A mi amigo Carlos López Collado
Esa
atracción salvaje de los cuerpos,
la furiosa
pasión de los abrazos,
la succión
de los labios en los pechos,
el
calor de la piel, el suave vientre
donde
Ismael perseguiría a la ballena.
Esa
muerte dulcísima y querida,
cuando los
cuerpos rompen el latido,
se
emborrachan de limpias humedades,
se
rompen en la esquina de la noche
cabalgan
la locura del instante.
Esos
besos benditos, el mordisco,
relámpagos
eternos, la tormenta
del
corazón golpeando el universo,
esa
carne abriéndose al impulso
de la
sangre caliente del deseo.
Y todo,
todo eso, amigo Carlos,
es, al
final, un cuerpo a nuestro lado,
ese
cuerpo glorioso por el tiempo,
que
duerme entre las sábanas y roza
un
instante tu piel en la alta noche.
Esa
loca pasión, aquella fiebre
es ahora
la ternura de una mano
que,
lenta y dulcemente, te acaricia
cuando viene el dolor y
tienes miedo.
7 comentarios:
"Esa loca pasión, aquella fiebre
es ahora la ternura de una mano
que, lenta y dulcemente, te acaricia
cuando viene el dolor y tienes miedo."
Insuperable.
Un abrazo fuerte amigo!!
¡Qué grande la petite mort, amigo!...Y ahora la ternura de una mano.
SändrA Miu
Jooo.... qué lindo ..Dios mio ...muero leyendo...
mil felicidades para toda su familia...
salud...más que amor....y felicidad.
se erizô la piel de leerle...parece tan real leerle....tan bonito...tan natural...
...quién pudiera escucharlo de su voz.
lo leí tarde pero es hermoso de mas. ..
abrazos y suerte siempre...
Gracias!!!!!
Amigo.....
Haces rodar lagrimas por mis mejillas.
Que poema tan tierno, romántico y vital. Me conmueve este todo que es tu ahora.
Un abrazo Rodolfo
Katharine.
Redondo y Tierno como donut !
Precioso poema, que me ha inundado de recuerdos y olores la mente. Gracias amigo Rodolfo.
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