lunes, 29 de noviembre de 2010

Por todo eso

Por los besos que dejaste hasta mañana,
por la palabra amor que no juraste,
por las caricias para luego prometidas,
y el refugio sin dudas de tu pecho.

Por las esperas y los aeropuertos
y el sueño que cercaba nuestros ojos,
por el miedo a no verte en esos días
en que no estaba escrito nada y todo.

Por esas manos que tantas veces fueron
el descanso soñado de las noches
y el leviatán del lunes que buscabas
en los mares azules de la infancia.

Por tantas cosas que fueron y quedaron
en las ruinas de calles y de versos,
por los labios que ahora estoy seguro
se abrieron como flores en mis dedos.

Por tu cuerpo vencido y recordado,
por el suspiro ardiente que dejabas
quemando en fuego amargo por mi espalda,
y por el cielo vertical de tu mirada.

Porque siempre te quise y te he querido.
Por no saber si aún tú me recuerdas.
Porque no sé si la melancolía
es una forma tuya de quererme.

Por eso y todo eso te convoco
esta mañana fría. Porque nada
volverá jamás a ser lo mismo,
te escribo del olvido. De allí vengo.

lunes, 22 de noviembre de 2010

Recuérdame

Recuérdame tú ahora, hazme vivir
en el instante aquel en que reías
y, tierna, perseguías por mi espalda
el deseo y la vida, el latigazo
de mi cuerpo en tu cuerpo y la certeza
de saber que los cielos estallaban
en tu pecho y tus piernas y en tus ojos.

Recuérdame tú ahora que estoy triste,
que me muero cada vez que oigo tu nombre,
que te busco por mares de naufragios
y por tierras extrañas y otros cuerpos.
Recuérdame, mi amor, cuando la hora
de tantas sueños rotos hoy se cumplen.
Es el instante de la melancolía.

Sálvame del olvido irremediable.
Sálvame del silencio de tu boca.
Ya no sé si me añoras o si buscas
cada noche mis sueños y me muerdes
en estos labios fríos. O tan solo
soy para ti el polvo de los años,
suave roce perdido en viejos calendarios.

Pero, ahora, precisamente ahora,
en esta noche infame en que te lloro,
yo daría la vida que no tengo
porque, aunque fuera muy de tarde en tarde,
te llegara mi nombre y sonrieras.

jueves, 18 de noviembre de 2010

Artículo diarioabierto

Os dejo nuevo artículo en diarioabierto.es "A toro pasado" y que comienza así:

"He dejado, a propósito, pasar algunos días de la visita del Papa a España. He leído muchos comentarios. A favor y en contra. Y me parece bien. Quiero decir que me parece bien quienes defienden su visita y quienes niegan la necesidad de que en pleno siglo XXI un país aconfesional cargue con esta cruz. Pero hay matices."

lunes, 15 de noviembre de 2010

Vallecas

Recuerdo aquellos días cuando era
un muchacho delgado y muy moreno.
El barro y las chabolas, humedades
en la pared y el pecho. Los domingos
salíamos al baile. Fumábamos Bisonte
sin filtro. Y muchas noches soñábamos
con trabajar en la oficina de algún banco.

Era Vallecas república sin leyes. Viejo canto
libertario sin saber exactamente
ni qué hacer ni siquiera si podíamos
vivir de otra manera que de aquella
que siempre nos pareció maravillosa.

Recuerdo la cerveza al mediodía
en el bar de la calle y las partidas
al mús. Y aquellas broncas.
Las pandillas como
las de West Side Story
Y el autobús cansado cada lunes.
Y las bolsas de plástico en los pies
para que no se mancharan los zapatos.

Y recuerdo también a aquella niña
que me dio su pañuelo y el perfume
que me inundaba cada noche, cuando
soñaba con la tibieza de sus pechos.

Y, además, el dolor, las toses de los niños,
el olor a humedad que te impregnaba
hasta el hueso y la carne. La tristeza
de un horizonte sin luz y sin asfalto.
Y al viejo militante que decía
que este año moriría el viejo dictador.

Los panfletos sembrados en las calles
al despuntar el día. Y el miedo de los hombres,
las mujeres de luto permanente,
y los primeros fríos, las fiebres del abrazo,
cuando era una muchacha territorio,
maravillosa tierra no marcada
en ninguno de los mapas conocidos.

