Esos años perdidos. Esos cuerpos dejados
al borde de la vida. Pienso en ti en esta hora,
cuando cede el deseo y viene la palabra
como el árbol de invierno y tú estas tan lejana.
Me persiguen los días de la carne y el beso.
Las flores a tu nombre. Cuando estabas herida,
cuando la luz no era más que el brillo de un labio,
la penumbra en la alcoba, mi última frontera.
Y tú viva y pendiente. Rabiosamente viva
en cada letra tuya, en la risa del nombre.
Arroyo por las islas que te buscan entera,
dulce muchacha amada por todos tus rincones.
Nunca volverás –oye- al tiempo de los lunes.
Jamás invocarás mi nombre cuando andabas
vestida de domingo en mis manos de aire.
Pero sé que ahora mismo me muerdes en la boca.
Y aunque ya hayan cerrado las tabernas del vino,
y la noche no sea la noche de los montes
en los que tú tenías tus caminos y el mío,
estarás en mis pasos, bendita y recordada.
Igual que estás ahora. Cuando te echo de menos.
12 comentarios:
Preciosa.
Siempre merece la pena esperar, para leer tu poesía.
Un fuerte abrazo.
Preciosa.
Siempre merece la pena esperar, para leer tu poesía.
Un fuerte abrazo.
Hoy le has dado a este miércoles sabor a lunes con tu poema!
Tus letras siempre evocan a amar con todo, con la alma desnuda!
Un abrazo fuerte desde Barcelona
Este lunes va tan lento que ya creía estar a miércoles.
Agradecido.
Hermoso señor Serrano. Fluido y sincero. Saludos
hermosa como siempre!!! aca en buenos aires... difrutando de este poesia y una lluvia de abril..
a mí a ratos me gusta echar de menos...
así es como más lo recuerdo.
Precioso Rodolfo.
Hola Rdolfo !!! Buenos días :-) .... Qué bonito, cómo todos...ufff,se saltaron lágrimas en mis ojos. ..mil besos
Sandra.
"Igual que estás ahora. Cuando te echo de menos."
Cuántas veces el recuerdo deja de responder a la realidad y se vuelve el recuerdo de un recuerdo, esa necesidad de conservar la parte que más nos hacía sentir... y da igual que las cosas cambien, que el tiempo pase... es justo ese verso final, "igual que estás ahora", y que cada cual se las apañe con el indéxico... y con eso de echar de menos, que también tiene lo suyo.
Siempre es un placer leer tu poesía. Un abrazo, Rodolfo! :)
Supongo que sí,
dormito en una espera yerma
de diarios cargados
de cuentos y letras
todos heridos, todas sedientas.
Me ablando con las vidas
que otros derraman,
y apago rápida el fuego
que en voraces atardeceres
alimento con abismos
blandos y humanos.
Trazo con los dedos
líneas que marcan caminos
demasiado estrechos,
demasiado breves,
sobre el surco que creaste.
Las fiebres de abril piden paso
por aceras atestadas
de esperanzas y pérdidas.
Los sueños en las farolas,
muestran ese hilo de luz
que rastrea alegrías
entre los rostros más tristes.
Supongo que sí,
no supe esta vez retener
tu eco entre miradas.
Pero siguen aquí
este rumor de mundo
que no acaba de nacer,
y la vida cotidiana
siempre anhelante
que asciende y desciende
por la fragilidad de las palabras.
Un abrazo.
Supongo que sí,
dormito en una espera yerma
de diarios cargados
de cuentos y letras
todos heridos, todas sedientas.
Me ablando con las vidas
que otros derraman,
y apago rápida el fuego
que en voraces atardeceres
alimento con abismos
blandos y humanos.
Trazo con los dedos
líneas que marcan caminos
demasiado estrechos,
demasiado breves,
sobre el surco que creaste.
Las fiebres de abril piden paso
por aceras atestadas
de esperanzas y pérdidas.
Los sueños en las farolas,
muestran ese hilo de luz
que rastrea alegrías
entre los rostros más tristes.
Supongo que sí,
no supe esta vez retener
tu eco entre miradas.
Pero siguen aquí
este rumor de mundo
que no acaba de nacer,
y la vida cotidiana
siempre anhelante
que asciende y desciende
por la fragilidad de las palabras.
Un abrazo.
Gracias por incluir “Desorden” en “Lo último que escribieron mis amigos”.
Mi comentario anterior lo envié desde el ordenador de un viejo amigo.
El primer intento salió directamente desde un blog iniciado por él hace un par de años;
el ordenador lo daba por defecto. El segundo intento, es ya desde el mío.
Mis disculpas. Gracias por tu poesía.
Un abrazo Rodolfo.
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