jueves, 19 de abril de 2007

Elecciones y pensiones

Nos ofrecen de todo: pisos a precios asequibles, hospitales, calles peatonales, bibliotecas públicas, transportes... Sólo les falta ofrecernos sexo. Los candidatos a las próximas elecciones andan despendolados en estos días. Es una orgía de promesas imposibles la mayoría de ellas. Deben de serlo, porque de ser ciertas, de ser factibles, uno tendrá que preguntarse por qué no nos lo han dado antes.

No sé. A lo mejor es que uno ya es mayor y termina por creer según qué cosas y con muchos reparos. Tampoco sé el dinero que se gastan en la campaña los grandes -y los pequeños- partidos. Pero seguro que debe ser mucho. Se trata de crear un producto, de venderlo y ganar. Hacen lo que nunca hicieron y lo que no volverán a hacer. Besan niños, visitan escuelas y hospitales, visitan barrios, exposiciones, te dan la mano con una sonrisa, no se niegan a ninguna pregunta. Son maravillosos.

Podrían haberlo hecho mucho antes. En estos cuatro años, previos a nuevas elecciones, no he visto candidatos prometiendo nada, ni besando niños, ni visitando los bares, ni saludando a la gente con cariño y atención. Sí les he visto con aspecto bronco, denunciando, gritando al adversario, haciendo que nos avergoncemos de ellos. Y que se salve el que pueda.

Me preocupan estos sentimientos hacia los políticos. Pero no puedo evitarlos. He leído que los parlamentarios, con el consenso de todos los partidos, van a estudiar sus retribuciones. Traducido al lenguaje de la calle, eso quiere decir que se van a subir el sueldo. Lo llaman dignificar su trabajo.

No sé con exactitud el sueldo de un diputado medio. Pero, según confesó un parlamentario hace poco, cobraba en torno a los 4.000 euros netos (más de 660.000 de las antiguas pesetas) al mes. Lo confesó porque tampoco le parecía que era para tanto. Joder, que se lo pregunten a los chavales que no llegan a los 1.000 euros. Luego, tienen sus gabelas: viajes gratis, por ejemplo. Y un horario y un calendario que no mata a nadie.

Yo no sé por qué la dignidad de un trabajo hay que buscarla en el sueldo. Pero de ser así, habría que dignificar de la misma forma el trabajo de un albañil, o el de un camarero, o el de un periodista. El problema es que son ellos mismos los que hacen la ley. Y hacen leyes que sólo a ellos les benefician.

A cualquier trabajador se le exigen (por leyes que han hecho estos padres de la patria) 35 años de cotización para cobrar la pensión completa, a los 65 años. Un Parlamentario con haber cotizado en dos legislaturas, cobrará la pensión máxima cuando le llegue la jubilación, aunque no haya cotizado ni un sólo día más. Está claro que el kilo de dignidad tiene distintos precios según seas parlamentario o simple ciudadano. Joaquín Almunia, parlamentario europeo del PSOE, decía no hace mucho que había que rebajar las pensiones porque si no, se corría el riesgo de entrar en quiebra. Y lo decía él, que tendrá una pensión increíble como eurodiputado.

Lo peor de todo es que somos nosotros, los que llenamos las arcas de la Seguridad Social. Llevo 42 años cotizando a la Seguridad Social (soy afortunado) y si me quisiera jubilar ahora, perdería el 28% de la pensión. Qué cosas. Que falta de dignidad la mía.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Coincido contigo en el tema de las pensiones, me parece un escándalo Y que Joaquín Almunia piense que hay que rebajar las pensiones, una falta de vergüenza total. Menos mal que lo dice un socialista; miedo me da saber lo que opinan al respecto en el PP (lo que opinan ellos, no lo que nos dicen).

Es cierto que el paro desciende, progresivamente, tanto como lo es que la mayoría de los contratos que se firman son temporales, y muchos provienen de empresas de trabajo temporal, y muchos también son apenas por unos días o semanas. ¿El paro baja? Por supuesto, pero en qué condiciones. También habría que denunciar el señuelo de las ofertas de esos señores, que te pagan alrededor de los 1.500 euros por un puesto de trabajo sin necesidad de tener titulación alguna. Es cierto, tanto como lo es también que no tendrás derecho a vacaciones y tu contribución a Hacienda será tan mínima, que a la hora de hacer la declaración tendrás que buscar un nuevo trabajo, para pagar los impuestos que te han pagado para inflar el sueldo en lugar de cobrarte

Al final no dejas de ser un mileurista como otro cualquiera, siempre que hablemos de los hombres; las mujeres, aún lo tienen peor. Yo siempre he pensado que la dignidad de una persona no se debe valorar por lo que hace, sino cómo lo hace y más importante; lo que le motiva. A mí me parece mucho más digno el músico que toca en el metro, que llega justo a final de mes y que disfruta con su trabajo, con la ilusión en un futuro mejor, que el trepa que empieza en cualquier empresa desde abajo y llega al éxito, pisando a los que se encuentra a su paso y cargando con el enorme vacío de la soledad, cuando ve llenos sus bolsillos pero que ir al trabajo supone una carga y no un placer. El dinero es importante, pero no lo es todo. Y así lo aseguran en un reciente estudio al respecto.