Y todo, todo eso, no ha podido
borrarlo lluvia alguna porque nunca
podrán arrebatarnos la certeza
de que a los quince años
fuimos capaces de ganarnos para siempre
la vida que latía en nuestros cuerpos.

viernes, 12 de noviembre de 2010

Mi amigo Joaquín

Joaquín Pérez Azaustre ha ganado el Premio Internacional de Poesía Loewe. Os dejo el artículo que he escrito el El Día de Córdoba. Tiene un blog que debéis de visitar: El Gran Felton, cuyo enlace está al lado.


Mi amigo Joaquín en Madrid

Mi amigo Joaquín, todos los viernes –o casi todos- come conmigo en un bar de barrio, en La latina, en Madrid. Somos varios amigos los que nos reunimos semanalmente para disfrutar de la conversación, de la amistad. Él no falla casi nunca, salvo que tenga que ir a Córdoba, que entonces no hay nada que le retenga.

Mi amigo Joaquín pide, casi siempre, un filete empanado, enorme, que devora sabia y gozosamente. Luego, con su tenedor, va pinchando en los demás platos para probar la comida de sus amigos. Lo hace para comprobar que los alimentos están bien y el otro puede comerlos sin ninguna preocupación.

Mi amigo Joaquín, alguna tarde, queda conmigo para tomarnos unas cervecitas y hablar de libros, de mujeres y de música. Dejamos pasar la tarde lentamente y el mundo se hace más cercano, más pequeño. Y las chicas que pasan por la calle son cada vez más guapas.

Mi amigo Joaquín escribe mucho y, por eso, hay tardes, días enteros en que no hay manera de verlo. Se encierra en casa, como un monje, y escribe y escribe. Los que le queremos sabemos que esos días no se le puede molestar. Además, que tampoco sabemos con certeza si, en ese momento, escribe sobre papel o en la piel de una mujer.

Mi amigo Joaquín es conocido en todo el barrio. Este hombre se ha ganado a todos los vecinos y la gente le saluda por la calle y llega a un bar y el camarero le dice: ¿Qué tal Joaquín,? ¿Cómo va eso? Y él contesta: Pues bien, o regular, porque no todos son días de gloria. La gente le quiere y le considera de aquí y le dice: Así que de Córdoba, ¿eh?
Y él dice que sí y habla de su ciudad y de su barrio y de su casa.

Mi amigo Joaquín es amigo de mis hijos y muchas veces me pregunto qué le ha hecho acercarse a un viejo como yo, siendo tan joven. Y es amigo de mi amigo Manuel Cuesta, que canta muy bien y con el que Joaquín grabó un disco. Porque mi amigo Joaquín canta. Y no lo hace mal. Y siempre le dice a Ismael que a ver si un día se echan un cante juntos.

Mi amigo Joaquín escribe como dios. Y yo casi todos los días, busco su columna en El Día, y la leo y digo: Muy bueno, tío. Porque mi amigo Joaquín, se me olvidaba, es un magnífico columnista, un extraordinario escritor y un poeta de esos que te llegan al alma y se quedan dentro. Es un poeta generoso y bueno y paciente con nosotros que le pasamos nuestros versos a ver qué le parecen. Y él los lee, nos aconseja, se preocupa.

Y el barrio está un punto orgulloso de mi amigo Joaquín, porque nosotros, sus amigos, vamos presumiendo por las calles y los bares de que tenemos un amigo que es escritor, que ha ganado muchos premios, que es muy buena gente y que –fíjate- acaba de ganar el Loewe que es una cosa muy importante.

Mi amigo Joaquín lo va a tener crudo estos días porque tendrá que invitar a mucha gente. La gente le dirá: Coño, Joaquín, con que otro premio. A ver si te estiras. Y mi amigo Joaquín, reirá con esa risa suya, y pagará una ronda para celebrarlo. A ver qué remedio.

Yo es que a mi amigo Joaquín Pérez Azaustre lo quiero mucho. No sé si se nota.

