miércoles, 9 de octubre de 2013

Javier Bergia y Emiliano del Río


Vienen días felices. Javier Bergia, el Grande, el hombre que ha dedicado su vida a la canción de autor, el músico magistral, el hombre bueno en el sentido machadiano, saca nuevo disco. Ahí en esas canciones que guardan toda la emoción, la dulzura, la ironía, la ternura del hombre, está, como siempre el aliento de un poeta, de un músico extraordinario. 


Mi amigo Javier saca Punto y aparte y en él, Javier Bergia. Todo está en este disco: sus sueños, ese mundo interior que hace de la poesía un instrumento para la esperanza. Tuve la suerte de escuchar la maqueta con sus canciones. Y me emocionó esa música que parece ajena a todo, siempre por delante de algo. Me emocionó su palabra, la palabra de quien sigue creyendo en la canción como responsabilidad social, como derecho a decir las cosas, como estallido de humanidad para que el hombre pueda seguir soñando.

Quien escuche este disco sabrá de lo que hablo. Tendrá en sus manos un trozo de vida, una vida tan inmensa como es el propio Javier. Compradlo, disfrutadlo, vividlo. No solo merece la pena. Es necesario.

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Con Manuel Cuesta
Y, además, Emiliano del Río vuelve a España. Para mí se trata de una ocasión especial. Conocí a Emiliano en un viaje a Buenos Aires. Una noche unos amigos me llevaron a escucharle a San Telmo, en el Café El árbol. Hablé con él. Escuché sus canciones. Y parte de mi corazon quedó entre las mesas de aquel café, pegado para siempre al corazón de Emiliano.

Cuando volví, fui a buscarle de nuevo. Hablamos, reímos, nos contamos sueños y futuros. Luego Emiliano vino a España. Los que entonces le escucharon quedaron como yo prisioneros de su música, de sus versos.

Es uno de los mejores cantautores argentinos. Y es una de las personas que hacen vibrar el alma con sus palabras, con sus cariño. Porque Emiliano es generoso, leal. Amigo que tiene en sus manos trozos de vida. Estará aquí en noviembre y diciembre. Os adelanto este programa, pero, a medida que se acerque la fecha, iré recordando cada una de ellas, para que los que ya leconocemos nos preparemos para su abrazo. Para que los que áun no lo conocen tengan la oportunidad de soñar a su lado.

5 comentarios:

Sara dijo...

Lamento decir que no he seguido a Emiliano, pero Javier Bergia siempre será un referente para mí y sus pequeños conciertos en La Campana de los Perdidos, en Zaragoza. Quizás Rodolfo, todavía quede esperanza.

N dijo...

Yo con unas ganas tremendas de tener ese "Punto y Aparte" y tu escribiendo esto para dar envidia.
Eso no se hace, hombre, eso no se hace, jejejejeje

Un abrazo, maestro.

jaime dijo...

Hace días que disfruto de los versos y acordes de Javier. Sus discos dignifican mis estantes.

Tomo nota de las fechas para los encuentros con Emiliano. A finales de noviembre estaré en "La Estación" sevillana.

Agradecido.

CARMEN dijo...

Javier es un grande de la música y tengo muchas ganas de escuchar su nuevo trabajo.
A Emiliano del Rio, después de lo que nos dices de él, tendré que conocerlo.
Un abrazo y buen fin de semana.

mejor la vida simple dijo...

En los ladridos nocturnos,
algo teje mi cuerpo junto al tuyo,
a ese sueño que de tí conservo,
roto y malherido, profundo.
Descoso lento el corazón dañado
sumida en mi silencio,
que es derrota y calma,
mujer infiel sin batalla, ni escudo.
Olvidas mi presencia rasa,
y el aire que destapa la caricia,
sigues allí en el desierto frío,
mientras purgas mi afecto,
de malos pensamientos,
de desvíos.
Es mejor que me aleje,
a paso torpe, difícil,
como quien no quiere y no puede;
entra niebla bajo la puerta cerrada,
y el día de estrellas vanas,
de esperas prematuras e infundadas,
por fin,
se apaga.
No me senté a tu lado,
ni hubo marca del vaso en la madera,
la noche austral trae ecos sueltos,
mosquitos, promesas,
ruido de trenes y taquillas yermas,
adoquines que aguantan
ese peso insoportable del deseo.
Nadie teje ya,
sólo el amanecer, los ojos negros,
los pies descalzos, la ropa y sus girones,
la carencia,
se acerca lo diminuto y perfecto.

Un abrazo para ti, para ellos.