martes, 29 de junio de 2010

Las mil y una noches

Tengo el mundo de tu carne y tu sangre
a mis pies, como si fuera
el califa soberano de los cuentos
de Richard Burton en Bagdad la Prodigiosa.
Y te escucho narrarme, cada noche,
esa nueva aventura del día que termina,
con el ritmo del metro y con la tele.
Y el cansancio del hombre que persigue
inútilmente sombras por las calles,
mientras huye el verano y no hay manera
de vivir algún sueño milagroso,
de encontrar un trabajo o una mano
que ayude a soportar el estar vivos.

Te escucho cada noche, Sherezade
de historias deslumbrantes
en las que únicamente eran los besos
los prodigios del mundo conocido,
la sonrisa de un niño, la esperanza
de un hombre contra el muro,
la soledad y el miedo que nos cerca.
Cada noche me acuesto y me adormezco
oyendo los relatos de ese amor que comienza
en la cocina fría y en la cama deshecha,
el viaje fabuloso de genios y argonautas
a lomos de automóviles y nubes.
Y todo adquiere
un brillo de nostalgia y de pasado.

Y me parece, entonces,
que este Madrid-Bagdad la Prodigiosa
guarda aún historias increíbles,
fábulosas historias de amores y de amantes,
mientras tú estés esperandome en el puerto
de la casa que habito
mi regreso de mares
con monstruos que se visten
de Armani y que manjean las espadas
de sus cuentas corrientes
sin piedad y sin alma.

Así que cuéntame hasta que amanezca.

viernes, 25 de junio de 2010

Presentación el 6 de julio




El próximo día 6 de julio, a las 18,30, en Gran Vía, 24, Área de Economía y Área de las Artes, presentaremos el libro La Blancura de la Ballena, a la que estáis todos invitados.

Lo presenta mi amigo Andrés Ocaña, alcalde de Córdoba, ciudad por la que sabéis mi especial afecto, y leerán poemas Pablo Guerrero y Joaquín Pérez Azaustre. Ismael cantará alguna canción basada en los poemas.

Es una oportunidad para vernos. Os espero.

Articulo nuevo

Podéis leer nuevo artículo "Envidia de la gente lista" en diarioabierto.es

lunes, 21 de junio de 2010

Medidas de ajuste

Hoy te sigo queriendo
cuando marca el reloj las siete y cuarto.
Al mismo tiempo que dicen por la tele
que están las cosas mal y que los bancos
cierran el año y doblan beneficios.
Mientras espera el hombre de la calle
algún nuevo decreto
para hundir la economía de sus cuerpos.

Hoy te sigo añorando
cuando siento,
el desencanto de todos los poemas,
de los versos de amor y las canciones
y no sé que escribir esta mañana
en que la niña se duerme en los apuntes,
y el vuelo de los sueños
es corto como el tiempo de la dicha.

Te amó todavía en esta hora
en que los días no miran al futuro.
Cuando la esperanza pierde la palabra
y se llenan las camas de fracasos
y el deseo se viste con la ropa
de luto y soledad.
Cuando no tengo
ni un mordisco que llevarme a la boca.

Así que con urgencia
te seguiré queriendo como única manera
de salvar este cuerpo del Gobierno,
del papel oficial en que se escribe
el dolor de los pobres y los niños,
y los viejos amantes. Y la gente
que busca vino y pan para el milagro.

No hay medidas
de consejo de ministros que nos puedan
ajustar nuestras vidas como hacemos
nosotros ajustando nuestras bocas
en este mismo instante en que te escribo.

jueves, 17 de junio de 2010

lunes, 14 de junio de 2010

La pasión de la rutina

A Flux que me escribió que lo cotidiano era incompatible con lo pasional.

Es verdad que los nombres nunca pierden el tacto.
Por más que con los años de piedra y de silencio
a veces nos parezca que ya no duermen juntas
cada letra besada en el hotel por horas.

Pero no sé decirte cómo será ahora mismo,
ni cómo sonarán sus labios cuando besa,
ni siquiera sabría describirte su risa
cuando alguien la mira y le dice te quiero.

La pasión es un pájaro que siempre vuela lejos
y que nunca podemos apretarlo en las manos.
Por eso nunca tiene el futuro en sus alas
y su vuelo es tan corto como las horas de ella.

Ojalá que la vida fuera la de esas noches
cuando los sexos eran sangre y rabia vertidas.
Y tenían los dedos el poder de los dioses
sobre el vientre caliente y los labios abiertos.

