento para que veáis que las cosas siguen igual que cuando Zitarrosa las denunciaba:
VOZ II:
     

Usté “conversa” muy bien

pero no me va a decir
que alguien tiene que salir
a poner orden también.
Porque yo lo sé muy bien,
que no quieren trabajar
y “dispués” hacen parar
a todos los “sendecatos”;
le hacen pasar “malos ratos”,
no lo dejan gobernar.




Zitarrosa::

No entrevere la baraja

si no le parece mal.

Para mí la principal
es la ley del que trabaja.
Mientras al pobre “lo atajan”
para que no se amontone,
a los que tienen millones,
estancias, bancos y diarios,
aunque sean “adversarios”
los tratan como “pichones”.

y otro trozo muy divertido
VOZ II: Yo le v’ia decir por qué
–mire que el hombre es “muy guapo”:
él no se va a hacer el “sapo”
para peliar con usté.
Y le v’ia decir también,
si le parece mejor
que él ha sido boxeador***
y que tiene “bruta piña”;
mientras la gente lo riña
las cosas van a andar “pior”.

Z:itarrosa
Será porque es boxeador
que gobierna al “contragolpe”.
Mientras el Pueblo soporte
los ricos viven mejor.
Yo sé que ese buen señor
tiene su propio gimnasio;
pero hay que trotar despacio
cuando el camino es “fulero”;
nunca vi burro “cuadrero”
ni negro de pelo lacio.

Buscad la letra completa.

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lunes, 20 de febrero de 2012

Reforma Laboral

Interesantes artículos sobre la reforma Laboral en fabianoshoy.org

La profecia del Ministro español de Economia  sobre una reforma laboral extremadamente agresiva se ha visto rapidamente(auto)cumplida. La reforma contenida en el RDL 3/2012 es extrema,excesiva, en su apuesta por la flexibilidad de salida, con su bateria de medidas destinadas a facilitar el despido y reducir su coste, y agresiva,ofensiva , respecto de la fuerza vinculante de los convenios colectivos que la Constitucion Española tutela, y, en definitiva, respecto de la estabilidad del sistema de relaciones laborales.

*** 

Y la gente se echó a la calle a buscar el futuro


Tengo miedo en la calle y en la cama.
Ya no hay nada
que pueda levantarnos. Se deshace
el corazón cuando se rompe
la niebla y el pecado. Nuestros hijos
caminan hacia el centro de la noche.
Relámpago en los días más oscuros.
La voz que nos hiciera hace mil años
levantar la cabeza,
hasta el lugar donde habitaba la esperanza.

Y nosotros y tú,
espejo inútil donde ya no se miran nuestros ojos.
El miedo, sí. Ay, del miedo,
esa desolación de no sentirnos
como los viejos héroes que buscaban
la Ítaca soñada. Es el futuro,
como un café desierto en esa hora
incierta de la tarde,
cuando aún están las sillas
encima de las mesas y en el aire
se respira a serrín y a leche fría.

Ahora que nos hablan los Gobiernos
de ajustarnos el alma a nuestros cuerpos,
cuando el hombre ha perdido
el valor de sus manos,
cuando el sueño no ocupa ya los lechos
ni la vida.

Ahora estamos solos, con el peso
de saber que mañana
es sólo una palabra que ha perdido
el sabor de los días de tu boca.
Vencidos y cansados, caminemos
tú y yo y nosotros por las plazas.
Conquistemos
un futuro con hambre de otros tiempos.
Seamos nuevamente
el viejo hombre que cambia el mundo,
con metralla de besos y palabras.

Porque si he de morir, que sea abrazado
al corazón del ángel,
a la rueda de brazos y de cuerpos
de los que no tenemos
más que el recuerdo feliz de lo que un día
nos igualó a los dioses: el deseo
de ganar las estrellas
de conquistar el fuego para el hombre.



