viernes, 30 de noviembre de 2007

Una mujer en un bar

Me dice que fue joven y hermosa,

-“Pero, ¿quién no lo es con veinte años?”-

y hasta un poco alocada, me asegura

-“Demasiado bonita... y ya se sabe”-.


Trabajó por las noches, ese espacio

en que es difícil separar nítidamente

lo que llamaban honesto por entonces.

-“Pero con la decencia no se come”-


Eran años de fríos y de olores

a repollo y miseria en la escalera.

Los años de posguerras y de hambres,

cuando duraba dos segundos la esperanza.


Me asegura que fue amada por hombres

que buscaban muchachas que debajo

del vestido llevaban con vergüenza

esa ropa interior áspera y vieja.


Me cuenta que vivió deprisa y sola,

-“No sabe lo que cuesta despertarse

con un perfume ajeno en el estómago”-

y consumió voraz besos y años.


Ahora bebe, despacio, su cerveza.

Apura, a tragos largos, sus recuerdos

tan lejana, como si todo el universo

ya no existiera fuera de esta barra.


En fondo del vaso ve mirándola

su belleza de entonces. Aquel rostro

que un día fuera su única riqueza,

la prueba de una vida hecha pedazos.

jueves, 29 de noviembre de 2007

Gana la Iglesia

La verdad es que, en ocasiones, está visto que no hay manera. Hay cosas que te hacen escribir, recuperar las ganas. Los amigos, sobre todo. Esos que hoy han llenado de calidez estos comentarios. Y, en menor medida, lo que leo hoy en El País. Tremendo. Dicen que el programa electoral del PSOE ha evitado cualquier promesa que pueda molestar a la Iglesia.

Tremendo. Siempre la Iglesia imponiendo su moral, sus ideas a cualquier razón. Así que, dicen que el PSOE no hablará para nada de la eutanasia, ni del concordato, ni de cualquier cosa que pueda molestar a nuestros obispos. Es increíble. Tal vez así se explique porque lleva la Iglesia más de 20 siglos imponiendo su doctrina, su forma de ver la vida, su moral y su sinrazón.

Me parece grave que un Estado laico, un Gobierno laico, un partido de izquierdas o que se llama de izquierdas se someta a la voluntad de unas personas que no representan a la mayoría de los españoles. Gozan de una situación privilegiada, gozan de subvenciones que no tiene ninguna otra religión, gozan sus obispos y sacerdotes de un status privilegiado... Y siempre quieren más. porque la Iglesia no respeta otras creencias ni otras ideas. Se cree en posesión de la verdad, se inviste de una autoridad que no tiene. Arrolla cualquier iniciativa que no le interese religiosa o económicamente. Se impone. Y se ha impuesto una vez más.

No voy a hablar de la eutanasia, aunque creo que cualquier persona tiene derecho a disponer de lo único auténticamente suyo: la propia vida. Creo que hay vidas que dejan de serlo cuando el dolor y el sufrimiento son sus únicas esperanzas vitales. Creo que, aún así, un hombre o una mujer tiene derecho a querer vivir aunque sea en medio de atroces dolores. lo respeto y los admiro. Pero también tiene derecho a decidir que eso no es vida y pude buscar una salida a través del fin de su propia existencia.

Pero todo esto, es un problema menor. Lo verdaderamente importantes es que la Iglesia ha ganado de nuevo. Lo importante es que ha imbuido su santo temor en un partido que se dice laico y de izquierdas. Todos de rodillas. Que no se molesten los obispos. Ellos tienen derecho a intervenir en elecciones, a manifestarse contra lo que consideran contrario a sus principios. Ellos pueden criticar, inmiscuirse en materias terrenales. Pero que a nadie se le ocurra inmiscuirse en su forma de llevar su negocio, que a nadie se le ocurra inmiscuirse en sus elecciones, en sus finanzas, en sus decisiones, aunque eso provoque muerte y desolación.

Si Dios existiera, hubiera fulminado ya con un rayo esta Iglesia hipócrita y egoísta. Si Dios existiera, como hiciera Jesucristo, los hubiera arrojado del mundo a golpe de látigo.