En cuanto a los políticos, qué se puede esperar de ellos, si ni siquiera el presidente del Gobierno conoce el precio de un café en la calle. Yo lo que no entiendo es cómo la gente no ve ese paripé de besos, baño de masas y visitas a lugares sólo por interés. Veremos a ver esta noche que cantinela cuenta Rajoy, a quien dicen se le ha visto últimamente por los mercados informándose de los precios… seguro que, tan preocupado por no repetir la polémica del café de Zapatero, se deja en el tintero algún tema verdaderamente importante.

txilibrin dijo...

A mi lo que me impresiona es que vayan por las casas tocando el portero automático.
Imagínate, estás en casa haciendo la comida, y aparece el Gallardón diciendo que le abras el portal... Y seguro que encima se come tu comida...

A un montón de amigos míos les han tocado pisos de protección oficial estos días, y claro, vete tú a saber cuándo se los dan. Lo más probable es que cuando vayan a llegar las siguientes elecciones.

Yo como soy bilbaína afincada en Madrid desde hace medio año, no me preocupo por toda la campaña, pero no por ello de deja de impresionarme.

Anónimo dijo...

los 'mileuristas' son una leyenda urbana... los contratos fijos una rareza que todos buscamos... los políticos que se meten el atracón a inauguran en estos días, se hacen fotos, sonríen cuando los vecinos les pitan, 'prometen' cosas que se llevan pidiendo años: no tiene precio! (como decía aquel anuncio)
Menudo susto si me encuentro a la Espe que va a comprar al Día porque no le llega el sueldo, pobrecita.

Cada vez veo más oscuro el futuro y lo de cotizar tantos años con la suma de contratos temporales... siendo 'seisciento-eurista' nada más.

un saludo

Lucia_del_Mar dijo...

A mi las campañas electorales ya sean municipales, parlamentarias o presidenciales me dan lata y por q no decirlo asco....por un lado estan los candidatos q como ud, dice nos prometen el cielo, la luna y las estrellas, pero por otro lado estan los electores (y los q no votan tb) q se trastornan defendiendo a su candidato, su postura y su partido, y se olvidan de la clave de todo dialogo: EL RESPETO.

En cuanto a la jubilación, aca en el sur la cosa no esta mejor q alla, al contrario. Mi padre trabajó desde los 18 años hasta ahora los 65 y su pensión no supera los 137 euros ($102.000. pesos chilenos) y con eso la verdad, no se vive.

Anónimo dijo...

por motivos de trabajo me tengo que reunir con la concejala de mayores de mi ciudad... se supone que yo trabajo para ella... y digo se supone porque lo que tengo es una beca de investigación en la universidad (sin seguridad social ni nada, claro está)... el caso es que este año, curiosamente, aceptó un proyecto que llevo proponiendo desde que terminé la carrera... pero poniendo normas efectistas... agrandando números... cambiando títulos... esas cosas que tanto le interesan a ella para luego dar ruedas de prensa impactantes...

hay quien me dice que debería dejarlo... que juega conmigo... lo que ella no sabe es lo felices que son esas personas mayores con un poco de atención... que para ella son cifras pero para mi son como mis abuelos.

cifras... como las de la lista de espera de la sanidad pública... ese si lo dejé... inhumana es la palabra... ahora visito las instalaciones de una residencia provincial y curiosamente hay remodelaciones y lavados de cara... las cosas las siguen haciendo fatal... pero se ve todo mas bonito... lustroso.

****

ser becaria por las mañanas, aunque el ayuntamiento se vanaglorie a mi costa de la de programas que pone en marcha y ni seguridad social ni nada... 600 euros

dedicar las tardes a trabajar con una asociación de enfermos de una manera relajada, cercana y tranquila, en lugar de en la sanidad pública con menos de 5 minutos para cada paciente... una diferencia de 1000 euros

hacer lo que me gusta, de la manera que me gusta, y sin renunciar a mis principios... no tiene precio.

para todo lo demás... dinero.

N. dijo...

"Sólo les falta ofrecernos sexo": el PSOE de un pueblo de la C. Valenciana ha ofrecido Viagra gratuita. No es lo mismo, pero casi.

Si alguna vez llego a ser mileurista, me daré con un canto en los dientes. De felicidad...

Sobre las pensiones, a mi padre, la prejubilación, le costó el treintaipico % de pérdida. Después de haber estar trabajando toda su vida y casi sin vacaciones.

Anónimo dijo...

Qué fuerte lo de la viagra!!

En fin, que si se tienen que dignificar el trabajo con el aumento de sueldo es porque es la única manera de hacerse "dignos": son tan rastreros que no pueden hacer otra cosa.