miércoles, 30 de enero de 2008

El Severo Ochoa

Los jueces han exonerado al Dr. Montes y al resto de los médicos de urgencias del Hospital de Leganés, el Severo Ochoa. Se les acusó, por parte del gobierno de la Comunidad de Madrid, de aplicar sedaciones a enfermos terminales que llevaban a la muerte. En los medios más derechistas, fundamentalmente la Cope, se les trató directamente de asesinos. Los médicos, de una u otra forma, fueron expulsados del Severo Ochoa y han sufrido un doloroso calvario que ahora la Audiencia ha puesto fin. En teoría.

Porque lo cierto es que el gobierno regional y sus medios afines siguen insistiendo en que hubo mala práctica médica, diga lo que diga la sentencia. En este país las sentencias son aceptadas siempre que confirmen nuestras ideas, nunca cuando echan por tierra nuestras acusaciones. En ese sentimiento tan cristiano de nuestra sociedad, se le preguntaba al Dr, Montes si iba a exigir a sus acusadores que le pidieran perdón. El médico decía que él no perdonaba. No se soluciona nada con el perdón.

Los médicos del Severo Ochoa han quedado marcados y su sufrimiento sólo es superado por el de aquellos enfermos que han muerto entre dolores. Los médicos han tenido mucho cuidado en no aplicar cuidados paliativos, ante el temor de ser acusados de asesinos. Las consecuencias son cientos de enfermos que han pasado sus últimas horas en una agonía atroz.

Ese dolor no se palia con con perdones. La pérdida de confianza, el miedo al médico, no se arregla con perdones. El linchamiento moral y físico sufrido por los profesionales de la sanidad, no se cura con perdones.

Dice Ismael en una de sus canciones:
"
cuando mi cuerpo tirite y tenga lista la maleta
has de disponer
que abran las ventanas y me dejen marchar,
que la noche no duela".


Yo quiero también elegir el camino y su final. Todos los seres humanos tenemos derecho a una muerte digna, sin dolor, dulcemente, sin que duela la noche. Negarlo es negar el derecho a n nuestra propia vida.


Estoy con el Dr, Mon tes. no se puede perdonar. Hay que exigir justicia. Aunque sólo sea por el dolor causado. Por el sufrimiento de aquellos enfermos condenados a una muerte indigna.


martes, 29 de enero de 2008

400 euros

No seré yo quien se oponga a que nos devuelvan 400 euros de nuestros impuestos. Pero, la verdad es que suena y huele excesivamente a subasta electoral. Y, además, plantea una serie de dudas, o, al menos, me las plantea a mí. De momento, dicen que sólo se devolverá a quienes hacen la declaración de la renta.

Hay mucha gente que está exenta de hacer la declaración porque no supera unos mínimos. Entre ellos, un buen número de pensionistas que ni se plantean hacerla. Es decir, los que menos cobran. Decirle ahora un viejecito (dicho sea con todo el cariño) que haga la declaración es pedir peras al olmo. Se quedarán, en consecuencia, sin los 400 euros.

Segundo; tampoco la percibirán los autónomos. Hacerse autónomo ha sido la salida de muchos parados que únicamente han encontrado algo montando su pequeño chiringuito: fontaneros, electricistas, chapucillas, etcétera. No todos los autónomos tienen unos grandes ingresos, pero pagan religiosamente el IRPF. También se quedarán sin sus 400 euros.

Tercero: La medida es indiscriminada. Todos los que hagan declaración y paguen IRPF cobrarán esos 400 euros. Es decir, lo mismo el alto directivo que el que no llegue ni a mileurista. No es un sistema para redistribuir la riqueza, más bien parece una fórmula para comprar votos. ¿No hubiera sido mejor poner un tope de ingresos para poder recibir esta ayuda que en teoría está pensada para ayudar a soportar la crisis? No creo yo que quien cobre, pongamos, 3.000 euros netos, o 6.000 euros netos al mes, necesite 400 euros para afrontar el pago de la hipoteca.

Cuarto: Faltan escuelas, médicos, hospitales, la ayuda a la dependencia no termina de arrancar, ¿no hubiera sido más correcto destinar esos 5.000 millones de euros que cuesta la medida, a hacer nuevas guarderías, o a construir nuevos hospitales o a pagar mejor a médicos y maestros o a mejorar el transporte público? Hay que tener en cuenta que lo que se reparte es una tarta y si aumentas un trozo, se lo quitas a otro.

Quinto: ¿Qué más da? Hay más razones, pero, en el fondo, todas son la misma. Una medida demagógica y electoral, como los cheques bebé. Faltan viviendas, guarderías, atención primaria, ayudas a la investigación. Vivimos en un país de claras y tremendas diferencias sociales que no reducen 400 euros al mes para todos.