Pobre PSOE que busca sus votos en las cloacas de una religión apolillada y sucia.


miércoles, 28 de noviembre de 2007

Cansancio

A veces, se cansa uno. Son estos momentos en los que uno no sabe si merece la pena dejar en este blog pensamientos, reflexiones o tonterías. Hoy estoy cansado. Me cuesta escribir algo. Leer.

También uno tiene derecho a un desahogo, ¿no?

lunes, 26 de noviembre de 2007

Elecciones

Estamos ya en ello. Los próximos meses van a ser tremendos. Me dicen que el PP se frota las manos ante los resultados de las encuestas que aparecen a diestro y siniestro. Y me cuentan que, por las mismas razones, el PSOE anda preocupado.

Como en casi todos los procesos electorales la abstención será lo que marque o pueda marcar el triunfo de uno u otro partido. Sabido es que la abstención ha favorecido siempre al PP. Tiene un electorado fiel que acude en masa a votar. No importa que haya mentido y mienta, que tenga paralizado el poder judicial, que fomente la crispación. Sus votantes acudirán a votar como fieles militantes.

No pediré voto. Pero sí pediré ya a quien no votar. Si desde la oposición el PP ha luchado con las armas más sucias contra los derechos ciudadanos, el matrimonio homosexual, el derecho al aborto, la independencia judicial, la ley de la memoria y tantas cosas más, miedo da pensar en lo que hará si un día alcanza el poder.

Se equivocan quienes arguyen que da lo mismo. Han demostrado en estos años su incapacidad para aceptar la voluntad de las urnas, su nula capacidad para aceptar el derecho individual de cada uno y cada una, su facilidad para la mentira y el engaño. Su desprecio al ciudadano, su falta de respeto hacia las instituciones.

Intentarán cambiar todo, desde la Ley de la Memoria Histórica a la ley de Educación. Aunque sea de pasada y por la parte que me toca, ¿qué se puede esperar de quienes ven en la canción de Ismael Serrano, "Papá cuéntame otra vez", una apología del comunismo revolucionario?

Sé a quién votaré y seguiré votando a quien siempre he votado, por más que me resulte cada vez más difícil soportar a la casta de políticos que nos ha caído en suerte. Pero votaré e invito a votar para que ese rencor, ese resentimiento, ese afán de venganza que mueve las políticas del PP, no triunfe.

viernes, 23 de noviembre de 2007

Un soneto

La vida es injusta

La vida, ya lo sabes, es injusta.

El amor de tu vida siempre llega

tarde y cuando no tiene remedio

y después de buscar inútilmente.


Es injusta la vida. Siempre otros

triunfan donde abrazaste tú el fracaso

sin importar ni esfuerzos ni ocasiones

y sin que valga para nada tu valía.


Así que déjate de darle vueltas.

Practica, si es que puedes, el cinismo

y busca en el pasado las preguntas.


La vida son dos días. Ya lo dicen

en bares y tabernas. Bebe a tragos

cada beso que, a veces, te regala.

miércoles, 21 de noviembre de 2007

Muerte por televisión

Ha muerto otra mujer a manos de su compañero. Lo más terrible es que unos días antes había estado en uno de esos infames programas del corazón en el que le habían tendido una trampa. La invitaron sin decirle para qué. Y allí se encontró con su antigua pareja que, rodilla en tierra, le pedía que volviera y se casara con él. Ella se negó. Dijo que había muchas razones para ello. Días después se supo que detrás de todo había una historia de malos tratos.

El hombre estaba condenado y tenía orden de alejamiento. No fue óbice para que la televisión citara a la pareja e , intentara, como buena celestina, unirles de nuevo. Días después, el hombre fue a buscarla y la mató de una cuchillada en el cuello.

Esta tarde seguro que la audiencia de esa programa será fantástica y la cadena repetirá las imágenes de la mujer diciendo que no quería volver con él. Todo sea por share. ¿Cómo es posible que un hombre, condenado por maltrato, con orden de alejamiento, haya conseguido ir a una televisión a ver a su víctima? ¿Estos programas no tienen ni la más mínima investigación sobre sus invitados?

