lunes, 15 de julio de 2013

Cuento para ti

Soy el hombre feroz.
Yo te devoro tus pechos y tu ombligo.
Tu falda y tu sonrisa,
los pecados que cometimos juntos.
Y los dedos pequeños
de tus pies y tus manos. Los suspiros
en la esquina más negra
de los puertos de todas las mareas.

Soy el hombre feroz.
Tú eres la niña con la cesta de besos.
La merienda de cada tarde amada.
Y los zapatos blancos.
La que enciende la noche y el cigarro
de amarte en camas blancas.
La que sabe de nombres,
la que busca paraísos de carnes y temblores.

Eres la voz de los antiguos
sueños. La que tiene en sus labios
mi nombre prisionero
y me desgasta las letras y los números.
La que tiene guardado
en sus bolsillos estrellas y amapolas.
La dulzura del pan con chocolate.
El vino más espeso.

En cada paso tuyo el mundo se hace
paraíso de sombras,
espacio de la risa. Cuando era
la desesperación palabra ajena y otra.
Entonces ya no estabas.
Venían a mi encuentro viejos versos,
Estaciones de trenes,
campos de trigo, callejones
de niebla. Y era el beso
un cuchillo que hería soledades.

Soy el hombre feroz. Aquí me tienes
dispuesto a no ser nada
ni siquiera el recuerdo de tus ojos.


8 comentarios:

SONIA FIDES dijo...

Querido Rodolfo no es el cuchillo quien hiere, si no ese páramo de ternura del que siempre tienes la llave. La carne de tus dedos es la dueña de la herida, las palabras que inventas o las que están inventadas y te siguen, quienes hieren.

Un beso súper, señor fabuloso.

CARMEN dijo...

Quién fuera la niña de tu cuento, La caperucita tu hombre feroz.
Muy dulce y tierno el cuento.
Besos.

Anónimo dijo...

Voy a pedirle a la voz de los sueños, si es que aùn escucha, un cuento como èste, con bolsillos que guardan estrellas y cestas que esconden besos.
Aunque el final te lo protesto. Por màs dispuesto que uno estè, los recuerdos nunca abandonan.

Un beso Rodolfo

Suso dijo...

Sucede que a veces soy/eres hombre, ni más ni menos. Tremendo poema, una vez más. Un gusto leerte maestro.
Un fuerte abrazo

Carlos dijo...

Desde luego es maravilloso. Unos versos dignos de robar para hacerse con ellos y guardarlos por siempre.
Un abrazo amigo. Cuídate.

jaime dijo...

Agradecido.

JOAN dijo...

Leerte de nuevo habitualmente en el blog es algo extremadamente bonito!

Un abrazo grande maestro

Elena dijo...





Muero con esto JUROMUERO! sin pasar tiempo por acá... y wow! sorpresita terrible
!Venían a mi encuentro viejos versos,
Estaciones de trenes,
campos de trigo, callejones
de niebla. Y era el beso
un cuchillo que hería soledades.!


Infinitas gracias... bello hermoso!