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miércoles, 15 de febrero de 2012

Nuevo artículo

Tenéis nuevo artículo en diarioabierto

No. Yo no creo que la reforma laboral sea sólo la de los despidos. Aunque haya llegado esa idea de que casi lo único que importa es el despido en la reforma que ha abordado el Gobierno.
Hay mucho más. Posiblemente sea tan importante como el despido lo referente a la negociación colectiva que, con la nueva formativa, se desregulariza y hace que los sindicatos pierdan uno de sus valores más importantes.

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martes, 14 de febrero de 2012

Versos prohibidos


Y la besó. Y la besó. Y la besó. Y... Juraría
que era  la punta del corazón lo que asomaba
entre sus labios cálidos y abiertos.

Y las manos, las de él, que rebuscaban
bajo las cremalleras
y la blusa los caminos
que llevaban hasta el vientre, hacia ese suave
laberinto perfecto del ombligo,
a humedades
tan dulces como ríos
de licor y de miel,
hacia esa exacta curvatura gloriosa
de los mundos que ocultan sus vaqueros.

Y ella dice: “fóllame, tierno amor mío,
entra en mí, vida mía, hasta matarme”.
Y ese verbo perfecto,
relámpago de noches y tormentas
les deshace
el jadeo animal y la saliva,
el cuerpo moribundo, la piel que  aprieta sangre,
los tendones, el músculo que tiembla,
las camas tan soñadas
el mordisco que les lleva a la locura.

Y él sabe que no hay nada,
ni desesperación como este instante mismo,
cuando el sueño
no acude hasta los ojos que le miran.
La chispa que recorre la aureola
del pecho que se mueve entre sus manos,
las manos que descubren los planetas
de aquella vía lactea
que hoy sabe ya vencida para siempre.

Y todo, todo, en fin, es una fiesta,
es la noche más dulce de la tierra,
cuando ella suspira y calla y siente
que es más fuerte el amor,
cuando ella sabe
que no habrá nunca jamás un paraíso
ni oceano, 
capaz de contener
la espuma de esa ola que la llena.

lunes, 13 de febrero de 2012

Ellas


En este corazón de la nostalgia
reconozco sus nombres. Y los días
en los que el mundo abría sus dos manos,
la extraña sensación de estar perdido
en viejos aeropuertos y estaciones.

No hay recuerdos que duren lo que el tiempo
de la dicha y la luz, cuando el amor
nos alejaba de la caída de los cuerpos.
Los cigarrillos apenas encendidos,
los cafés de los lunes y las noches.

Abandonado todo, lo mismo que Alejandro
busqué el fin de los mundos en sus piernas,
crucé la soledad de los desiertos,
y luché contra ellas sin saber 
que en sus vientres estaba mi derrota.

No hubo promesa que resistiera la muerte
de la felicidad de aquellos días.
Estamos como estábamos entonces:
sabiendo que la vida es sólo un beso
en el asiento trasero de algún coche.

Entonces comprendí -y aún me maldigo-
que la pasión se rinde a las facturas,
a la carta del banco, la cesta de la compra,
y al final firmamos hipotecas por un hueco
en cualquier corazón deshabitado.

Y sin embargo, mujeres que me amasteis,
recuerdo aún de vosotras  cicatrices,
heridas aún abiertas y los dolores dulces
que dejamos en camas y en abrazos.
Y mereció la pena. Fui en vosotras
un hombre derrotado y victorioso.

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viernes, 10 de febrero de 2012

En El País

Hoy, el diario El País publica en cartas al Director la entrada sobre Confieso que soy un enfermo crónico. Aquí

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martes, 7 de febrero de 2012

Confieso que soy enfermo crónico


 He de confesar que soy enfermo crónico. Confieso que pretendo que el sistema atienda la atención que merece mi enfermedad. Soy un sinvergüenza. Y creo que la viceconsejera de Asistencia Sanitaria madrileña, Patricia Flores, tiene razón cuando se pregunta: “¿Tiene sentido que un enfermo crónico viva gratis del sistema?”. No, no lo tiene. Como dice mi amigo Aurelio en su blog Nómada, creo que debo morirme.

Pero, verá usted, doña Patricia. Quiero justificar mis pretensiones. Empecé a trabajar muy joven, con 15 o 16 años. Llevo cotizados casi 50 años. He pagado religiosamente mis aportaciones, aunque durante muchos años no he necesitado asistencia sanitaria.