No es la primera víctima. Otra mujer fue asesinada poco después de que en otro programa parecido contara el maltrato de que era objeto. Nada pasó entonces. No hubo ni la más mínima señal de arrepentimiento de quienes habían participado en el horror. Más audiencia. eso es lo único que importa.

Hace unos días un hombre tomaba el pelo a otra cadena de tv haciendo pasar como nuevas unas imágenes, supuestamente de la juerga que Farruquito se había pegado tras salir de la cárcel. Eran falsas y las imágenes correspondían a una fiesta muy anterior a su ingreso en prisión. El programa no había hecho ni lo más elemental: comprobar la veracidad de las fuentes.

El espabilado que vendió9 las falsas tomas, llamó al programa, les tomó el pelo y puso en evidencia lo que ya es obvio. La televisión, estos programas, no tienen ni el más mínimo respeto por la verdad. El otro día una de esas periodistas del corazón que anda reivindicando su profesionalidad y ética periodística, ante una persona víctima de sus informaciones que le reprochaba que ni siquiera le hubiera llamado para contratar una noticia que le afectaba personalmente, le respondió muy suelta que ella no tenía por qué llamarle, que ella ya contrataba con otras personas.

Una de las primeras reglas del periodismo es contrastar y pedir opinión a la persona afectada por una información. Pero la periodista profesional no lo cree necesario.

Viene a cuento todo esto porque se quedará impune que un maltratador, con orden de alejamiento, repito, haya acudido a un programa a hablar con la persona maltratada, a engañar a toda la audiencia y a matar días después a su víctima. Nadie se preocupó de investigar quién era él, qué relación tenía con aquella mujer n i lo peligroso que podía ser que volviera a verla.

La mujer ha muerto. La audiencia del programa sube como la espuma.

domingo, 18 de noviembre de 2007

Gregorio

Un amigo de este blog, querido amigo, Gregorio Gordo, estuvo ayer en el programa de Tele 5, La Noria. En teoría iban a hablar de la República. Al final, terminaron hablando de la separación de los Duques de Lugo. Gregorio estaba perdido entre el hijo bastardo de Alfonso XIII, un tal don Leandro que ha tenido a bien ponerse un loock de personaje del siglo XIX y defender, con más voluntad que acierto, a su familia Los Borbones, y personajes de las tertulias del corazón, periodistas venidos a menos... y la locura.

Aquello era un desatino. El tal don Leandro, famoso por haber escrito un libro sobre su padre el rey, y defender la pureza de la sangre real (que ya me dirás cómo puede hacerlo quien se ha hecho conocido por ser hijo ilegítimo de un rey) estaba orgullosísimo de su sobrino Juan Carlos y defendía que el Rey podía hacer con el dinero que le damos todos, lo que "le diera la gana".

Con él, otros, como Jiménez Arnau, que, a través de sus comentarios jocosos y disparates que no venían a cuento, buscaba y encontraba los aplausos de un público que había ido a divertirse. Gregorio Gordo, el hombre, dirigente de IU, andaba sin saber por donde acabaría aquello. Cortó muy bien algunas bromas, pero, lo que él decía no interesaba nadie.

Insistía en lo absurdo de una Monarquía a estas alturas de la película. Pero estaba claro que lo que allí interesaba era lo del famoso divorcio temporal, el cese, o como lo quieran llamar.

No insistiré en el tema de la Monarquía.Pero sí conviene dejar constancia de lo que, al menos a mí, me parece un peligro: esta ola de intentar desprestigiar la Monarquía, desprestigiando de paso la República. El tema es muy sutil. Y da la sensación de que quienes lanzan tonterías sobre la Monarquía lo que en el fondo están haciendo es afianzándola, colocándola en una situación de victimismo que viene muy bien para ocultar el verdadero debate sobre Rey o República.

La Monarquía no tiene sentido. Pero no porque la hija del Rey se separe o porque el Rey lance un "por qué no te callas", o por que el Príncipe se haya casado con una plebeya. El debate es si es normal que en el siglo XXI debe de existir un jefe de Estado por las únicas razones de la sangre, de la herencia. Que, por cierto, tal y como han sido los reyes y Reinas de este país, vete a saber qué sangres se mezclan en sus venas.

