miércoles, 22 de octubre de 2008

El abrazo

Llueve en Madrid. Día desapacible y frío, con ese aire suave de melancolía. Estamos los de siempre en el andén de Moncloa. Sueño y, ya, el primer cansancio. Los mismos jóvenes con su mochila, el mismo hombre trajeado y ausente. Las mismas muchachas con los libros contra el pecho. La misma mujer que, adivino, va hacia esa casa donde friega escaleras o cuida de un anciano. Camino a lo largo del andén y me los cruzo. Son una pareja de mediana edad. Hace unos años serían ya mayores. Hoy tienen la serenidad de una madurez tranquila.

No se dicen nada. No sonríen. Pero él la tiene cogida fuertemente por el talle. Es como si la abrazara. No es sólo el brazo descansando en otro cuerpo. Es un abrazo en la cintura que adivino apretado y firme. Hace unas semanas hablaba de una pareja de ancianos que cogidos de la mano andaban por este mismo lugar. Esta puede ser la misma, unos años antes. Ellos serán los mismos dentro de unos años.

Nadie se fija en ellos. Me da vergüenza seguir mirándolos y desvío la vista. Ellos no miran a nadie. Serios y en silencio, permanecen a un lado del andén. Esperan. Pienso, otra vez, que el mundo está aquí, que la vida está aquí, en este andén. Que todas las historias de amor se resumen en esta pareja, en el brazo protector que aprieta contra sí el cuerpo de la mujer. Mientras, llega el metro y corremos todos a buscar un asiento en el que descargar el cansancio de los días.

44 comentarios:

Maria Jesús dijo...

Es hermoso detenerse en esos pequeños detalles, es hermoso sentir ese abrazo y no siempre es común. Una cosa es abrazar y otra sentir el abrazo.

Me ha encantado una vez mas. Y conste q no es peloteo, siempre q entro a este lugar salgo muy gratificada.

1abrazo desde mi sur.

CARMEN dijo...

Hoy leerte me ha hecho sentirme bien.
Un abrazo y muchas gracias.

Sara dijo...

Yo no sé, Rodolfo, qué es lo que tienen los abrazos; pero sí sé que son una de las cosas sin las que no podría vivir.

El abrazo de mis sobrinos cuando bajan a Zaragoza después de varias semanas, el abrazo de ese amigo al que hace tanto que no ves y que te envuelve por completo.

Y si ese abrazo te lo da esa persona con las que desarías para el resto de tu vida, esos abrazos nos dan la vida.

Reciba también usted un abrazo en la distancia,

Sara dijo...

se me olvidó decirle, hace pocos días colgé en mi blog una colección de abrazos, que coincidiencia, no cree?

Paseando por tu nube dijo...

Entiendo y comparto tus miradas, yo en mi largo recorrido diario en coche, y por supuesto, en caravana, me dedico a pensar en las vidas de todos los que me rodean, imagino sus sueños y sus frustraciones, unidas siempre por el modelo de coche que utilizan, no sé, es mi forma de hacer que se encojan los kilómetros. Hoy era dificil, todos llevabamos los cristales empañados por la tristeza del día.
Un beso

Yolanda dijo...

que importantes son los gestos, cuanto podemos saber de las personas que observamos por sus gestos y de como nos vemos reflajados en ellos.
yo tambien juego a inventarme sus vidas.
besos y.... abrazos

Anónimo dijo...

También llueve en Salta y yo busco una cintura curvada a la cual abrazarme... Como esta parejita que contás.
Estos días húmedos y fríos hacen que la soledad sea más cercana y transparente.

ELDEIVID dijo...

El transporte publico hace que me reconcilie con el mundo, y si el recorrido es largo, descanse un rato.

Yo tengo ese defecto, me estoy convirtiendo en un observador, casi profesional, y en un inventor de pensamientos de las otras personas.

Hay veces que un gesto de una persona hace que sean más fácil entender el mundo.

El otro día en el urbano, había un niño que gritaba unos ¡Hola!, que hicieron que todo el autobús entero, esbozara una sonrisa...

Un placer, pasar por aquí

May dijo...

es la belleza de la coitidianeidad...siempre he pensado que el amor es eso, o como bien dice una pareja de ancianos que se ayudan a subir al autobus.
Gracias por estos hermosos detalles
besos, may

Esther dijo...

Estoy de acuerdo con Sara en que los abrazos tienen algo...ese algo especial que mezcla el cariño, el amor,con la sensación de protección o el deseo de proteger, de cubrir y envolver...de mezclarse con la persona que abrazas y convertirte por unos instantes en parte de ella.

En la soledad, es lo que más echo de menos...los abrazos

Gracias por este abrazo,Rodolfo.
Otro para tí.

Felipe dijo...

Que tienen los días de lluvia que nos hacen reflexionar, sera que son un poco tristes y por ello necesitamos un abrazo calido.
Hoy hemos coincidido en el comienzo de estos post. Llueve en Madrid.
Un saludo

Álvaro Dorian Gray dijo...

Hay tanto que sentir y saborear en los pequeño sy cotidianos momentos que apenas no les prestamos atención hasta que desaparecen.
Saludos y salud

Saudade dijo...

