miércoles, 25 de febrero de 2009

Gente del metro

Desde hace mucho tiempo comparten conmigo, a la misma hora, el mismo autobús, el mismo metro. Bajan conmigo en la misma estación. Una madre y una hija que van, cada mañana, al colegio. Los miércoles la niña lleva al hombro un instrumento musical. Una guitarra, tal vez. La madre arrastra, junto con su bolso, la mochila de la niña. La mujer viste de falda larga y cubre su cabeza con un pañuelo.Son -o me lo parecen- árabes.

La niña es guapa y sonríe con frecuencia. La madre escucha el parloteo de la hija y apenas si dice algo. A veces, hablan en francés. Ajenas a todo lo que sucede a su alrededor. La mujer parece cansada. Deben de venir de muy lejos.

Nunca hemos hablado. Aunque todos los días nos sentamos al lado en el autobús, recorremos juntos los túneles del metro. Bajamos juntos en Antón Martín y subimos juntos las escaleras hasta la calle de Atocha. En ocasiones me adelanto en Moncloa, pero siempre me paro un momento a escuchar el bandoneón del viejito argentino, justo antes de pasar el torno del metro.

El hombre me sonríe mientras ataca las primeras notas del tango Cuesta abajo : "Si arrastre por este mundo / la vergüenza de haber sido / y el dolor de ya no ser...".
Me detengo unos segundos. Envidio las manos del viejo que se mueven, sabias, en el teclado maravilloso. Siempre quise aprender a tocar el bandoneón. Y, algún día, le pediré a este hombre que me enseñe.

Luego, cuando veo que llegan ellas, me pongo de nuevo en marcha y las acompaño hasta el vagón. Ayer, llegamos unos minutos antes. En las escaleras de salida la niña se encontró con otras compañeras de 10 o 12 años, como ella. Sonreían y se mostraban algunos trabajos que debían haberles encargado.

La niña árabe se puso a hablar muy animadamente con una de sus compañeras, una chiquilla china, sonriente y feliz. Las madres se miraron e intercambiaron también una sonrisa.

Salí del metro. Encendí el primer cigarrillo del día. Mis amigas de viaje, se alejaron calle abajo.

34 comentarios:

Sara dijo...

Compañeras en las rutinas y en los bostezos...

Gente corriente que sonríe cuando tal vez no sobran los motivos para ello, que nos dan una lección de valentía.

CARMEN dijo...

Personas que te cruzas con ellas cada día, y si un día no las ves, las echas de menos.
Has hecho de lo cotidiano una bonita historia.
Un beso, Rodolfo.

Álvaro Dorian Gray dijo...

Esta mañana pensaba lo mismo con una señora. Siempre nos encontramos subiendo las escaleras, y mira que es difícil coincidir con márgenes de 3 minutos en trenes de metro.
Además, uno que vive en un barrio multicultural, sabe lo bello que es este post.
Saludos y salud

Gema dijo...

Así contado parece que llevan una vida normal, ojalá que así sea y no se encuentren con el racismo en el camino.

Dario dijo...

Muy hermoso tu momento junto a tus amigas, seguirás acompañándolas, tal ves sin vos tan cerca y distante en esa compañía ese camino a la escuela no seria el mismo.

Un abrazo bien porteño.

K@ri.- dijo...

que simple, que bello...
tenes un poco de argentina cada mañana, tenes sonrisas inocentes...
que lindo empezar asi el dia!!!
un abrazo

María. Las Palmas. dijo...

Me suena la historia... Creo que se la contaste a mis chicos. Te admiro mucho Rodolfo. Gracias siempre. Por ser un referente ideal, perfecto. Un amigo.
Besos de carnaval. (Qué horror!!!, ni te lo imaginas). Por lo menos estamos de vacaciones.

Caro! dijo...

Rodolfo, maravilloso retrato de un momento, adoro su manera de contar lo cotidiano!

Semana para ti desprende la dulzura y ternura que estaba necesitando, gracias!

Besos, Caro!

Paseando por tu nube dijo...

Que bonito y que pena que nos redee tanta frialdad en las grandes ciudades, porque seguro que en cualquier pequeña comunidad, ya andaríais por los saludos y hasta comentando como está el día de frio, pero no en el populoso Madrid, sólo nos observamos y a veces ni eso.
Un beso amigo, te espero...

ELDEIVID dijo...

Casi siempre las historias más bellas, ocurren cerca...

Solo hay que estar dispuesto a verlas o escucharlas...

Un abrazo amigo...

Mary HC dijo...

Uno no puede resistirse a contar lo que ve a su alrrededor y le enternece.
un saludo afectuoso
Mary

Laura dijo...

Hace unos años, una amiga que daba clases particulares a unos niños pijos de mi ciudad( que yo creo que son aun más pijos que los de otras ciudades). Mi amiga se desplazaba hasta su casa en autobús y un día aquellos inocentes angelitos de Dior le dijeron extrañados que si utilizaba "el transporte de los pobres" y se rieron cuando ella respondió afirmativamente.
Pues sí, niños, ella utilizaba el tranporte público, el que utilizamos los ciudadanos de esta ciudad, donde compartimos espacio con hombres, mujeres, niños de toda clase social, raza y condición religiosa.