La Monarquía merece un debate en serio. Y no vale decir que a Juan Carlos lo elegimos con la Constitución. Es cierto que en el texto nos venía la cuota de Rey. Pero ni los españoles de ahora son los de antes, ni la situación es la misma. Yo podría estar de acuerdo con la Monarquía si, cada cuatro años, eligiéramos el Rey, libre y democráticamente. Aún en el supuesto de que al Rey se le eligió en el referendum constitucional, hoy la mayoría de españoles son otros y no participaron en aquella consulta.

La verdad es que si al Rey se le eligiera cada cuatro años, no se llamaría Rey, se llamaría Presidente de la República, que es lo que gente como Gregorio Gordo, intentó explicar y no le dejaron. Un abrazo, Gregorio. Estoy seguro de que algún día, nosotros o nuestros hijos, irán a votar por un Presidente de la República. Y si no, al tiempo.

miércoles, 14 de noviembre de 2007

Violencia

Es terrible la noticia, la muerte. Ese joven asesinado por la sinrazón, por la cólera, por la intolerancia. Pensar que un muchacho mata a otro a navajazos es algo que repugna, que nos rebaja al más bajo nivel animal.

No sé cómo se pueden autorizar manifestaciones contra la emigración. contra la inmigración, contra lo ajeno. No importa que haya sentencias que lo permitan. Creo que la Delegada del Gobierno tenía que haberlo prohibido. Y que, luego, los jueces digan lo que quieran. Pero autorizar una manifestación en la que se rechaza al otro, al que viene de fuera, está contra la misma esencia de la humanidad.

No hay derechos que amparen el odio, por mucho que lo diga una sentencia, por mucho que lo digan unas leyes. Un muchacho muerto. El odio campando por la calle. La revancha, la venganza otra vez corriendo por las venas de las calles.

Es en estas ocasiones cuando uno se siente cansado de ser hombre si ser hombre es compartir esa humanidad no ya con quien con un machete acaba con la vida de otro, sino compartir humanidad con quienes permiten, permitimos, alentamos, que cosas así sucedan. Me canso de ser hombre. Me canso porque mañana habrá más muertos, más manifestaciones contra los seres humanos que vienen a buscar pan y trabajo, a buscar una vida que no encuentran en sus países de origen.

Y lo demás, el " por qué no te callas", la verborrea de Chávez, la contratación de tres Premios Nobel para el programa electoral socialista, las protestas diplomáticas, las críticas del PP, la preocupación de las empresas españolas en países latinoamericanos, la separación de los Duques de Lugo...todo eso, la verdad, me importa una mierda.

lunes, 12 de noviembre de 2007

El viejo tacto

Viejo tacto

Tal vez venga la tarde con un vestido blanco

y tu voz me recuerde que hay otoños abiertos,

y valles encantados donde buscar poemas

y mujeres de sal que viven en mis manos.


Tal vez sea el gin-tonic, o una mirada ajena

lo que pueda salvarse de un lunes de noviembre.

O esa desazón de no encontrarte en cines

donde ponen películas que un día fueron nuestras.


A lo mejor el músico del metro toque un tango

y vista la mañana de Troilo y Goyeneche

y sean los amigos como un vino caliente

que alegre el corazón roto por sus esquinas.


Yo no sé si el pecado será el trozo de cielo

que una vez descubrimos en las viejas pensiones

ni si habrá flores rojas en viejos hospitales

donde curan la herida abierta del recuerdo.


Pero hoy que te añoro, cuando termina el mundo,

rebusco en los cuadernos de versos amarillos

y me cuesta trabajo pensar que sólo eres

un cuerpo del que guardo, borroso, un viejo tacto.

domingo, 11 de noviembre de 2007

Lio en la cumbre

Me faltan datos para comentar cumplidamente lo ocurrido en la cumbre de Santiago de Chile. Periodísticamente, me parece un hecho con el que cualquier profesional sueña. Y la imagen del Rey, mandando callar a Hugo Chávez hay que reconocer que es un gesto que, por encima de que yo no comparta la monarquía, me hace reconocer que Juan Carlos demostró que es un ser humano, cosa que, por cierto, es lo único que nos acerca.


