viernes, 30 de marzo de 2012

Después de la huelga

Hay periódicos que han titulado que la jornada de huelga ha sido similar a la de un domingo, para añadir después que ha sido un fracaso. Pues qué bien. Porque un domingo no se trabaja, lo que vendría a significar lo contrario: ha sido un éxito.

Pero me da igual cómo lo califiquen. La realidad es que el país paró. Que las calles se llenaron de gente. Que la situación está muy mal, rematadamente mal. Y que con la reformas estará peor. Defiendo la huelga como último extremo. Y creo que hoy estamos en el último extremo. En la jornada de ayer se ha seguido maltratando a los sindicatos. Pues muy bien: os invito a leer la entrada que ha colgado Ismael Serrano en su blog.

Lo comparto.

12 comentarios:

SONIA FIDES dijo...

Y yo, yo también lo comparto.

Un beso súper, señor estupendo.

Unknown dijo...

Independientemente de lo que se puede decir de las actuaciones de los sindicatos mayoritarios y de sus líderes, la manipulación informativa alcanza cotas vergonzosas y vergonzantes. Ya no es manipulación sino auténtica falacia, tergiversación de los datos, y patrañas, cuando no invenciones, lo que destilan las portadas de algunos diarios como La Vanguardia, La Razón, La Gaceta, ABC, Expansión, El Mundo, y otros. Es una falta de ética profesional y una parcialidad informativa inadmisibles en aquellos que tienen la responsabilidad de tener informada a la ciudadanía sobre la veracidad de los hechos, independientemente, de que después den su propia opinión sobre los mismos.
Saludos, y un abrazo.

jaime dijo...

“La Huelga”, Pablo Neruda.

Extraña era la fábrica inactiva.
Un silencio en la planta, una distancia
entre máquina y hombre, como un hilo
cortado entre planetas, un vacío
de las manos del hombre que consumen
el tiempo construyendo, y las desnudas
estancias sin trabajo y sin sonido.
Cuando el hombre dejó las madrigueras
de la turbina, cuando desprendió
los brazos de la hoguera y decayeron
las entrañas del horno, cuando sacó los ojos
de la rueda y la luz vertiginosa
se detuvo en su círculo invisible,
de todos los poderes poderosos,
de los círculos puros de potencia,
de la energía sobrecogedora,
quedó un montón de inútiles aceros
y en las salas sin hombre, el aire viudo,
el solitario aroma del aceite.

Nada existía sin aquel fragmento
golpeado, sin Ramírez,
sin el hombre de ropa desgarrada.
Allí estaba la piel de los motores,
acumulada en muerto poderío,
como negros cetáceos en el fondo
pestilente de un mar sin oleaje,
o montañas hundidas de repente
bajo la soledad de los planetas.

Clarita dijo...

Suscribo cada una de sus palabras. Mis padres me enseñaron a luchar por lo que yo considerara justo, a no sentirme inferior y a pensar que mi voz vale tanto como la de los demás, a no cesar en mi empeño y pensar que todo se puede conseguir. Y esa luz a lo lejos la vimos el domingo pasado, donde hemos conseguido callar muchas bocas, que entendieran que no somos "la pandereta" de España, que no nos rendimos...
En cuanto a los criticados sindicatos, son la voz de muchos afiliados que confían en ellos, y pienso que es la única oportunidad para muchísimas personas de sentirses con fuerza para dar ese paso a una huelga tan necesaria como la que fue ayer.
Yo no voté al PP, jamás lo haría, por eso, a los que piensan que por tener la mayoría absoluta tiene derecho, lo que se está haciendo ahora mismo, no es mi derecho y nadie debe de dejarse llevar y asumir esta reforma laboral que no hará sino destruirnos más aún, no valorar nuestros puestos de trabajo, ni siquiera hacerlo como personas.
No se si en el gobierno se paró, como dijo Cayo Lara, a mirar los ojos de los trabajadores, yo si lo hice porque ¡Fuí a la Huelga!

Muchas gracias Rodolfo por ponerle también vosotros voz a nuestros pensamientos.
Un besote enorme. Cuídate.

José Antonio Fernández dijo...

Suscribo enteramente lo escrito por Ismael. También he de decir que ante el derecho a la huelg y el derecho a ir a trabajar antepongo el derecho la huelga. A no ser que los que han trabajado rechacen las posibles mejoras, por nímias que sean, conseguidas por los que rechazan de plano esta reforma, injusta, y que tira por la borda todo lo conseguido con muchísimo esfuerzo. Y no nos engañemos, ¡Que no genera empleo!! A ver si ya nos vamos enterando. Lo destruye. Y cuando ya no haya nada que destruir, se generará empleo muy, muy precario. A eso vamos, si no lo remediamos.

Liedchen dijo...

Gracias por hacerlo de nuevo, señores Serrano. Por ponerle letras (tan grandes letras)a mis pensamientos.

Un abrazo enorme.

carmen.-

César de Centi dijo...

Hola Rodolfo;
Cuando empezó el día y salimos a la calle sabíamos que aunque llenásemos la plaza de gente los del recuento se olvidarían de unos cuantos y los de siempre...como siempre, ayer tenias que ver como estaba Coruña...
Muchas gracias por la ayuda Rodolfo!

César

Nagore Ares Amaya dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
N dijo...

Poner a parir a los sindicatos, mayoritarios o no, es fácil. Solo hace falta decir que no son perfectos... pero ¿quién lo es? ¿Los periódicos que me dicen que casi no había nadie secundando la huelga y me ningunea? ¿Los medios que dicen que estuve solo en la manifestación y que las millares de personas que estaban allí conmigo debieron ser una alucionación?

En esta vida tarde o temprano hay que tomar partido por algo y por alguien (o álguienes). Ayer gran parte de la población pudo hacerlo líbremente... faltaría más. Muchos no pudieron y nada les hubiera hecho más ilusión, pero las amenazas de los empresarios pueden ser más jodidas que las acciones que la lideresa quería que se denunciaran con fotos.


En fín, en este país lo de siempre, pero no perdemos la esperanza, ni ahora ni nunca... o estaremos muertos.


Un abrazo. Salud, maestro Serrano¡¡¡

Fernandinova (: dijo...

Quien ataca a los sindicatos no entiende que el camino no es desaparecerlos, sino reapropiarnos de ellos, democratizarlos. Son el instrumento de los trabajadores, y los sindicatos no se limitan a sus líderes sindicales, los sindicatos los hacen los trabajadores y su participación en ellos. Quien carga las banderas del asindicalismo y el apartidismo, llegando a extremos como para pronunciarse apolítico, es que reproduce el desprestigio que las clases dominantes lanzan contra la única forma de vencer que tenemos: ORGANIZARNOS.

Desde México aplaudo la Huelga General. ¡Y a seguir avanzando!

Carlos dijo...

La entrada de Ismael, no sólo es preciosa en su modo, es veraz en su contenido. No puedo estar más de acuerdo.
Desgraciadamente parece que aquellos que intentan/amos (ya sabes por donde ando en esos menesteres...) que los trabajadores tengamos derechos sean/amos los malos de la pelí, el "enemigo" a vencer. Ya ves... En fin a pesar de todo lo seguiremos intentado seguiremos insistiendo.

Laura dijo...

Es una entrada cojonuda (perdón por la palabra, pero es que no es para menos. Suscribo punto por punto lo dicho por Ismael en ella y, al difundirla por las redes sociales he comprobado qu emuchos se hacían eco de ella. Si es que lo pensamos muchos, pero hay que hacerse oír. Que no pare la lucha.

Un abrazo, Rodolfo.