Releo Moby Dick. Persigo la ballena
en los mares de este Madrid que sufre
la tormenta del siglo. No hay arpones
capaces de alcanzarla y de vencerla.
Inútil es la caza del leviatán en esta
hora de la desolación y de la muerte.
Ahab viaja a mi lado. Y su locura
me arrastra hasta el abismo de tus ojos.
Me ciega la blancura de la ballena blanca,
el afán de encontrarme con la bestia.
De volver a vivir en el Pequod soñado
de tu cuerpo de espuma y de navegaciones.
Lo mismo que Ismael, pacientemente,
oteo el horizonte y te busco en los mares
de las calles cercanas cuando tu boca era
el naufragio de todos mis gloriosos fracasos.
Y muero por gritar: “mirad: por allí sopla”.
12 comentarios:
Preciosa. Con tu poesía, haces que los Lunes sean estupendos.
Besos, Rodolfo.
Que bueno, Rodolfo.
Me encanto.
Saludos.
Hermoso!
Me has contagiado las ganas de releer Moby Dick!!
Leerte a ti es por lo unico que anhelo que legue el Lunes!!
Gracias por tan bello relato!!
Besos.
Rodolfo, seguimos buscando la ballena blanca de nuestra utopía.
Me ha gustado mucho..
Abrazos.
Precioso.
Un besin,
I.
siempre abordo del Pequod, en la búsqueda que nunca acaba....
Hermoso, muy muy bueno, te mando un abrazo bien porteño!
Gracias Rodolfo por hacer loslunes menos tediosos.
Un beso enorme!
que bueno poder ver sin ojos que hay mas almas en este mundo flagelando la posibilidad de vivir muriendo....
felicidades
El más terrible de todos los sentimientos es el sentimiento de tener la esperanza muerta.
decia Lorca
y pienso igual
que entusiasmo transmite¡
un besazo
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