lunes, 10 de diciembre de 2007

La soledad

La soledad maldita, maldita hija de puta,

cada noche aparece rompiendo las esquinas,

se cuela por ventanas y agujeros, se instala

en los rincones más íntimos del alma.


Uno quisiera entonces encontrar una mano,

un espejo de aguas marinas, unos brazos

donde encontrar refugio. O tal vez solamente

una taza caliente de colacao, un cigarro.


Un verso, por ejemplo de Sonia, o una carta

olvidada en el último cajón de la mesilla.

Una radio que suene con música de Mozart.

O el recuerdo bellísimo de tu nombre en mi boca.


Cualquier cosa que salve los labios del mordisco

brutal de esa maldita, maldita hija de puta.

Cualquier cosa que sirva para hacer que el reloj

galope desbocado hasta esta fría mañana.

24 comentarios:

En El Corazón del Bosque dijo...

Hola Rodolfo:

He estado perdida una semana así que me he puesto al día en tu post. Te cuento que no soy muy apegada a las cosas materiales, intento vivir con lo que necesito realmente. Lo que sí tengo son libros, montañas de ellos. No paro de ampliar mi librería que ya ocupa dos paredes y no puedo deshacerme de ellos. Guardo todos, hasta los libros del colegio de mis padres (muy interesantes...: Enciclopedia Didáctica, los de Historia, con una censura muy favorecedora al Imperio Español, hasta un libro de texto que se llama Héroes, cada capítulo habla de un héroe español y ¡Franco ocupa un capítulo!).
Es cierto que no hay mucha gente que lea, es una pena, pero es que esta sociedad está evolucionando hacia otros derroteros más tecnológicos. ¿No es cierto que cada vez se escribe peor? En mi trabajo compruebo cada día que las nuevas incorporaciones no saben escribir, no ponen acentos ni les preocupa la forma del mensaje.
Y haciendo alusión a tu poema "La soledad", cada día es más fácil sentirse sólo en una sociedad en la que si no sabes cual es la última expulsión del Gran Hermano estás fuera. Sé que tu poema precioso) no va por ahí, pero me aprovecho del título para desahogarme.
Mientras las cosas importantes siguen sin resolverse. Las pateras siguen llegando y los terroristas matando sin piedad.
Y yo desvarío en tu post. Y te mando un beso.

CARMEN dijo...

Esta maldita soledad que nos oprime a diario.
Va a ser una de las lacras de este siglo XXI.
Un abrazo.

Paseando por tu nube dijo...

Hay momentos que es demasiado pesado su arrastre, cuando pasa de la necesidad a la obligación, no tenemos mas remedio que intentar llevar una equilibrada convivencia con ella e intentar buscarle su parte divertida, porque digo yo que la tendrá tambien, aunque cueste encontrarsela, estoy en ello.
Me gusta lo bien que la has descrito, la mía campa a sus anchas por mi vida.
Un beso

SONIA FIDES dijo...

Rodolfo ser capaz de mirar con esa claridad sin que el lenguaje sufra los desperfectos de esa sacudida, es un milagro sólo al alcance de los POETAS. Hace mucho tiempo que vengo diciéndoselo, pero este poema es la prueba palpable de que todas aquellas primeras sensaciones que surgieron cuando leí "Especial para cócteles" eran ya entonces una certeza.

Un abrazo.

Nota: Supongo que esos versos que le gustaría que le ayudaran a habitar la soledad, son de otra Sonia, pero como no tiene apellido, me tomo la licencia de adjudicarme ese verso un poquito.

Cecis ... funámbula dijo...

Perfecta descripcion de la soledad...esa que se convierte (como dice Paseando...) en obligacion.La que esta en medio de la multitud... La soledad de ausencia, la soledad que tiene nombre, apellido, piel, olor y tacto....ufff...maldita hija de puta!
Un abrazo Rodolfo!!

SONIA FIDES dijo...

Una nueva licencia, ¿hay algún correo electrónico al que poder escribirle? Quiero preguntarle algo.

Por si prefiere no dejarlo en el blog lo prefiere le dejo el mío: deneuve_69@hotmail.com

Un abrazo y disculpe la licencia.

Azul dijo...

"O el recuerdo bellísimo de tu nombre en mi boca."

Yo recuerdo como pronunciaba él mi nombre... y la soledad, la muy puta, decidió quedarse... aquí, sentada entre la gente y yo...

Hermoso, como de costumbre... y cierto...

Un saludo

AROAMD dijo...

"Una taza caliente de cola cao, un cigarro"
Ay, ... supongo que todos somos muy parecidos cuando la soledad, esa... la muy hija de puta, viene y nos retuerce de un mordisco. Y nada es distinto de ayer, pero qué ganas de correr hasta mañana. Hace tiempo que no lo siento, pero volverá, porque siempre se deja alguna excusa abierta para clavarse dentro y sin aviso.
Y lo enlazo a esto que alguien dejó por ahí, de Ángel González:

"Aquel tiempo
que dejamos por muerto volvió en sí,
y me hirió mortalmente por la espalda"

Hoy cuánto he disfrutado este poema.

txilibrin dijo...

Desde que vivo sola en Madrid, me identifico con este poema. Supongo que echo de menos lo que tenía antes, aunque no lo "utilizase". No sé. Desde hace un año "odio" los días festivos. Es como si estuviese perdida y sin saber qué hacer. Al final, acabo siempre en la cama leyendo o viendo una peli. Sé que es un día más, pero no puedo dejar de querer que termine.

