miércoles, 16 de mayo de 2012

Luis, Pedro, Lourdes...y Manu


Nos conocemos hace tanto tiempo... Hace muchos años, un muchacho muy joven, con una guitarra acudió a un barracón en Palomeras Bajas. Chavales y chavalas de su edad se reunían a su alrededor para oirle cantar (sin micrófonos, sin altavoces, sin... nada. Sólo él y la voz, esa misma voz que casi cincuenta años después conserva la misma ternura, la misma calidez y humanidad extraordinarias.


El muchacho se llamaba Luis Pastor. Y era de allí, de un poco más arriba, del barrio. No fue el único que pasó por allí. En esos días, Ismael, recién venido de París, cantaba sus canciones junto a Gloria Fuertes (pero esa es otra historia). Luis Pastor cantaba a Chamizo, a Neruda... Luis tenía ya esa misma sonrisa de quien no necesita otra cosa para entrar en el corazón. Un día le dimos un texto para poner música a un reportaje sobre Palomeras Bajas que habíamos hecho en superocho. Lo cantó y aquella canción se convirtió en el himno del barrio.

A Luis lo he visto intermitentemente. Lo he escuchado siempre. Ay, aquel Vallecas que ilustró Pedro, también de Vallecas, del barrio. Luis Pastor fue nuestra voz en años difíciles y nos hizo más suave los años de plomo, nos consoló el dolor de no ser libres, la amargura de ser derrotados sin horizonte claro. Luis. Incansable investigador de cualquier ritmo, esponja que recoge todo lo que ve y oye.

Anoche, en el Libertad, estuve escuchando a Luis Pastor. Escuchando su nuevo disco, escuchando alguna vieja canción, nueva en una voz que permanece igual que entonces. Riendo con él. Con Lourdes, que le acompañó divertida y poniendo en su voz toda la ternura de las canciones, con su hijo Pedro, con Manu Clavijo. Fue un recital de amigos para amigos, con la misma ilusión que cuando Luis cantaba en el barracón de Palomeras. No había nostalgia en Luis. Había la ilusión de lo nuevo, de empezar cada vez que se sube al escenario. Esa ilusión con la que hizo cantar a Pedro. Su hijo ha heredado de él voz y gusto, pasión por la rebeldía.

Pedro tiene el mismo humor que su padre. Se enfrenta al público como si fueran sus amigos de barrio. Habla con la misma naturalidad y firmeza que Luis. Sus letras tienen mucho de la poesía de Luis, de su amor por el ser humano. Noche para vivir. ¿Dónde están los cantautores, Luis? Estaban allí. Dando el cante, haciendo más habitable, más luminoso, un mundo difícil y oscuro.

***
PD. Ayer fue una de esas ocasiones en que tienes el corazón dividido: a la misma hora se celebraba el segundo concierto de Volad, canciones, volad, promovido por mi amigo Fernando Lucini. No pude dividirme en dos. Estoy seguro de que el corazón enorme de Lucini, disculparía mi ausencia en el Galileo.

***

8 comentarios:

Manuel Cuesta dijo...

Me alegro mucho de que fueras al concierto de Luis. Como sabes, hice lo propio en Galileo con la segunda edición de "Volad, canciones volad", fue una noche muy bonita también y me gustó reencontrarme con mis amigos sevillanos Joaquín Calderón y Paco Cifuentes.

Un abrazo enorme.

Romano dijo...

Que crónica más bonita Rodolfo, ayer estuvimos todos en el Libertad,,,

Un fuerte abrazo

Romano dijo...

Olvidaba,uno que en esta vida vive haciendo números,,,felicidades por las 600.000 visitas (nada menos) a tu blog que ya es nuestro,,,

CARMEN dijo...

Ya veo que tienes muchos y muy buenos amigos, eso es una de las cosas más importantes en la vida.

Espero poder darte el viernes en persona,el abrazo que te dejo siempre.

Romina dijo...

Estimado Rodolfo:
Hace un tiempo comencé a leerte con interés, un tiempo me llevó agregarme a tus “seguidores” y otro tiempo más animarme a escribirte.
Tuve la grata sorpresa de encontrar un saludo tuyo en “mi casa” y ahora me sorprendo doblemente al verme en la lista de tus blogs amigos.
Me resulta tan cálida la forma en que difundís el trabajo de tus compañeros y estimulás a los lectores a engancharse con lo que están haciendo. Por una cuestión de distancia, no puedo participar de tus invitaciones, pero las sigo de cerca y curioseo en Internet para adentrarme un poco más. Como dicen ustedes por allá “Enhorabuena”!
Y una cosita más agrego, pecando de ser extensa: se me llenaron los ojos de lágrimas cuando escuché “Mañana porteña en Madrid”. Mi amor de siempre tuvo que emigrar…con la diferencia de que él les nombra a Montevideo en vez de a BsAs, prácticamente contaste su historia.
Un abrazo

Ciudadano Kamikaze dijo...

¿Esto no debería considerarse como dar envidia? jajajaja

Buena gente os juntásteis, que pena que en un día así coincidieran tantas cosas. Yo andaba en otro concierto en las vistillas y no se puede estar en misa y repicando.

Un abrazo, Rodolfo.

(andrea) dijo...

Los conciertos en donde un amigo nos canta, conversa con nosotros y llega a nuestro corazón, son los que en realidad son un placer compartir.
Y tu hijo lo logra de igual modo.

Quiero felicitarte por "Mañana porteña en Madrid". Impecable trabajo. Una descripción tan perfecta de los sentimientos y la realidad de los que nos hemos colado en ciudades extrañas.
Gracias.

Menosquemarx dijo...

¡Qué suerte!, ¡qué tiempos!
Abrazos.