Por eso, permítame que le diga que yo, a pesar de ser un enfermo crónico, no vivo gratis del sistema. Lo he pagado. Y lo sigo pagando. Mi asistencia y la de otros. Igual que otros pagan la mía. Se llama solidaridad. No sé qué ha querido decir usted con sus palabras. Me da miedo pensar que lo que usted quiere decir es que un crónico no debe vivir. O que si quiere vivir, debe pagarlo.

Yo creo, con todos los respetos que usted no entiende el concepto de servicio público. Y me temo que tampoco entiende lo que es solidaridad, fraternidad, humanidad. Los crónicos son quienes más necesitan el sistema. Precisamente por eso, porque son crónicos, porque están enfermos, porque necesitan el calor de un sistema humano y solidario.

Los crónicos somos muchos en este país. Ya lo sentimos. Somos los primeros en lamentarlo. Le aseguro que no lo somos por gusto. Le aseguro que no queremos ser una carga para nadie. Y que si vamos a los hospitales,  a los ambulatorios y compramos en las farmacia es porque no tenemos más remedio.

Por cierto, he de decirle que, a pesar del deterioro de la sanidad pública, me he sentido orgulloso cuando en las consultas y en los hospitales me han atendido siempre con tanto cariño y tanta profesionalidad, salvo alguna excepción que no merece la pena ni mencionar. porque quiero decirle que tenemos unos profesionales extraordinarios, en su mayoría: atentos, pacientes y sabios.Ellos hacen más soportable la putada de ser enfermo crónico.

Bueno. Nada más. Ah, sí. Alguno de sus colaboradores, para salvarle la cara, ha dicho que se refería a que estarían mejor en una residencia. Aunque nada tiene que ver esa versión con lo que dijo usted, he de comentarle que hay crónicos muy jóvenes, ¿sabe? Que la enfermedad crónica no está relacionada directamente con la edad. ¿Va a encerrar usted a los niños enfermos crónicos en una residencia?

En fin. Disculpe que sea un crónico. Ya lo siento. De verdad. Como usted no se puede ni imaginar. Así que seguiré pretendiendo vivir en el sistema sanitario. Pero no gratis. Porque otros y yo lo pagamos, incluido su sueldo.

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O sea que, lo del Rey, nada de nada ¿no?


Parece que lo que muchos sospechábamos se confirma. Siempre he creído que las horas transcurridas entre la entrada en el Parlamento de los guardias civiles rebeldes el 23 F y la aparición del Rey fueron demasiadas. Que algo extraño estaba pasando en la Zarzuela.

Recuerdo que estaba yo trabajando en El País, y comenté, avanzada la tarde: "Pero, ¿por qué no ha salido ya el Rey?". Mi jefe me contestó, con absoluta naturalidad. "Está contando fuerzas. Espera a ver quién gana". Las revelaciones del Der Spiegel parecen dar la razón a mi jefe de entonces.

El rey no sólo tuvo sus dudas, sino que, además, comprendió las intenciones de los golpistas -¿las alentó?- y se mostró a favor de que la Justicia fuera benévola con ellos. Sus confidencias al embajador alemán Lothar Lahn  muestran claramente que opinaba como los militares golpistas, culpando del golpe a un Adolfo Suárez acorralado y sólo y en el que ya no confiaba.

Durante todos estos años, la derecha y  algunos que se han titulado de izquierdas, han estado vendiendo el papel fundamental del Rey en la noche del 23 F. Todo falso. O casi todo. En su afán por salvar la monarquía nos han presentado un personaje casi santo, capaz de todos los sacrificios por su pueblo, valiente y austero. Una buena persona, vamos.

Y no digo yo que no lo sea. Pero, según los cánones con que los que ensalzan al Rey juzgan a los demás, su majestad es un prenda. Su vida privada no es precisamente la de un casto José, el tren de vida que ha llevado tiene de todo menos de austero, sus negocios siempre se han ocultado celosamente y, sin embargo, lo poco que ha trascendido siembra serías dudas sobre la honorabilidad que nos quieren vender. Y, por si fuera poco, las actividades de su familia dejan poco que desear.

