lunes, 25 de febrero de 2013

Vienen los niños


Vienen los niños. Ríen en la tarde de frío.
Caminan por la casa, saltan  por el pasillo,
revuelven los cajones y piden chocolate,
gominolas y azúcar, sin que mamá se entere.

La calle está desierta. Sólo de vez en cuando
una muchacha pasa y en el jardín un pájaro
picotea los tiestos. El sueño de las horas
se hace lento en el día que se marcha despacio.

El salón es ahora un mundo de aventuras,
de dinosaurios, indios y Spiderman que lucha
contra Hulk. No sabemos a quien va a ganar Batman,
mas sabemos que hay malos que nunca son vencidos.

La alfombra es el desierto donde está el Principito,
y el gorro del abuelo es igual al del cuento.
Debajo de la mesa se encuentra el paraiso
y un tigre sin oreja salta por los cojines.

Pero, dios mío, que tarden en saber que la vida
está llena de monstruos y hay dolor en el juego,
y que el mundo no tiene superhéroes que salven
a los buenos y hay noches que habitan los fantasmas.

El cielo deber ser como casa con niños.
Una casa que se hace de algodón y papilla.
De ese sudor del juego, de la carrera loca,
de las babas del beso, del grito y de la risa.

La vida que nos salva. Relámpago de carne,
el calor de cachorro sin prisas y sin dueño.
La casa es otra casa. Y el mundo es luminoso
cuando ellos deshacen el abrazo y los muebles.

Y, luego, cuando ellos, dejan todo el silencio
de la casa vacía, la soledad, apenas,
como un roce olvidado, se nos viene despacio
y duerme con nosotros soplando en nuestra boca.

lunes, 18 de febrero de 2013

Cuando llegaste


Estaba yo sentado en medio de la vida.
No sé si te esperaba o estaba entre tus labios.
Pero sé que en mi boca tu nombre ya no era
una palabra ajena, una sombra en la niebla.

Traías en tu risa el mapa del tesoro,
el calor de los panes y los vinos más dulces,
y yo no te buscaba, sólo estaba esperando
en la esquina del tiempo, donde nacen los sueños.

Y, sin buscarlo apenas, me enredé en tu cintura.
Dejé que me matarás lenta, amorosamente,
Y caí en ese vértigo que siempre está contigo.
Los hombres a mi lado eran sombras fugaces.

Después… no sé después. En la noche salina
me rendí sin remedio a tus besos y en ellos
dejé que me atraparas como el hueso a la carne.
En la estrella más alta te quedaste prendida.

Y ahora, en este instante de soledad y miedo,
me niego a renunciar a tus manos de agua.
Sé que nunca estarás jamás a mi costado
pero en mi vives siempre si pronuncio tu nombre

(Para vivir en ella, siempre queda el recuerdo)

lunes, 11 de febrero de 2013

Noches de hospital


Esta casa vacía y estas noches,
como calles sin gente y sin farolas,
como sábanas blancas sin arrugas,
igual que el pan de hace varios días,
televisor apagado, sopa fría
en la cocina triste, y en el baño
la soledad rompiendo las toallas.

Estas noches sin ti. Como un cuaderno
sin versos y sin letras. Este aire
del patio sin el gato del vecino,
llamadas de teléfono que ofrecen
un seguro de amor. Y con las horas
rebotando por todos los rincones,
como una voz que habla para otros,
igual que un telegrama equivocado,
lo mismo que un billete sin destino,
como cama de hotel sin compañía.

Estas noches sin ti. Como si fueran
un bolígrafo verde que no escribe,
un zapato arrojado a la ventana,
igual que una canción en la taberna,
o lo mismo que el rezo de un ateo,
como la vieja foto de la escuela
o el alma que se vende a Satanás.

Esta casa vacía y estas noches
tan amargas como un café sin nadie,
como un beso con gripe y aspirina,
lo mismo que una mano sin caricias,
igual que un mordisquito sin a quien.

Estas noches sin ti. Las largas noches
de la casa vacía.  Cuando vuelvo
del hospital y busco y tengo frío.


Pablo Guerrero, en el Galileo el día 13 de febrero



Nuestro querido Pablo Guerrero presenta disco que es más que un disco. Que es una vida dedicada a la canción, a la poesía, al compromiso. Una vida desde la humildad, casi desde el silencio. Ganándose el respeto de los autores de su tiempo y, el respeto y la admiración y el cariño de todos los muchachos que sueñan cambiar las cosas con sus versos, con su música.


Es Pablo, ya lo he dicho en más de una ocasión, posiblemente el hombre más querido por los jóvenes cantautores. Pablo los escucha, los atiende, acude a sus llamadas, canta con ellos, les da las gracias como si fuera él quien está aprendiendo. Y, conociendo a Pablo, seguro que aprende de ellos, que está convencido de que recibe de esos jóvenes toda la sabiduría de una vida que él ha sabido vivir con el alma limpia.

Maravilloso Guerrero de batallas ganadas al odio, a la incomprensión, a la intolerancia. Bueno. A lo que íbamos. El día 13 Pablo estará en el Galileo (Galileo, 100), presentando un disco, una antología extraordinaria: Lobos sin dueño. Yo estaré. Con Pablo. Con vosotros. Viviendo y soñando esas canciones que un día me ayudaron a ser libre, a soñar. El día 13 quiero soñar de nuevo con Pablo.


Me pasan estas fechas de próximos conciertos:

13 febrero, Sala Galileo Galilei, Madrid

14 febrero, Campos Elíseos, Bilbao

15 febrero, Teatro Arbolé, Zaragoza

1 marzo, Teatro Cervantes, Valladolid

20 abril, Gran Teatro, Cáceres



martes, 5 de febrero de 2013

Más micropoemas

Como quiera que seguimos igual, con poco tiempo y dificultades, vuelvo a poner nuevos poema de mi cuenta de Twitter @RSerranoRecio


Y, luego, en esa incierta hora de los amantes
acudo a tu llamada, me detengo en tu blusa,
busco por tus botones y me pierdo en tu falda

****

En ti comienza todo: los días y sus noches,
el espejo y el aire, las tardes de tormenta
la boca que me llama y la palabra nunca.

***

Alguna vez y cuando nada espero
me visita el recuerdo de su risa.
Aún sueño con sus labios y el caliente
rincón donde morían mis deseos.

***

Cuando todo se acabe, allí estará la carne
recordando que el tiempo es asesino,
inevitable verbo de un amor en la lluvia.

***

Tu cuerpo dolorido. Y tan cansado.
Hoy nuestra cama es país extraño.
Exiliado de ti, rezo tu nombre.

 ***

Precipitadamente azul. Precipitada
lluvia. Tú, perdida en los vagones
de un tren que nos devuelve hasta la infancia.

***