Pocas personas como Manuel Cuesta. Manuel es cantautor, músico, pero sobre todo es, utilizando la expresión de Antonio Machado -tan repetida pero tan bella- un hombre, en el buen sentido de la palabra, bueno. Bueno y generoso.
Manuel Cuesta no conocía a Emiliano del Río, personalmente. Sus contactos eran por internet, de referencias. Pero cuando Emiliano del Río anunció su viaje a España, Manuel Cuesta se puso en marcha buscándole conciertos, alojamiento, dándole consejos, contactos... Y allí estaba en el aeropuerto de Barajas, a las cuatro de la tarde de un domingo, para darle la bienvenida y llevarle a Madrid. Para que se sintiera bien acogido, amparado.
Manuel Cuesta ni siquiera ha tenido la suerte de haber estado en Buenos Aires disfrutando de la hospitalidad de Emiliano. Y, sin embargo, le ha abierto la casa de su corazón que es donde se refugia la gente buena. Ayer en Galileo, ofició de anfitrión. Le presentó en España. Hizo un delicado retrato de Emiliano y le brindó "su" escenario para que Emiliano cantara.
Cuando, después de varias canciones, Emiliano, prudente, se retiraba para dejar a Cuesta en su concierto, Manuel, en ese gesto de generosidad que conocemos bien sus amigos, le animó a cantar otra y, luego, le hizo subir de nuevo para cerrar el concierto con una bellísima y potente versión a dúo de Tu risa en la Alameda.
No queda gente así. Ni como Manu Clavijo y Adán Latonda que acompañaron a Emiliano y que, en un tiempo record, se estudiaron e interpretaron magistralmente sus canciones.
El concierto de ayer fue hermoso. Tal vez porque estaba impregnado de generosidad y cariño. Y eso llega a la gente. Emiliano fue un descubrimiento. El gran Fernando Lucini estaba entusiasmado con su voz y su música: "Espléndido, espléndido", decía. Estoy deseando leer su crónica. Fue un placer volver a escuchar a Garret Wall y a Pablo Sciuto que disfrutaron e hicieron disfrutar en una noche de fiesta.
Manuel: yo estoy encantado de ser tu amigo.
6 comentarios:
Un placer estar junto a tanta buena gente. Agradecido.
Rodolfo,se me hace agua a la boca lo que han vivido anoche,,,
Viniendo de Manuel nada me sorprende, y discrepo con usted, queda gente como Manuel,pocas ,pero quedan,uno es usted Maestro,, Un gran abrazo cargado de cariño,amistad y sobretodo respeto,,,
Ya me has hablado de Manuel algunas veces y aún tengo la ilusión de, más pronto que tarde, conocerle.
A Emiliano sí le conozco...es una de esas personas que lo merecen todo.
Me ha hecho muchisima ilusión saber que, al fin, cumplía su sueño de borrar fronteras y abrazar a España con su voz...y más en tiempos cómo estos de crisis, Emiliano merece ser escuchado.
Me alegro muchisimo que estos días estén siendo diferentes, cargados de risas, música y palabras...
lo merecen.
Un abrazo
Grande Manuel, doy fe de ello. Últimamente me pierdo demasiadas cosas buenas. Abrazos
Grande Manuel, doy fe de ello. Últimamente me pierdo demasiadas cosas buenas. Abrazos
Las odas a la amistad no necesitan versos: Solo las palabras que nacen en el corazón.
Tal es el caso. Conozco a Manuel solo de haberlo visto una vez en La Espiga de Córdoba. Pero con los granos de esa espiga sembramos la semilla de la amistad.
¿Se podría decir que los amigos de mis amigos son mis amigos?
Abrazos para todos.
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