Que Chávez, posiblemente, no eligió el mejor momento par hacer publicas unas ideas sobre las que no le falta razón, parece incuestionable. Que Chávez, además, no sea el más adecuado para decir ciertas cosas, también. Se pueden apoyar algunas de las cuestiones que planteó. Se pueden apoyar, incluso, algunas de sus decisiones. Pero hay otras que, desde un punto de vista democrático, no puedo aplaudir: el cierre de televisiones, por muy de derechas que sean, su afán por perpetuarse n el poder, su populismo... etcétera no puedo compartirlas.

Y, dicho eso, cuando acusa a Aznar de haber apoyado el golpe intentado contra él, las hemerotecas demuestran que tiene razón y que el entonces presidente de Gobierno español apoyó una acción inconstitucional, reconociendo como presidente al golpista que quiso acabar con Chávez.

Y también tiene razón cuando acusa algunas compañías españolas de haber expoliado o, al menos haberse aprovechado de la riqueza de los pueblos indígenas. La actitud de empresas y empresarios de nuestro país con el continente latinoamericano no es para estar orgullosos. Cierto.

Cuando se entra en democracia hay unas reglas de juego que pueden gustar o no, pero que se aceptan o se rompen. Aparentemente, él las ha aceptado. Y lo que fuera o lo que hiciera Aznar ha quedado en evidencia ante la historia. Tal vez no hacía ninguna falta provocar la tensión en una cumbre que, dentro de todas sus limitaciones, había, al menos, abordado la situación de los paises latinoamericanos.

Nunca he apoyado ni compartido algunas -muchas- cosas de lo que hicieron los españoles que llegaron a aquellos países. Puedo compartir la responsabilidad como español con quienes conquistaron aquellas tierras con la cruz y la espada, con la sangre y la muerte.

Pero mi responsabilidad es mucho menor que la de los antepasados de Chávez o de Daniel Ortega, por poner dos ejemplos de líderes de la cumbre. Sus antepasados sí estuvieron allí, sus antepasados sí masacraron y robaron tierras. Por sus venas corre sangre de aquellos a los que, justamente, reprocha sus actos. Los míos, no.

Decir, como dijo Chávez, que los españoles cometimos mil vilezas es cierto. Pero no los españoles que estamos aquí, en España. O no todos. Sus abuelos sí estuvieron en aquella conquista y, por sus venas, corre la misma sangre que la de aquellos sobre los que ahora quiere cargar toda la responsabilidad.

Si hay una responsabilidad y una vergüenza en la conquista de Latinoamerica, es una responsabilidad y una vergüenza común. También suya. La de sus antepasados. Reivindicar el indigenismo es justo. Pero quienes lo hacen deben saber que su corazón late con los mismos impulsos, con la misma sangre nuestra. Todos somos culpables. Y todos debemos trabajar juntos para reparar las injusticias cometidas. Lo demás, son brindis al sol y ganas de ignorar la historia.

Pero, en fin, no quiero sentar cátedra. Me faltan datos. Y estas líneas son simples comentarios, dudas que uno tiene.

jueves, 8 de noviembre de 2007

Más de lo mismo

No sé si merece la pena hablar otra vez de estas cosas. A mí, al menos, me da cada vez más tristeza leer lo mismo sobre el 11-M. Dios, mío, ¿descansarán alguna vez en paz las víctimas? Con sentencia o sin sentencia, da horror leer las mismas opiniones, las mismas barbaridades. estoy convencido de que nunca, jamás, salgan las sentencias que salgan habrá acuerdo.

Y no puede haberlo porque cada uno busca en cada letra, en cada coma, la confirmación de sus ideas. Me da ya igual que unos se basen en mentiras, en rencores, en intereses espurios. Y que otros busquen en ella su legitimación. Me da igual. Deseo fervientemente pasar página. Deseo que el dolor quede en el alma de los hombres y mujeres de bien como un poso de acercamiento, de fraternidad.

