lunes, 24 de febrero de 2014

Leyendo a Machado

(Se cumplen 75 años de la muerte de Antonio Machado)

Don Antonio, las cosas no han cambiado.
Sigue la misma sed del hombre malo,
la sombra de Caín va por los campos
de la misma Castilla. Y esta España
continúa dividida como entonces.

Hoy, don Antonio, los mismos colegiales,
el hombre del casino provinciano,
y pronto volverá don Guido jaranero
como un trueno, don Antonio, a los altares.

Tantos años después y todo sigue
en la misma tristeza. Y olmos secos
siguen aún abiertos por el rayo.

Releo en esta noche en que se cumple
el triste aniversario de su muerte
la letra de ese mundo que pervive
por encima del humo y la ceniza.

Y no está todo en paz. Están los hombres
al lado del camino. Y no sabemos
para qué sirve el vaso ni la sed.
La verdad, don Antonio, la del otro,
sigue siendo verdad, mas ya no es nuestra.

Esta noche confieso que aún me queda
una leve esperanza, la del niño
que sueña con caballos de cartón,
aunque el hastío o el hambre, don Antonio,
retumbe en el vacío de la cabeza.

lunes, 17 de febrero de 2014

En ti

En ti quiero perderme en esta hora
negra de la tristeza y del olvido.
Ahora cuando llueve sobre el campo.
Con el miedo de todo, te recuerdo.

Me viene muy despacio la nostalgia:
tu cuerpo como tierra bendecida,
tu pubis como pluma de un arcángel,
suave como el otoño y la llovizna.

Aquel amor furioso, aquellos labios
abiertos a la noche, aquellas manos
con soledad de viejas estaciones,
tus pechos en mis dedos y en mi boca.

Allí donde la vida comenzaba,
donde habitaba siempre la alegría,
cuando todo era luz, cuando tus ojos
buscaban las tormentas de los cuerpos.

Relámpagos azules en tus piernas.
Explosión de la sangre. Y esa muerte
rozando el corazón sobre la cama
de hoteles en la niebla y viejos barcos.

En ti me pierdo ahora, cuando nada
puede volver a aquellos días gloriosos,
ahora que el recuerdo sólo tiene
el olor de las cosas que perdimos.

lunes, 10 de febrero de 2014

Oración

Ven hasta mí. Desciende por mis venas,
clava mi corazón entre tus piernas,
descárgate los besos, bebe el ansia
de esta luz que persigo por tu carne.

Deshaz la tierra oculta en tu mirada,
busca la soledad de plazas y de calles,
golpea con tus labios fresas nuevas,
pronuncia la palabra de los amores viejos.

En todo, en ti y en mi, vive la vida,
recupera las manos de los niños,
escríbeme en tu piel como se escriben
los versos de la tarde y de la lluvia.

Déjame junto al agua los eléctricos
ramitos de amapolas, los naufragios
del mar y de la espuma del olvido.
Venga la paz del hombre sin tu miedo.

Y cuando, al fin, la noche nos envuelva
reclínate en mi pecho, dame el vino
y brinda por nosotros. Ahora quiero
morir entre tus brazos y salvarme.

jueves, 6 de febrero de 2014

El día 20 recito con César Ulla

El próximo día 20 de feberero, a las 22.00 horas, estaré con César Ulla en la Sala ContraClub, calle Bailén, 13. Madrid

No suelo salir mucho últimamente, y siempre a cosas muy escogidas. Cosas de la edad y la salud. Pero César me ha invitado a recitar mis poemas con él.

He aceptado porque me apetece leer mis poemas. Pero, sobre todo, me apetece escuchar de los labios de César una poesía que llevo tiempo siguiendo. Y porque ahora me encuentro mejor y quiero estar con mis amigos.

Hace un tiempo otro amigo, Kike Ruiz, tuvo la deferencia de invitarme también. En aquellos momentos me era imposible. Pero, Kike, algún día será. Gracias a ellos y gracias a todos vosotros. Si os animais, allí estaremos. Tenemnos mucho que contar. Abrazos. Os dejo el cartel que César ha hecho para esta ocasión.

lunes, 3 de febrero de 2014

Versos a la alegría

Estos versos van a la alegría,
hacia tu vida van, ahora que el cuerpo
apenas se sostiene y por las venas
corre el fuego maldito del veneno.

Van mis versos a ti, para que ahuyenten
el peligro escondido en cada célula.
Y pueda, al fin, soñar con el futuro.
Los versos y los besos prometidos.

Estos versos, la noche que no es mía,
el despertar glorioso, la esperanza,
la carne amenazada, y esos días
que viven en la náusea y  que me hieren.

Tú, pequeña palabra, tú, nostalgia
de los libros de horas, cuando eras
el tierno amor, antiguo paraíso,
la pasión vestida de domingo.

Se rompen en la playa de tu nombre
estos versos de nieve y amapolas.
Vivir en tus recuerdos y dejarte
palabras como uvas de septiembre.

Va mi voz hacia ti. Como caminan
hacia la noche amable los amantes.
Para poder estar junto a tus manos,
para dormir en ti cada mañana.

Porque vivir es saber que el beso es frágil,
que en tu boca comienza un universo
de nubes y de azúcar. Y en tus manos
el mundo es el segundo más eterno.

Y por eso te escribo en este instante.
Convoco la nostalgia que he perdido,
cuando convivo con eso que ahora llaman
una larga y penosa enfermedad.