Aunque en este cuerpo, el mismo que tú amaste
hace ya treinta años, tres meses y seis días,
me quedara el sudor de aquellas noches,
el tatuaje azul del nombre que aún me callo,
o sólo el roce suave del labio y de los dedos.
Aunque no fuera este cuerpo el triste espejo
donde se rompen calendarios y relojes
y pudiera sentir, como en los días felices,
que no hay nada que valga más que tu sonrisa,
y no hay aventura mayor que darte un beso
a escondidas de todos o en un cine.
Aunque fuera yo el mismo que era entonces,
Marlon Brando en Tetiaroa,
o Gary Cooper en Hadleyville, o si Alan Ladd
no se hubiera marchado de la granja, incluso,
aunque fuera Don Murray
con Marilyn al lado,
con Marilyn al lado,
y aunqnue fuera el amor eterno y suave
como lo eran tus manos al amarme.
Aunque fuera todo como entonces,
esta mañana mismo te hubiera traicionado
con la muchacha
con la muchacha
que me mira al pasar y que se mueve
lo mismo que el pecado,
igual que te movías
hace treinta años, tres meses y seis días.
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