lunes, 24 de junio de 2013

De entonces

Nada podrá llevarnos a las noches salvajes.
De vuelta hacia la sombra donde me amaste un día.
El corazón amargo y esos huesos del sueño
jamás sabrán que fuimos la palabra del ángel.

Entonces y ahora mismo, cuando se cumple el rito,
la promesa que dimos en el miedo del siglo,
podemos navegar por los trenes y barcos
que nos llevaron hasta el confín de los mundos.

No me amas, es cierto. Ni siquiera te tengo
en el ciego camino que viene de la tarde.
Estás en la penumbra, lo mismo que el pasado
de versos prohibidos y palabras calladas.

Amarte y no saberte ni cercana ni tierna.
Deshecha entre la plata de tu pecho y tu espalda.
Sabiendo que no estoy herido entre tus muslos,
Cadáver en tu boca donde mueren las letras.

Nada sé. Nada tengo. Sólo está la imposible
certeza de otro cuerpo que en nada se parece
a este extraño espejismo que todavía me evita,
y se rompe y me rompe, primavera de fuego.

Que vivas para siempre en la nostalgia de otro.
Y que tu nombre tenga todo el abecedario.
Que sueñes cada noche en sábanas ajenas.
Y que yo nada sea, salvo un leve recuerdo.

martes, 11 de junio de 2013

Hospitales


Lo peor, amigo, y se dé lo que hablo,
es, cuando en el hospital, una muchacha,
joven y ciertamente hermosa, lava
tu cuerpo derrotado mientras habla
del tiempo y de la vida. Y sientes
la suavidad del látex en sus manos
que recorren rincones que creías
sólo al placer abiertos. 

                                      Y ella mira,
indiferente a todo. Te preguntas entonces
qué es el amor, capaz de levantarse
entre la carne herida y derrotar la fiebre
y devorar con ansia los virus de otros labios
y capaz de buscar en una piel deshecha
el paisaje más bello de la tierra. 

                                       Y en las manos
de una muchacha extraña te abandonas,
sabiendo que los cuerpos, con los días,
olvidan el recuerdo de otros cuerpos,
la huella de los dedos que creímos
eternos.  La pasión infinita no era nada.

martes, 4 de junio de 2013

Nueva canción de Paris Joel

Paris Joel, magnífico, como siempre, ha hecho una canción maravillosa. No quiero dejar de recomendar que la escuchéis: Dientes de Dragón. Atención a la letra, trata, como él cuenta sobre la alarmante deriva de las nuevas armas de guerra como los "Drones", aviones robotizados, que eliminan vidas humanas a distancia.

Paris. Esta canción tiene que difundirse. Tenemos que vernos. Cuando acabe todo este lío que ahora me retiene en Madrid, tenemos que vernos. Un abrazo grande, amigo.

Escuchadla, aqui


lunes, 3 de junio de 2013

Y final

El pasado es un pájaro con las alas cortadas.
Y no es nada el recuerdo cuando no está tu nombre
en los labios de ella. Y las cartas no tienen
remitente o franqueo a pagar en destino.

Sólo está la amargura de esos días azules
que ya no te llevan a los cuerpos amados.
Una sola palabra para salvar al hombre,
para traerlo al mundo donde habita el exilio.

Mas no hay nada. No hay nada más allá de este instante,
Ella no te pronuncia. Ni te busca en las líneas
de un correo electrónico. Tanto tiempo perdido.
Ni siquiera los sueños son espacio en el tiempo.

Treinta años, de pronto, que destrozan la carne,
aquella que creímos inmortal y perfecta.
Esa palabra suya, un eco muy lejano
del tiempo de la dicha y los campos de trigo.

A hora hubiera dado la vida que no es mía
por que, al menos no fuera, sólo un nombre de arena.
Hubiera deseado que me odiaras a muerte,
antes que ser ahora, unas letras sin sangre.

Durante unos días, por razones personales estaré ausente del blog. Os dejo este poema