Siempre he pensado que los abrazos son mejores que los besos... Sobre todo cuando el día está a punto de caerte encima...

CarmenS dijo...

Es una costumbre rara esa de observar a la gente que te rodea y percibir en ellos algo más que las posturas y los gestos, percibir los sentimientos y las relaciones. Eso es fundamental para un poeta-periodista que quiera tocar el alma de sus lectores.
Besitos

pennylanebcn dijo...

me ha venido a la cabeza la canción "Duermes" de Ismael, porque no todo el mundo es capaz de ver el milagro de tanta belleza. Detalles que a algunos nos arrancan una sonrisa, como este abrazo, como aquel matrimonio mayor paseando de la mano, como un niño de siete años que le dá un beso en el brazo a su madre, sentada al lado, sólo porque le apetece.
Detalles que tenemos, algunos, el privilegio de saber prestarles atención y maravillarnos por el amor que impregna cada gesto, cada detalle. Tener aún esa capacidad de sorprendernos, que desafortunadamente no todo el mundo conserva...
"Qué lastima la gente que nunca besará la paz sobre tus párpados"


Un beso

Anónimo dijo...

esperamos que asome la vida en un andén, asi cuando vemos la luz nos asustamos

un abrazo

Alberto López Cordero dijo...

Muchas veces cuando veo a parejas de avanzada edad me pregunto donde se conocieron y por qué ese amor dura tanto y tanto.
Pensamos que con los años ciertos sentimientos se van desvaneciendo como el color de las fotografías, pero aunque nosotros no lo vemos, ellos sí, y tal vez lo sientan mucho más que al principio de la relación, fortalecidos por todos esos palos que la vida nos propina con frecuencia.

Arcángel Mirón dijo...

Me encantó este retrato, Rodolfo. Es como si lo hubiera visto por una ventana.

Un gran abrazo.

Norma dijo...

Que cálido lo que contó, es increíble como uno necesita de un abrazo y muy tierno es darse cuenta q con el pasar de los años nuestra pareja sigue pasando su brazo por la cintura. Tal vez caminando por las calles alguien nos observa y piensa lo mismo...

Que lindo es leer todo lo q escribe,siempre me deja pensando.
Gracias Sr Serrano, cariños!

K@ri.- dijo...

como siempre, tus relatos son balsamos para estos dias raros que vengo teniendo!
un abrazo Rodolfo!
k@ri.-

Andina dijo...

A mi, la mano de Gonzalo en mi cintura me protege de todo. Puede caerse el mundo, pueden estar las niñas con fiebre o portarse mal, puedo estar triste...pero su mano en mi espalda es la calma absoluta. Y si el mundo explota que nos pille juntos.
Gracias Rodolfo. Es hermosa tu observación.

Eclipse dijo...

Me ha conmovido muchísimo, querido Rodolfo.
Sentir que el mundo está ahí, en lo más simple y quedarse con el recuerdo de una imagen cotidiana que nos salva el día...

Gema dijo...

Y puestos a imaginar, que bueno sería que el hombre fuera el que su hijo canta en "recuerdo" que durante otro camino al trabajo, en el metro, se encontrase de verdad con ella, la que el recordaba cuando decía que esos ojos, sin duda, eran los suyos,
más cargados de nostalgia, quizás más oscuros.

mariano santiso dijo...

La nostalgia te invade Rodolfo,cuando pasamos de los cincuenta nuestros recuerdos se hacen más nítidos y saboreamos momentos ya vividos hace muchos años como si hubieran sucedido ayer.
Cada mañana es nuestro presente y cuando mi Lucía de 11 meses me echa sus brazos para sacarla de la cuna la aprieto con ternura sabiendo que esa es la feliz realidad de hoy que será el recuerdo de mañana.
Estoy seguro Rodolfo que esa poareja ha observado también tu mirada límpia y esa sonrisa franca que se esconde debajo de tus gafas.

Lunazul dijo...

Estas son las pequeñas grandes cosas por las que merece la pena seguir adelante :)

Un abrazo fuerte, Rodolfo.

Sole dijo...

A mi tambien me encanta imaginar historias de las personas mientras viajo en el subte, las miradas cruzadas,las miradas perdidas...en fin, adoro observar las miradas, de esa forma se me hace mas llevadero el viaje, como quien busca pequeñas cosas para que la vida no sea tan pesada...
Por estos dias mi incentivo es que volvere a Peumayen, esta vez me toca conocer Junin, asique alla voy!

Un beso

María de Jesús dijo...

no hay nada más bello que un abrazo seguro, fuerte, cálido, que nos rescate de la rutina y de la mediocridad del mundo, que nos proteja de todo lo que destruya el alma...me encantó tu historia, es lindo ver cuando las parejas demuestran su amor, pero ese amor puro, profundo, cómplice...cuando la vida parece resumirse en un abrazo...gracias por tus preciosísimas palabras!

belga_seg dijo...

He llegado aquí un poco por casualidad... espero caber en el andén... Yo creo que hay pocas formas más manifiestas del amor verdadero que dos abuelitos dados de la mano. No digo agarrados del brazo, digo dados de la mano, con fuerza. Cada vez que veo una pareja así me quedaría horas y horas observándola...