Porque te juro, mira, que daría ahora mismo
todo el vino del mundo por el único trago
de su boca en mi boca , si es que pudiera abrirse
la habitación aquella del hotel olvidado.

Pero sé que de todo lo que me dio esta muerte
sólo queda el perfume de las flores de plástico
que adornaban el cuarto del hotel. Y ahora tengo
la certeza de que hoy la pasión se refugia
en los brazos amados de la dulce rutina.
Y en el café con leche y en la tos por la noche
y en la mano que mide mi cansancio y mi fiebre.

Mas nunca he olvidado la pasión de su nombre.

miércoles, 9 de junio de 2010

Palabra de ministra

Me he quedado de piedra. No sé si alguien recuerda que, hace unas semanas, se filtró que el Gobierno había enviado a Europa un plan para reformar las pensiones, a peor, naturalmente. Se pretendía ampliar el periodo de cálculo entre otras cosas.

Se organizó una buena y la ministra Salgado salió diciendo que de ello no había nada y que era simplemente un posible escenario sin valor alguno. Total que el documento no valía y se había retirado.

Ayer la misma ministra, suelta de cuerpo y alma, agarró y dijo, palabra más, palabra menos, que no sólo iba a haber una reforma en el calculo de pensiones, sino que se había enviado a Europa tiempo atrás, dentro de los planes de ajuste del Ejecutivo, una propuesta en este sentido.

No he leido nada en los periódicos recordando a la ministra lo que negó en su día. Pero lo de esta gente ya clama al cielo. Se miente un día sí y al otro también, sin pudor alguno y sin propósito de enmienda. Confieso que estoy harto de ellos. Completamente harto.

Todas las medidas de ajuste recaen sobre los mismos. Los culpables de la crisis campan a sus anchas, siguen enriqueciéndose con el sacrificio ajeno. Nadie les pide responsabilidades y el dinero público sigue fluyendo hacia las entidades financieras que son quienes deciden a quien hay que joder cada día.

Europa nos dice lo que tenemos que hacer. Que no es precisamente lo de intentar un sistema más justo, sino apretar las tuercas sobre el asalariado, el parado o el jubilado, como si ellos hubieran sido los culpables de este desastre.Todo para salvar la economía de mercado que se ha demostrado lo que siempre ha sido: la explotación del que tiene el agua sobre el que tiene sed.

Pues que se hunda el sistema. Que le den al sistema. El défict público se va a enjugar gracias al esfuerzo obligado de pensionistas y funcionarios. Y mientras, los bancos siguen ganando a espuertas. Los ministros siguen yendo a trabajar con dos coches y cuatro escoltas. Y hay ministerios que no se entiende que existan ni para qué.

No soy santo seguidor de José Blanco, pero el hombre va y dice algo razonable, preguntarse si son necesarias las diputaciones y se monta la de Dios es Cristo. Pero si es verdad, si es cierto que salvo de refugio de políticos y vividores, salvo para maquinaria electoralista, las diputaciones, con su pesada carga financiera, sirven para muy poco y podían ser sustituidas por instituciones de las Adminstraciones ya existentes.

No sé. Hoy no está uno para nada. Porque, además, tras la huelga de funcionarios, el Gobierno y otros están tan contentos, pensando que han ganado. Pues, adelante. Cuando los sindicatos queden desacreditados, cuando nadie crea en ellos, se habrá hundido uno de los pilares más importantes de la democracia. Y entonces, quienes ahora se frotan las manos, les echarán de menos.

martes, 8 de junio de 2010

lunes, 7 de junio de 2010

Pasión de amor

Amarte tampoco es tan difícil.
Es el oirte hablar o ver la tele.
Que me des empujones mientras duermo,
ir contigo a la compra, hablar de libros
o que me pases la mano por la frente
cuando te digo
que estoy con fiebre y sueño.

No es difícil quererte apasionadamente.
Se trata de comer sin decir nada,
cada uno a lo suyo, y muchas veces
ni siquiera escuchar lo que me dices,
o enfadarme si no encuentro la camisa
que tanto te molesta y que me escondes.

Amarte con desesperación es muy sencillo.
Basta con sorprenderte sonriendo
cuando cuento un chiste malo o me comentas
la última que te han hecho en el trabajo.
Amarte también es
cuando acaricio
tu piel por debajo del vestido
y te escucho decir: "¿es que estás tonto..?"

Al fin y al cabo, amar debe ser eso:
la rutina diaria que no puede
acabar con los besos que un día fueron
ni con los que aún nos quedan por delante.