Rodolfo Serrano

jueves, 11 de noviembre de 2010

Falta de consenso

Escucho en la tele a José Luis Rodríguez Zapatero decir que no llevará adelante la ley de libertad religiosa porque, asegura, no hay consenso y la sociedad española no parece que la exija. Olé.

Pues es verdad que no hay consenso. El PP, claro, dice que no. Pero es triste que haga esas declaraciones tras la visita de un jefe de Estado, el Papa, que ha dedicado buena parte de su tiempo a insultar, desacreditar y poner en solfa al nEstado español, precisamente por su laicicidad.

Tiene bemoles la cosa. La reforma laboral tampco tuvo consenso y a José Luis Rodríguez zapatero no se le ha movido un músculo para llevarla adelante, sin consenso y con la mayoría del país en contra.

Este es un país aconfesional. Pero todavía tiene la gente que recurrir a los tribunales para que quiten los crucifijos de los colegios públicos. Es un país aconfesional, pero todavía los Presupuestos recogen importantes partidas para mantener a la Iglesia (ya sé que habrá quien diga que la Iglesia hace muchas obras sociales. Bien está).

No habrá ley de libertad religiosa para no molestar. A mí, en el fondo, me da igual, pero no del todo. A mí me parece indecente que se siga subvencionando a una Iglesia cuyos mayores gastos están en el mantenimiento de una liturgia y de un oropel obsceno. para seguir pagando los palacios arzobispales, para pagar los cálices de oro y las casullas con bordados de plata.

Si no quiere meterse en laberitos, me parece razonable que no se aborde la Ley de libertad religiosa, pero no es de recibo que se diga que es por falta de consenso. otras leyes, otros decretos, otras decisiones tendrían que haber tenido ese freno que hoy zapatero argumenta para no sacar adelante una ley que sólo viene a refrendar nuestra Constitución. me parece a mí.

En fin, una cosa más que viene a demostarr la tristeza y la falta de coraje de un Gobierno en el que muchos españoles depositaron su confianza.

lunes, 8 de noviembre de 2010

Visita papal

Es una larga marcha de rasos y de oro,
cruces de pedrería y cálices dorados,
ceremonias y cantos que suben hasta el cielo
y no bajan al barro donde se muere el hombre.

Automóviles negros y soldados armados
guardan las oraciones por la paz de este mundo.
El amor nada tiene, salvo aroma a pecado
y a vieja sacristía y a suciedad y miedo.

Un cuervo con el negro plumaje trasmutado
en un blanco purísimo bendice el sufrimiento
del hombre y de sus hijos, mientras él acaricia
el crucifijo de oro y el anillo de piedra.

Y lejos, y allí mismo, el mundo es todo un ascua
de guerras y de hambre. La policía, dicen,
ha detenido y lleva esposado hasta el coche
a un pobre carpintero que no estaba invitado.

lunes, 1 de noviembre de 2010

Dia de difuntos

Como los muertos, amor, que recordamos
un día en todo el año y olvidamos
después. Así nosotros. Igual que mi recuerdo
me temo que olvidado entre las cosas
que te llenan ahora. Y que te hacen
vivir sin que siquiera
tengas de ti o de mí otra nostalgia.

Hoy es día de lluvia y viento alto.
Como entonces.
Cuando tu nombre era una bandera
a la que defender del enemigo
de un tiempo ya pasado y tan lejano,
aquella en que envolverse y dormir siempre
bien pegado a tu cuerpo y a tus prisas.

Al menos, en este mismo instante,
me viene como un verso nunca escrito
tu piel hasta mi piel y me desangro
entre palabras, besos y promesas
que nunca me dijiste, aunque ahora mismo
te recuerde tan fiel como si fuera
ese mordisco exacto de tu boca.

No sé porque te escribo si yo mismo
jamás te seguiría. Si ya nunca
podría, mujer de otro, recrear el destino
abierto entre tus piernas. Si las cosas
son ya el hambre del hombre que te ama,
de quien está contigo, de quien sufre
un amor que no está en el calendario.

Dulzura del recuerdo que aún me mueve.
Y ese dolor sin nombre de saberte
piedra lejana y sola. Y sin embargo,
en mitad del camino de mi pecho,
para que siempre siga tropezando,
cuando te busco aún y todavía
un solo día del año. Y es bastante.