Sólo faltaba la desacralización de su papel en el 23 F para que se caiga la máscara de una institución que no debería existir en ningún país democrático. Hay que leer la historia para comprobar que sus antepasados jugaron un papel similar y no se distinguieron precisamente por el amor a su pueblo. Fueron golpistas, locos, egoístas, crueles, déspotas y tiranos. ¿Cómo es posible que aceptáramos la vuelta de la Monarquía?

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lunes, 6 de febrero de 2012

Jóvenes se cruzan conmigo por la calle


Ni tú ni yo fuimos nunca como ellos.
 Nuestras almas sabían de los lunes,
del precio de la ira,
y de esa libertad que nunca conocimos.
Sabíamos de viejas dictaduras,
del silencio en la calle y en la cama
y de los besos sucios.
Y de las noches tristes, los domingos
sin cines, de las tardes
de fútbol como única esperanza.

Éramos los hijos
de la derrota. Condenados
a la noche más triste. Niños pobres
sin panes. Mas teníamos
la calle para andar y la esperanza
de otro mundo que andaba
por esquinas, por plazas y por libros.
Nos amábamos
en sucios callejones, pero eran
los abrazos el ansía de sabernos
distintos a la noche
que todo lo envolvía y nos dejaba
el corazón abierto y tiritando.

Porque nosotros amor, teníamos el sueño.
La verdad en las manos.
Un horizonte rojo. El enemigo
perfectamente claro. Nada había
que pudiera romper el espinazo
de una vida clavada
en el vino del olvido y de la vida.

No fuimos como ellos. Y por eso
se me rompe el corazón cuando los miro,
cuando veo sus rostros
que pasan por mi lado, que comparten
el camino hacia casa,
cuando busco su mirada 
y están tristes.

Y me muero por acercarme, por decirles
que vendrá la esperanza a emborracharnos,
que, más allá de amarguras y de miedos,
ellos son lo mejor del paraíso.
Aunque les roben todos los caminos,
y les rompan
la espalda, nunca podrán con ellos
mientras tengan las calles y las plazas
para matar a ese dios que les condena
al olvido de rosas y de estrellas.


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domingo, 5 de febrero de 2012

Tarde feliz

Contaros que, ayer, en el Libertad, 8, pasamos una tarde -o al menos, yo- muy feliz. Primero, porque la sala se llenó de amigos que habían acudido a escuchar las canciones de Jorge Castro y mis poemas.

Tarde tranquila y cálida. Jorge Castro, con su percusionista magnífico, Jesús, estuvo genial, cariñoso, amable y artista. Yo, nervioso. Pero feliz. Fue todo un acontecimiento que me ha llenado de satisfacción.

Gracias a todos los que perdisteis una tarde de frío para compartirla con nosotros.

viernes, 3 de febrero de 2012

Hoy y mañana en Libertad, 8


Se acerca el día de mi debut en el Libertad, 8. El sábado, a las 19.00 horas, estaré con mi amigo Jorge Castro, cantando y recitando poemas. Estoy seguro de que será para mí una gran experiencia poder compartir esas horas con alguien al que admiro por su poesía y su música.

En fin, que si queréis y podéis, estaré encantado de recibiros allí y pasar la tarde con vosotros.

Y ya sabéis que hoy viernes, esta misma tarde-noche, Manuel Cuesta se sube al mismo escenario a las 21.00 horas. Animaos.

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jueves, 2 de febrero de 2012

Nuevo artículo

Nuevo artículo en diarioabierto.es

Me sorprende –qué quieren que les diga- la rapidez con que el PP está llevando a cabo las reformas en torno a derechos individuales, o al menos las anuncia. Me refiero, a esos temas que siempre han desasosegado a la derecha en este país: aborto, matrimonio homosexual, eduación religiosa, sexo... en el fondo, no se creen que los ciudadanos tengamos la mayoría de edad.
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