lunes, 30 de junio de 2014

Leve recuerdo

De las cosas que guardo de los años
amados y perdidos aún me queda
tu piel ardiendo, ese sabor metálico
del sexo en la alta madrugada,
el dulzor a saliva, el imposible
calor de tus axilas y tus muslos,
la desesperación de no poder morirme
cuando entraba en tu cuerpo y me abrazabas.

La tersura del vientre,
la humedad que corría entre tus piernas,
el grito de tu voz cuando mi boca
buscaba entre tu carne. El dulce  nombre,
la palabra sagrada, el paraíso
de manzana y serpiente que nacía
más allá de los dioses prohibidos,
cuando eran los cuerpos gloria eterna.

De aquellos años guardo en mi memoria
el temblor de tus brazos, la terrible
expansión de universos que vivían
en tus pechos, las islas de tu ombligo,
la redondez del mundo en tus caderas,
el mordisco final, la lluvia cálida
que empapaba la noche y los abrazos.

Todo en ti para mí, para mis labios.
y morirme esta noche sin tenerte,
maldito para siempre en el recuerdo,
maldito como ahora cuando viene
la desesperación , cuando se marcha
la memoria de entonces y me queda
sólo una leve bruma, sólo esa
niebla que trae el olvido y que me mata.

martes, 17 de junio de 2014

La derrota, nunca

A mi amigo Paris Joel, rogándole que no abandone
Y nunca la derrota
podrá romper la voz. 
Nunca la angustia
dejara que la luna
se nos haga demonio,
terror de los amantes,
el lugar para el odio
de quienes buscan muerte.

Estaremos nosotros
en medio de la duda,
abrazando los nombres,
cuidando la canción de cada día.
Estaremos en medio
del corazón y el fuego,
En las manos abiertas
y en la palabra amigo,
Donde brilla la risa
y los labios se abren
en la boca que besa
y en el vino y la vida.

Pero nunca rendirnos,
que nunca puedan ellos
robarnos la palabra,
arrebatarnos nunca
la música del hombre.

Que jamás puedan, Paris,
presumir de tenerla
mas larga la alegría
y de haber derrotado
la canción de la sangre.
La canción que se hace
con el alma del otro,
con trozos de ternura
y la rabia más limpia.

Porque estamos muy solos,
porque tenemos miedo
a la noche de plomo,
porque nada seremos
si no tenemos cerca
el corazón amigo,
y la voz que no calla
y el latido salvaje
de quienes luchan, cantan
para cambiar el mundo
para darnos la flores
en los tiempos del frío.

Porque siempre habrá alguien
que una noche de insomnio
buscara una canción
que endulce su tristeza.

Jamás, jamás-por eso-
pueden rendir la voz
que golpea en nosotros.

miércoles, 4 de junio de 2014

Vieja fotografía

Miro tu foto. Es una foto antigua
que apareció de pronto en algún sitio.
Te ríes y miras fijamente. Tu sonrisa,
gloriosa, deslumbrante. Me imagino
que hay alguien que te dice alguna cosa:

Tienes la juventud de los recuerdos,
esa exacta expresión que da la dicha,
y podría jurar que tras la cámara
hay alguien que te ama -y le deseas-,
que sonríe también mientras te mira.

Me puedo imaginar tiempos felices
en la curva del rostro, en esos labios
perfecta, dulcemente dibujados,
en la dorada garganta que se pierde
en una blusa roja. Estás muy guapa.

Al mirarte esta noche, me pregunto
quién fue el amor que baila por tus ojos.
Quién supo recoger en esa imagen
la pasión que adivino, ese momento
por el que hubiera dado
mi vida por que fuera sólo mío.