El calor de la siesta y un pueblo de Castilla.
El recuerdo fugaz de algunos besos,
la carne acariciada,
cuando los cuerpos eran el misterio,
temblor inevitable, el sudor de la carne
que empapaba el alma y la camisa.
El olor de la era.
El sol rompiendo fiero las espaldas.
Tu cuerpo de muchacha que aún recuerdo.
Pecado venial en la arena del arroyo.
El frescor de las huertas. El ahogo
de tus labios de muchacha. Dulce miedo
a la piel que escocía
igual que el aguijón de las avispas.
Ese verano nuestro, esa tarde dulcemente derrotada,
cuando en ti me llegaban los amores
que habría de tener o
que soñaba
tener en los días que aún no aparecían
escritos en mis venas. Niña amada,
que nostalgia de ti, cuando los años
harían imposibles los abrazos
y la palabra amor y los deseos.
Mas ahora, en una siesta semejante,
con el olor del pasto seco y la frescura
del pozo que adivino junto al huerto,
es la imagen de ti lo que me llega,
lo que calma mi sed en el calor del día.
Te bendigo esta tarde y te conjuro,
pido a todos los dioses que te hayan
guardado la alegría, y salvado la risa,
los labios de muchacha que me dieron
todo el placer del mundo con un beso
fugaz, a penas suave roce en mi mejilla.
***
14 comentarios:
Todos los dioses del mundo...
El largo viaje con Ítaca siempre en la mente.
Un saludo.
Es curioso como algún recuerdo queda siempre en la piel por muchos veranos q pasen
Hay recuerdos que jamas nos dejan, son esos que nos marcan el corazón.
Un gusto llegar hasta aquí.
Cariños...
Recuerdos q viven en nostros toda una vida...
Precioso poema Rodolfo, que suaviza la calor y el mediodía en la oficina!!
Un abrazo compañero!
:-) que belleza de poema Rodolfo y es que a veces hasta ese simple gesto de un beso en la mejilla puede salvarnos la vida (y la mente) cuando menos lo esperamos.
Que viva pues los recuerdos que alegran el alma :-)
Fuerte abrazo.
Hermosos y tiernos recuerdos, en tu poema de hoy.
Abrazos.
Eso de ofrecer sólo la mejilla como quién pierde un tesoro despues de los años es lo que te hace suspirar profundamente
Un saludo Rodolfo
precioso, gracias!!!
Ana
Cuanta falta me hacia que alguien me salvará la sonrisa; Gracias Mi Poeta<3
Miles de Besos y Dias Felices!!
Agradecido por el nuevo ramillete de versos.
"...cuando los cuerpos eran el misterio"
siempre tan dulces palabras para motivar el comienzo de semana. Un beso!
Precioso poema amigo Rodolfo, y es que hay siestas que curan cuerpo y alma.
Brindo por todos esos momentos fugaces que luego se hacen poema, canción, texto o pintura. A veces basta un instante para vivir toda una vida.
Un abrazo desde Granada :)
Sola en mi habitación, siento que mi cuerpo cansado
arrastra mi mente a lugares perdidos, fondos imaginados,
a viajes reconfortantes donde pierdo el control de los
sentidos.
Entonces reconozco el movimiento de sus manos
sobre mi piel, el calor de su roce sobre el interior
de mi brazo,lento y suave.
El aroma de su calor se posa a mi lado con ternura
y el roce de sus labios sobre mi cuello enciende,
inexorable, el movimiento de mi cuerpo vencido
hacia él.
¿Qué tienen sus labios? ¿que veneno hipnotico esconden?
me elevan al más intenso paraíso y me queman como
el fuego del mismo infierno. Deseo la condena
de su tortura, me deshago en la pasión de su deseo,
que es el mío propio formando uno sólo...
Mi siesta de verano preferida.
Ana
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