Me contaron
que andaba por los bares,
buscando
algún amor o sólo el beso
de
alcohol que la llevara por las noches
de
ciertas ciudades, por los puertos
de nieblas
y de olvidos.
Contaba
que un día tuvo entre sus brazos
los amantes
más fieles y las horas
más
salvajes y tiernas, cuando era
el
pecado más dulce y en su boca
dormían
las tormentas.
Nadie supo
su nombre. Amanecía
y ella
rebuscaba unas monedas
en su
bolso de plástico. Pagaba
y sin
decir una palabra se marchaba
hacia
otras soledades.
Nunca pude
encontrarla, aunque su historia
me persigue
en las noches en que busco
el olvido
en las barras, cuando el frío
tiene
el nombre de todas las mujeres
que un
día me quisieron.
De vez
en cuando, me voy hasta las calles
húmedas
por la lluvia y el deseo,
recorro
madrugadas, me detengo
en
cualquier bar extraño y adivino
su
perfume en el aire.
Pero sé
que jamás he de encontrarla.
Por
mucho que en cualquier libro de versos
reconozca
su voz y entre los vasos
quede aún
la tristeza de su boca
que
bebo sin remedio.
8 comentarios:
Gracias.
Encuentro dunas y erratas en los besos dormidos,
arena blanca y gruesa por piernas arropadas,
tengo un silencio crudo refugiado conmigo,
soy cuerpo solitario que levanta.
El humo de la noche deja la carne tibia y hundida en emociones,
hay estelas abiertas por palabras sin frases,
y hay pensamientos fríos posados como insectos en el agua,
soy esa presa fácil que se viste y anda.
Desciendo la escalera a oscuras asida a tu lado ausente,
cruje la madera y el mundo no despierta,
quiero esquivar los lobos que duermen en la puerta,
siento mi propio peso al abrir las aceras,
soy ese abrazo largo recogiendo la mesa.
Antes de este lugar, hubo hojas sueltas,
gotas secas de barro duro en la vereda,
y no ha cambiado nada desde que no hay estrellas,
nada puede cambiar sin tu presencia,
soy la mano en el pecho que respira tensa.
Tengo la misma cara del destino imperfecto,
la mirada de vidrio verde en la botella,
la tormenta y las ondas de un pensamiento a solas,
ese olor de las piedras que regresan,
soy hora tal vez, pero no sé cuál de ellas.
Un abrazo, Rodolfo
Te he dejado un mensaje, creo que en "tapado"
Un abrazo
Telly
Tus versos son siempre una buena opción. Aunque, como la mujer desconocida, a veces es mejor tropezarse con ellos que ir a buscarlos, porque, entonces, no hay manera de encontrarlos ni encontrarse...
Genial, Rodolfo.
Saludos desde Granada.
Para todos aquellos que buscamos sin tregua a esa "mujer desconocida" de barra en barra y de vida en vida creo que este poema es sin duda todo un himno.
Muy grande Rodolfo.
En ocasiones, "esa mujer desconocida" da la sensación que aparece y desaparece de la vida de uno....
Se te ha echado de menos en la calle Tabernillas, el aniversario de la copita asturiana. No pudieron contactar contigo.
Se te ha echado de menos en la calle Tabernillas, el aniversario de la copita asturiana. No pudieron contactar contigo.
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