My dijo...

que bonito..
el abrazo..
la sensacion de protección que nos has transmitido..

que bonito pensar..
que podrían ser como estatuas de sal
que se quedaran en el andén para alumbrarnos cada dia.

que bonito..
tu cuerpo que camina y se detiene..
fijando la mirada en un abrazo..

y, qué sería de la vida..
sin todas estas cosas?

Alicia dijo...

Un buen empujoncito en una mañana como la de hoy... a mi me habría venido bien.

Luis Cano Ruiz dijo...

Los que habitais una gran ciudad, y teneis la suerte de ser personas observcadoras, podéis encontrar ese pedazo d ehumanidad que a menudo le falta a una gran ciudad. Esas pequeñas historias que son un mundo en sí mismas, pero una pequeña mota de polvo en Madrid.

A menudo, las historias de amor son las mismas, pero en otro espacio, tiempo y circunstancias.

Un saludo Rodolfo.

florr dijo...

quien no quisiera llegar a adultos y tener de quien sostenernos, tener un cuerpo cercano al que abrazar y pedir auxilio cada vez que lo necesitamos...
Quien no quisiera ser observado por un tercero, y que aquel extraño piense que resumimos en un solo abrazo algo tan puro como el amor...

como siempre, un placer pasar por aca..
saludos!

flor!

Anónimo dijo...

Hace ya bastantes años,en el curso 80/81,yo estudiaba mi primer año de carrera en la capital de mi provincia.Hacía a diario un largo recorrido en autobús.También,a diario, me encontraba con la misma gente que subía y bajaba en las mismas paradas.Yo también,como usted,me fijaba en ellos y me imaginaba sus vidas.

Me ha gustado mucho su entrada,por los recuerdos que me ha traido y porque parece una crónica de la gente, que es lo que verdaderamente importa.

Un saludo.

Laura dijo...

LA vida está precisamente ahí: en las pequeñas cosas, en los gestos sencillos, la vida es lo que nosotros construímos en nuestro día a día.
Muy cierto.
Un saludo

Marta dijo...

Hola! Hay una cita de Virginia Satir que dice : " Necesitamos 4 abrazos al día para sobrevivir, 8 abrazos al día para mantenernos y 12 abrazos al día para CRECER". Yo la tengo muy presente .
Saludos :-)

Anónimo dijo...

Parece que ya está casi todo dicho. Aunque, más que la capacidad de poder ver la belleza de los detalles cotidianos, me parece especialmente entrañable ver que todavía existen esos momentos cotidianos cargados de ternura.

Anacronista dijo...

Gracias por estos simples relatos que nos acercan y nos llenan el alma. Bellas las palabras, y tus ojos que fijan con avidéz las sutilezas de la vida.

Un beso.

Lucina dijo...

Rodolfo, creo haberle mencionado que me encanta cuando describe a Madrid en un dia de lluvia.
Y un abrazo...gracias a ustedes, los hombres por la protección y la magia de un abrazo.

Un Beso

Carolina dijo...

La cotidianeidad siempre trae consigo alguna buena historia que contar.

Me encanta tu blog y su día a día

konun dijo...

Buenos dias,

Te planteo un simil....

Otro día mas estoy en la oficina, las mismas caras, el mismo triste gris en las paredes, hoy solo cambia un detalle bastante desconocido en estas tierras del sur... la lluvia. Despues de encender mi pasadizo con el mundo, entro en tu página y leo tu entrada en el blog... es la bujia que dispara la chispa que hace que comience a funcionar mi cerebro... despierta mis sentidos... es el café de mis mañanas...

Gracias Rodolfo...

eva dijo...

me encantan esas parejas mayores que desprenden amor por todos lados, no necesitan decirse nada, no hace falta.

Besitos

Anónimo dijo...

Creo que muchos, o al menos yo(para que no se sienta observado la proxima) sentiriamos esa misma sensacion de paz agena al verte a vos con tu mujer.Vamos q a ella no la conozco pero con un hombre como vos que es capaz de tener esa mirada distinta en una gran ciudad, en un momento rutinario...tenes q trasmitir algo, ahi callado con tu sola presencia; porq no solo se habla con la palabra.

Personalmente tambien soy de buscar o inventarme esas pequeñas cotidianeidades en los caminos de la rutina, se hace mas afable el viaje...
un abrazo grande

Andre dijo...

Qué buen observador que eres...un abrazo así te reconcilia con el mundo, y más en medio de la vorágine del transporte público, la ciudad que bulle, las bolsas que se caen...
Gracias!

yo mismo dijo...

precioso. he tenido una sensación similar mientras paseaba por uno de esos centros comerciales que se llenan de gente y voces un fin de semana sí y otro también. he parado un momento y los he mirado a todos, como si estuviera en una película extraña y he sabido que no es extraño este mundo de almas encontradas.

es genial saberte rodeado de sensaciones, de personas que sienten... también es genial que tu hijo nos cuente sus viajes por esos países hermanos. un abrazo, rodolfo.