lunes, 17 de octubre de 2011

Aquí

Aquí, por estas calles, por las plazas,
pasaron las palabras, corazones
abiertos hacia el mar que tanto amamos.
Cruceros de la noche que dejaron
gritos de soledad entre la niebla,
labios tuyos. Demonios de la huida.

Fue aquí mismo, aquí, en ese mármol
lustroso por abrazos omitidos,
donde busqué la paz del cigarrillo,
del café o el gintonic del mordisco,
cuando amarte era andar entre fusiles
en la trinchera azul del paraíso.

Vuelvo después aquí. Por estas calles
que ya no guardan nada de los días
luminosos y abiertos de la carne.
Pero, ¿quién puede amar sin las agujas
que marcaron las horas de los besos?
Tú ya no estás aquí. Ni estarás nunca.

En el pecado gozoso de tu cuerpo
me refugio esta noche cuando nada
puede salvar el norte que perdimos.
Encontrarnos aquí. Junto al olvido.
Despacio y lentamente y con las labios
igual que un arma blanca que me mata.

Para no estar aquí y aquí buscarte.
En este territorio donde el frío
me sabe a soledad y a vino agrio.
Más allá de ti misma tengo ahora
la certeza imposible de que estamos
ganándonos a pulso nuestra vida.

Quedémonos aquí hasta que amanezca.

***

13 comentarios:

CARMEN dijo...

Precioso, como todos tus poemas.
Gracias por llenarnos el alma de poesía cada lunes.
Un abrazo y buena semana.

jaime dijo...

Gracias.

Diego Escribano dijo...

Me gusta.
Un abrazo

Anónimo dijo...

leerte...cada nuevo poema, es encontrarme...un saludo muy cariñoso.

Eva

Unknown dijo...

"Quedémonos aquí hasta que amanezca..." "por un ratito no más seamos los que fuimos" ya después será mañana.

Nagore Ares Amaya dijo...

Supongo que para todo existe un tiempo y un camino. Recién empiezo a darme cuenta de que el cambio es constante, aunque en el momento no lo percivamos. Es después de los años que, al torcer el cuello, nos vemos como fuimos y vemos lo que somos.

Y ese fuimos es en parte lo que somos, porque somos gracias a ello. Quién pudiera llegar allí, después de haber vivido; otra vez, supongo, llegará nuestro tiempo.

Un abrazo bien fuerte y gracias, como siempre, por alejarnos de la apatía y la inmovilidad mental. El otoño se saborea mejor entre versos, gracias por el lunes.

Antonio dijo...

Dices ..... "para no estar aquí y aquí buscarte",.... que imperiosa necesidad cuando ese amor es ya pasado.
Un abrazo Rodolfo
Antonio

Menosquemarx dijo...

Hermoso. Gracias, maestro.
Saludos desde Roma.

Isabel Motos dijo...

"Para no estar aquí y aquí buscarte."

Llevo un rato dándole vueltas a ese verso y no sé si se trata de la evocación de un recuerdo o del masoquismo del amante melancólico...

Jorge Encinas Martínez dijo...

"Encontrarnos aquí. Junto al olvido."

Me quedo con cada palabra, cada sonido, cada encabalgamiento, cada reminiscencia.

Me encanta, Rodolfo.

Un abrazo

Anónimo dijo...

-"En el pecado gozoso de tu cuerpo me refugio esta noche cuando nada puede salvar el norte que perdimos."
Preciosa descripción...
Rodolfo admiro la forma gráfica de describir que usted tiene, lo admiro profundamente!Abrazo!

Anónimo dijo...

Impresionante Rodolfo, un placer para los sentidos leerte amigo.

Carlos dijo...

Justo ahí, en ese lugar, parece un buen sitio para quedarse hasta que amanezca....