Ahora mi amiga y yo trabajamos en escuelas públicas, donde damos clase a toda clase de niños, que vienen de familias estables, desectructuradas, con creencias religiosas y culturas tan diversas como diversa es nuestra sociedad. A esas escuelas no acuden estos niños. Me pregunto qué educación reciben y por qué calles, estaciones y paradas se desplazan.

Un saludo

olga 73 dijo...

A mí me gusta jugar a adivinar sus vidas, aunque seguro que no doy una, pero no puedo evitarlo. Siempre analista y fantasiosa. Besos. OLGA.

Anónimo dijo...

Como es la cosa...Ismael se inspira en vos o vos en Ismael
o son dos en uno...?
claro esta q esto recuerda a recuerdos


Por tu parte super tierno lo suyo
a mi me divierte...
ya no, pero cuando iba al colegio
y tomaba el colectivo
me encontraba con las mismas caras
y solia ser divertido porque cruzas miradas
porque ellos te conoces y vos los conoces
pero da vergueza
y de algunos me acordaba cuando faltaban...es raro
pero como vos nunca =)
tenias q ser vos=)

y que ilusion me hizo lo del viejito argentino
Pedile que te enseñe
suele ser que tiene mucho que mostrar esa gente...

LB Valdés dijo...

Mira que sorpresa, justo escribía lo cotidiano de mis ultimos días.

Aquellas te acompañan también, hasta es extraño no verlas algún día e imaginas que habrá pasado. Las ves crecer y ellas a ti, quizás.
Quizás aquel argentino del bandoneon te ofrezca lo que deseas antes que tu a el.
un beso.

Marga dijo...

La belleza de estos momentos soes lo que hace que a pesar de todos los incovenientes, disfrute de mi largo viaje en metro cada día, me invento historias sobre la vida de is vecinos de tren, observo que llen mientras nos desplazamos hacia la periferia de este Santiago.

un beso

Lucina dijo...

Esa gente que también es parte de uno, de los momentos, de mañanas con sol o lluvia.
Gente que acompaña en un largo trayecto y que al llegar a destino, en las afueras de mi ciudad, solo quedamos unos pocos, los últimos..los que bajamos en la casa de la locura, en el hospital..
Un beso Rodolfo, bonito texto

Anónimo dijo...

A veces, hay personas que no hace falta que te hablen, o que te conozcan para que llenen tu vida, o tus pensamientos. Con una mirada, a veces, todo basta.

Bonito post, Rodolfo, como todos.

Un abrazo.

(andrea) dijo...

Me hiciste sentir ahí Rodolfo, una vez más. Y esta vez además, me hiciste acordar a la historia de asfalto con la que empecé mi blog. También nació en un subte, entre esos pasillos sumergidos, entre personas anónimas que siguen con su vida y su rutina, mientras un anónimo observador se percata de detalles de su vida que por ahí ni ellos mismos han visto... esas delicias de la vida cotidiana...
Creo, como trato de escribirlo, que cada persona anónima que nos cruzamos por la calle tiene una propia historia para contar, y muchas veces, es más parecida a nuestras historias y nuestras vidas de lo que pensamos.

¡Un beso grande Rodolfo!

Espero que estés bien. Siempre es muy lindo pasear por aquí...

Eclipse dijo...

una mezcla hermosa que confluye en la rutina... a veces todos los caminos se cruzan
y qué lindo!

El mago Rizzuto dijo...

Cuidado con el bandoneón Don Rodolfo. Puede ser la unica herramienta disponible del anciano, y usted, usted le va a llenar las teclas de tinta. Ya lo hizo con este ordenador.

Clarita dijo...

Me encantan esos momentos, en muchas ocasiones del día, cuando desayuno minutos antes de entrar a trabajar, observo en silencio a todas las personas ya conocidas de tantos años frecuentando el mismo lugar, me encanta la espontaneidad de los niños, la impaciencia de algunas madres, las conversaciones de los obreros y las miradas hacia las niñas que bajan corriendo a coger el autobús!
Me encanta lo cotidiano y rutinario en estas ocasiones!
Me ha gustado mucho tu reflexión, es tan cercana a mí!
Aunque te soy sincera y no se si será porque estoy en Andalucía, aquí acabamos hablando unos con otros y quizás cualquier día hagamos una fiesta!!Somos así!jeje
Un beso grande y hasta la próxima huída

Anónimo dijo...

Me parece un post muy bonito,por lo que supone de interculturalidad y de riqueza:un poeta español que escucha a un músico argentino y viaja junto a dos mujeres árabes que se juntan con otras dos chinas...Parece un cuento de los míos en los que la mezcla de culturas sólo tiene cosas buenas.