.JL. en los afelios dijo...

joder.
Se me han erizado los pelos cuando tomabas un colacao,
porque yo me fumaba un cigarrillo.

He podido recordar como sonaba mi nombre de su boca...
Despues, esa hija de puta,
esa dama llamada soledad,
castiga la arena de mi reloj,
y silenciosa ataca con su daga...

Precioso.
Gracias por mostrarlo.

Anónimo dijo...

Mucho quejarnos de la soledad pero luego acabamos compartiéndola con cualquiera... quizá se esté mejor a solas, aunque sea durante unas horas sólo una vez por semana.

Marga dijo...

He disfrutado mucho de tu poema, seguiré intentando huir de esa maldita hija de puta.

Un beso

Ana dijo...

Soledad porque ya no pronuncia igual mi nombre. Soledad porque mi sitio no está aquí. Soledad y nostalgia que me produce el querer y no poder.
Gracias porque he podido ponerle un nombre a cómo me siento.
Un abrazo

Jorgelina Mandarina dijo...

Precioso poema Rodolfo, describe a la perfeccion mi sentimiento actual.

Gracias, una vez mas por estas palabras, siempre a uno lo hacen reconciliar con el mundo, o simplemente pelearse con el.

un fuerte abrazo!


Jorgelina

http://www.brindopornosotros.blogspot.com

Abril Pérez dijo...

Me siento incapaz de plasmar un par de lagrimas, tengo una incapacidad para llorar que no llevo nada bien y eso implica que cada día tenga mas fría el alma.
Entiendo perfectamente lo largas que son las noches, dando vueltas en la cama, sentir la almohada vacia y lo dulce que suena su nombre en mis labios y lo cobarde que me siento al no tener el valor de pedirle que se quede conmigo.

Pokhara dijo...

Buenas tardes, Rodolfo.

Así es la soledad, que tanto acompaña a algunas personas.
Pensaba que no, pero creo que le tengo un poco de miedo a la soledad.

Saludos.

Miguel A. Ortega Lucas dijo...

Hija de puta, efectivamente: ni romántica, ni lírica, ni beatífica. Ni pollas en vinagre

Maldita hija de puta maldita

Quien lo probó lo sabe

Un saludo

Anónimo dijo...

Soledad... palabra y sentimiento a menudo negativo, pero que también puede ser muy positivo si uno no se obsesiona con ella, ¿no?

Yo, por si acaso, he aprendido a hacerlo prácticamente todo solo.

Y aquí estoy, en Madrid, simplemente paseando por la Gran Vía, perdiéndome por calles que no son nuevas, pero tampoco demasiado conocidas. Y viendo caras diferentes; gente con prisa, pero alegre. Hasta un hombre que regala su poesía en medio de la calle.

Ahora quizás me toque aprender a tomarme las mejores anchoas de Madrid también en soledad, pues como las prisas nunca fueron buenas consejeras olvidé anotar en mi libreta un número de teléfono, una dirección de e-mail; espero que mi escasa memoria haya sido suficiente para hacerte llegar mi invitación, y sino sirva este comentario como un mensaje en una botella que espero puedas recoger antes de que caduquen mis dos días de felicidad :)

Eduardo Cassano.

Anónimo dijo...

Esa hija de puta", "esa amante inoportuna que se llama..."

"Cualquier cosa que salve los labios del mordisco brutal de esa maldita hija de puta"
Bellísimos versos que aunque solitarios bien acompañados.

¿La soledad?

El futuro es soledad. Todo es soledad.
Soledad es caminar por las aceras de la ciudad
y ver la espalda de todos, los ojos de nadie.
Es esperar del presente un encuentro inventado
y terminar en un desierto, con sol y sin aire.
Es llamar a la puerta de la noche, y saber que nadie,
ni siquiera el silencio, responde.

Anónimo dijo...

Hola Rodolfo,es mi primera vez contigo y con todos,lo juro, nunca antes he compartido mis reflexiones en la red.
Soy la hija puta de la huyes y sabes...estoy feliz de saber que te estoy pudiendo,que te ahogo y que me huyes,pero creo que me estas dando más importancia de la que tengo.No soy nada,tan sólo la desesperanza de quien me siente.Vago en busca de presas y no esperaba toparme contigo.
El precio que tengo depende de tí.
Animo Rodolfo que nos has estremecido a tod@s tus lectores.

mai dijo...

grande como siempre...maldita hija de puta...

sobre los libros; alguien me dijo que mucha gente no lee porque eso exige soledad. quiza sea le miedo a esa maldita hija de puta lo que les haga ver soledad donde otros vemos mundos distintos...

yo entro en ese grupo de jovenes y la verdad, a mi alrededor no encuentro a demasiada gente que lea...tengo que recurrir a gente más mayor...por suerte siempre hay algún "rarito" como yo al que le encanta curiosear...

Fernando dijo...

no hay mayor soledad que la que uno va arrastrando a lo largo de la vida...sí, el tener alguien amado al lado da calor y a veces consuelo o gozo...pero ella sigue siempre soplandonos al oíod sus silencios...abrazos.

Anónimo dijo...

Caro Rodolfo
Quando a solidão se torna um hábito, perdemos o medo de enfrentá-la e ao mesmo tempo vamos ganhando a esperança de um dia poder vencê-la.
O pior é quando começa a ficar já tarde...
Um abraço e um obrigada pelo partilha destes momentos de solidão. Ana

síl dijo...

¡¡¡¡esa maldita compañía fiel!!!!
precioso rodolfo...