El 11-M, su horror, ese horror al que se refería Kurtz en el libro de Conrad, "El corazón de las tinieblas", tendría que haber servido para unirnos a todos en el mismo sentimiento: el cariño y la pena por tanto muerto, por tanto herido. Qué tristeza que haya servido para lo contrario.

No sé qué decir. Quisiera no volver a oír más cosas ni en teles ni en radios. No volver a leer el desprecio con el que, al final, se trata a las víctimas: los muertos, los heridos, los que llevan el dolor de su pérdida.

He dudado mucho antes de escribir estas líneas. Lo hago porque quiero que sean las últimas que se recojan en este blog. Yo recordaré siempre el sobresalto con el que me desperté aquella mañana en Córdoba, cuando mi hijo mayor me llamó para decirme que habían puesto unas bombas en Atocha y que se temía que hubiera numerosos muertos.

Recordaré siempre mi deseo de venirme a Madrid. no sé a qué. A estar aquí. A sentirme arropado y protegido por mi familia, a llorar a los fallecidos. Nunca olvidaré la lluvia que nos acompañó a miles de madrileños por esas calles llenas de llanto. la emoción de sentirme uno más entre tanto dolor.

Recordaré siempre aquellos días. Y me da igual que luego hubiera elecciones, que cambiara el gobierno. Me da igual todo. Pero quiero dejar de oír tanto grito rabioso, tanta basura volcada sobre los corazones rotos de tanta gente. No quiero que nadie utilice mi dolor, mi participación en la manifestación, mi voto, mi vida en suma. Mis sentimientos. Silencio, ya, Silencio.

martes, 6 de noviembre de 2007

Vigilia

La noche eterna

Era la noche un vaso de agua en la mesilla,

la lámpara encendida y el goteo del grifo,

algún nombre lejano perdido en la memoria

y la amarga certeza de un adiós susurrado.


Las horas los abismos donde caer sin alas,

donde enterrar promesas de amores consumidos,

amores que volvían después de tantos años

vencidos por la vida y los perros del tiempo.


Miraba tu belleza dormida entre las sábanas,

tus pechos inclinados. Escuchaba el silbido

colándose en tus labios, brisa de cualquier isla

sin robinson ni viernes ni palmera o corales.


Por el cielo pasaban estrellas y naufragios

y las viejas palabras eran como la arena

perdiéndose en tus dedos de aquella playa muerta

en el rincón perdido de la alcoba alquilada.


El deseo es un niño con un juguete nuevo

tal vez sólo el relámpago que anuncia la tormenta

del olvido que habita en espacios de humo

y los besos son nudos que rompe el calendario.


Pero miro esta noche cómo duermes ajena

al miedo y los fantasmas de un abrazo que ha sido.

Y me acerco a tu cuerpo y busco en tus caderas

la eternidad de ahora. Este instante de dicha.

ONGs

Os paso un comentario de una amiga mía. Creo que lo dice todo sobre los niños del Chad


¿El fin justifica los medios?

Parece que últimamente no dejan de salir a la luz acciones de ongs que más que solidarias y sin ánimo de lucro parecen estar hablando de gobiernos corruptos, desviación de fondos o tráfico de personas. Al parecer algunas ongs han olvidado el significado de sus siglas y el único fin que debe moverles.

Me da la sensación de que el tercer sector se está convirtiendo en uno de los negocios más lucrativos y rentables del mercado y que, tal vez en breve, el Corte Inglés y el Banco de Santander pasarán a formar parte del largo listado de ongs registradas en España.

Por lo que nos cuentan en televisión, hemos pasado de las campañas de sensibilización a utilizar el dolor, la miseria, el hambre y las desgracias ajenas como reclamo publicitario y sensiblero; hemos pasado de las campañas contra las minas antipersonales y de llevarnos las manos a la cabeza por los niños de la guerra, a traficar con ellos en aras de un futuro mejor o quizá de un mejor futuro para las parejas sin hijos…

…y acabo de escuchar en las noticias “que no se hizo con mala intención”, vamos que el fin justifica los medios, que nos saltamos a la torera eso de los derechos de los niños, total, para qué!! ¿qué niño del Chad va a reclamar los suyos?...