Ando estos días muy descorazonada:soy maestra de primaria en un pueblo del sur.Tenemos bastantes ingleses por aquí.En su gran mayoría no hacen el menor intento por integrarse y han formado una especie de club sólo para ellos.Yo tengo a dos de sus hijos en mi clase.No conocen nuestro idioma y no muestran ningún interés por conocerlo,más bien demuestran sentirse por encima de nosotros y con mucha frecuencia se muestran desconfiados y agresivos.Su presencia en mi clase no supone-al menos hasta ahora-ningún enriquecimiento para el resto de mis pequeños alumnos.Al contrario,nos hace perder el tiempo a ellos y a mí.Y lo peor es que mi vocación se está gastando muchísimo.Yo estoy luchando sola por enseñar e integrar a estos alumnos.No me apoyan ni la administración ni las propias familias inglesas,que deberían ser las primeras interesadas...

Rodolfo,su entrada de hoy,ha servido para que yo desahogue un poco mi frustración.

Muchas gracias.Un abrazo.

Franziska dijo...

Es alentadora la llegada de otras gentes con su cultura a cuestas, es mi opinión, que todos saldremos ganando. Entretanto, ellos los que han llegado de afuera, sufren su soledad y su proceso de adaptación. Pero sucede el milagro de que una madre china y una árabe se miren y se sonrían. Es la situación lo que las acerca. Significa una ruptura de las barreras culturales.

Habitante Pablo dijo...

No olvidemos que las cosas simples son las mas importantes, porque con ella convivimos. gentileza, un buen gesto, caracteristicas invisibles y basicas con las cuales nos relacionamos con la sociedad...una forma muy linda de ver las cosas de todos los dias y que no prestamos atención. saludos.

LiLü [Èterno Rèsplandor..] dijo...

Hola Sr. Serrano
Se que a mas de uno se le cruzo la cancion Recuerdo de su hijo, y uds tienen esa habilidad que convertir en magico y poetico hasta las cosas mas comunes, que son nuestras rutinas.
Adoro su forma de escribir!
ya lo he dicho, pero bueno!
que tenga una linda semana
=)

Saludoss
Carla

Mon dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Mon dijo...

Todos podriamos ser los protagonistas de este texto.
Y habernos conocido
pero quedar tan confundidos
que lamentamos el encuentro en el texto.

Besos, poeta.

;)

María José Moreno dijo...

Qué agradable leerte Rodolfo. Siempre encuentro algo de mi en tus palabras. Lo que me llena alegría, siento que compartimos un pedacito de alma apesar de no conocernos. Así como hacemos con cada poeta compañero de la vida, ya sean los de tu biblioteca o los que viajan contigo en el metro.
Un abrazo desde Chile.

Andante dijo...

¿Caminas junto a ellas como invisible?.

Pues estoy segura que, más pronto que tarde se van a dar cuenta de tu invisibilidad, pues ellas también son invisibles a los ojos de muchos ciudadanos que no quieren ver, que prefieren ningunear a los que no son de aquí, a los diferentes.

O sea, quiero decir, que ya teneis algo en común.

Un hola puede ser el modo de empezar. Y una copia de este texto, ¡ni te cuento!.¡Bueno! eso para más tarde, cuando la confianza comience a hacer acto de presencia.

Gracias, pues, por presentarnos a tres invisibles.(Madre, hija y viejito argentino). Han dejado de serlo sencillamente hablando de ellos.

Un beso.

janadrian dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
janadrian dijo...

Yo compartí como 2 años y un poquito más con una chica que siempre siempre siempre, se sentaba enfrente de mí en el camino a la escuela. Y era genial porque su pelo olía riquísimo.
Nunca supe cómo se llamaba ni a dónde iba, pero una vez le tomé una foto. Aquí está:
http://www.flickr.com/photos/janadrian/3312963323/

Anónimo dijo...

Que bonito lo que cuentas,a quién no le ha pasado algo parecido alguna vez?....A mi madre le pasó en atocha con una madre y su bebe,nunca les dijo nada aunque ganas no le faltaban,y cuando OCURRIO....ya sabes atentado en Atocha,mi madre ya no tuvo nunca más la oportunidad de ni siquiera plantearse decirles algo...la duda es¿les pasó algo en esos trenes?o es que se fueron de la ciudad?....Creo que aunque triste,me temo que lo primero es lo cierto,y desde ese día mi madre mi madre saluda a su compañera de viaje...BESOS AMIGO

Anónimo dijo...

Que bonito lo que cuentas,a quién no le ha pasado algo parecido alguna vez?....A mi madre le pasó en atocha con una madre y su bebe,nunca les dijo nada aunque ganas no le faltaban,y cuando OCURRIO....ya sabes atentado en Atocha,mi madre ya no tuvo nunca más la oportunidad de ni siquiera plantearse decirles algo...la duda es¿les pasó algo en esos trenes?o es que se fueron de la ciudad?....Creo que aunque triste,me temo que lo primero es lo cierto,y desde ese día mi madre mi madre saluda a su compañera de viaje...BESOS AMIGO