Flaco favor se está haciendo a tantas ongs que cada día luchan por esos derechos, que se encuentran con mil pegas para conseguir una subvención con la que construir una escuela en Ecuador, que en lugar de ongs tendrían que ser “empresas de ideas” para conseguir, con los euros que nos sobran, a algunos, dar de comer a 100 niños cada día. Ongs que realmente se sustentan con el trabajo voluntario de personas que trabajan desde la convicción de que hay un futuro mejor para esos niños, pero no a toda costa.

Pino

lunes, 5 de noviembre de 2007

Ayer

Mujer que fuma


Fumo ahora, ya ve, cigarrillos con filtro,

bajos en alquitrán y sustancia adictiva

y me paso la tarde pensando en algún viaje.


Tengo que confesarle que no busco caminos,

veloces carreteras hacia mares soñados

pues sé que la nostalgia es un perro rabioso.


Lo supe desde siempre: Que el amor es huida

imposible y los cuerpos albergan solamente

carne y huesos y el alma es un viejo recuerdo.


Tuve un día otros cuerpos para buscar el mío

y un mapa del tesoro en la piel de otros pechos

-los puntos cardinales partían de su ombligo-.


Amé como se amaba al principio del mundo.

Y bebí del pecado más salvaje y más tierno.

El futuro era el beso del minuto siguiente.


No busqué el paraíso, lo tenía en mis dedos

cuando descubrí soles grabados en la carne

de amantes de una noche que nunca terminaba.


Ahora sé que la vida es como una mariposa

volando en un otoño con las horas contadas.

Y la vejez un barco sin rumbo ni destino.


No sabría decirle con qué me quedaría.

Ni siquiera conservo el sonido lejano

de una voz que dijera: “te amaré para siempre”

viernes, 2 de noviembre de 2007

Sentencia

Salió la sentencia del 11 M y, como cabía esperar, apenas ha cambiado nada. Nunca esperé grandes cosas. He dicho alguna vez que no sé que hubiera sentido si uno de mis familiares hubiera sido uno de los afectados en los atentado. Por eso no me atrevo a juzgar a quienes dicen que recurrirán la sentencia o a quienes aseguran que les parecen blandas. Sólo ellos tienen el derecho a opinar cuando la sentencia les afecta tan de cerca y tan terriblemente.

Otra cosa es que unos y otros, desde el espacio político, hayan retomado los sucesos terribles de aquel 11 M para seguir vertiendo veneno y y dolor, insultos y descalificaciones. Sigue la orgía de las declaraciones de gentes del PP ante poniendo sus intereses electorales a cualquier deseo de justicia.

Tampoco es que me guste la actitud del PSOE, aunque reconozca que es bastante más comedida y razonable. ¿No sería mejor dejar que la Justicia siguiera su marcha y, si hay que continuar, se continúe sin esta terrible presión mediática, política?

No creo en el olvido. Siempre he creído en la memoria no para la venganza, sino para le enseñanza, para que no se repitan horrores como éste. Por eso no creo que haya que olvidar el 11 M, aunque sólo sea por respeto a quienes murieron aquella terrible mañana.

Pero necesitamos todos la calma, dejar pasar el tiempo, llorar a nuestros, a sus muertos y procurar que el mundo en el que vivimos sea un mundo más justo y bueno. Ha salido la sentencia. Algunos pasarán buena parte de su vida entre cuatro paredes. Es verdad que otros han sido absueltos. No sé si es justo. No soy un experto en leyes. Pero la sentencia parece razonada y razonable. Si alguno ha quedado sin el castigo que creíamos que se merecía, a través de los recursos puede que se corrija lo que aparentemente no está bien.

Lo triste es que, a juzgar por lo que estamos oyendo, el 11 M está sirviendo para dividir a la sociedad, con el inestimable apoyo de medios y políticos que buscan en un acto tan deleznable el caladero de sus votos y de sus ideologías. No ha traído la sentencia la paz. Ojalá que las verdaderas víctimas sí descansen en paz.