Si lo que se quiere es redistribuir la riqueza, hágase de verdad, estableciendo tramos que graven a los que más ganan y favorezcan a quienes menos tienen. Esta medida no sólo no lo hace, sino que, además, perjudica a los más desfavorecidos. Claro que, posiblemente, si se hiciera así, habría votantes excluidos y eso no es lo que persigue el PSOE. ¿Será por eso?

domingo, 27 de enero de 2008

El Príncipe

Cumple el Príncipe 40 años un día de estos. Felicidades, hombre. Y dicho eso, la verdad es que, de un tiempo a esta parte estamos asistiendo a un proceso empalagoso de artículos, reportajes, fotografías... para demostrarnos que tenemos un príncipe maravilloso. Lo de ayer de El País superaba cualquier expectativa.

Resulta que ahora Felipe de Borbón es el único futuro rey de España universitario. Pues resulta que no. Que Felipe de Borbón, que se sepa, no ha acabado ninguna carrera universitaria. Resulta que es un gran lector de poesía, resulta que tiene un gran sentido del humor, resulta que está al tanto de la realidad (se dice que, al fin y al cabo, su mujer, cuando la conoció estaba pagando una hipoteca), se dice que tiene grandes preocupaciones sociales... Se dicen cosas que rozan el ridículo.

Por cierto, dicen que es un ávido lector de poesía. En uno de los reportajes de tv se veía a la familia del Príncipe en una mesa camilla, en una edulcorada imagen de grupo cristiano y feliz. Detrás parecía una estantería repleta de libros. Lo curioso es que eran libros ordenados por tamaños y colores, y, por lo que parecía, encuadernados en piel. Todos iguales. Metros de libros.¿Dónde están esos montones de libros de distinto tamaño y color, amontonados en los estantes de cualquier lector?

En ese afán estúpido por acercarnos al Príncipe se llegaba a la mentira más flagrante. Se decía que Felipe había estudiado en escuela pública. Y se citaba el Colegio Rosales, uno de los más exclusivos, caros y elitistas del país. Un poco de congruencia, hombre.

Hay una campaña para preparar la sucesión de Juan Carlos presentando a su hijo como un hombre dechado de todas las virtudes. No se dice que la Monarquía es algo rancio y caduco, contra toda razón y lógica. Se obvia lo absurdo de una institución emanada de un supuesto poder divino, sin razón natural alguna.

El Príncipe, tal como nos lo presentan es un joven (joder, que tiene cuarenta tacos) de su generación, con los mismos problemas y necesidades que cualquiera. El otro día, incluso, se nos decía que hay días que hace jornadas de 12 horas y llega a casa cuando sus hijas están ya dormidas. Pobre Felipe que entrega su vida por los españoles. Millones de ciudadanos llegan a su casa después de un trabajo agotador con jornadas de 14 y más horas y no ven nunca a sus hijos.

Son insultantes ciertas comparaciones cuando millones de españoles tienen dificultades para llegar a fin de mes, cuando las hipotecas suben, cuando los jóvenes no pueden vivir sólo porque no pueden pagar un pisito de 50, 60 y no digamos 90 metros.

Pero ahí están: arropados por todos los medios de comunicación que nos ofrecen un espectáculo vomitivo de una institución injusta y sinsentido. Que cumpla los años que quiera, que viva muchos más, pero, coño, que no utilicen los medios (peor los públicos) para hacer una campaña casposa y cutre para intentar convencernos de que la Monarquía hoy tiene sentido.

Feliz cumpleaños, Felipe. Y feliz chollo. Cuántos quisieran su trabajo agotador y, nunca mejor dicho, esa vida de Príncipe de la que disfruta.

viernes, 25 de enero de 2008

Atocha

No hay que olvidar ciertas cosas. Por dolorosas que sean. Ayer se cumplían 31 años de la matanza de Atocha. Pistoleros ultraderechistas, vinculados al entonces Sindicato Vertical, entraron al despacho de abogados en la calle de Atocha, número 55. Reunieron a ocho abogados y un administrativo en una de las habitaciones y, prácticamente sin mediar palabra, comenzaron a disparar. Cinco de ellos murieron. Cuatro quedaron heridos, cubiertos de sangre. Quedó España, Madrid, sobrecogidos por el horror.

Es posiblemente la página más negra y sangrienta de lo que llaman modélica transición. Santiago Carrillo, secretario general del PCE por entonces, hubo de pactar con el ministro del Interior, Rodolfo Martín Villa, el entierro de los abogados asesinados. No se permitieron banderas. Y el acto transcurrió en un silencio impresionante. Miles y miles de madrileños acompañaron los féretros cubiertos de flores en medio de un dolor que lo cubría todo.

No eran las primeras muertos, días antes había sido asesinado en una manifestación por la Amnistía,Arturo Ruiz, un joven estudiante, a manos del argentino Jorge Cesarski, miembro de la Triple A que actuaba amparado por la misma policía. Y el mismo día 24 la estudiante Mari Luz Nájera caía con la cabeza destrozada a consecuencia de un bote de humo, cuando participaba en una manifestación para protestar por la muerte de Arturo.

Madrid era territorio ultraderechista. Los Guerrilleros de Cristo Rey, de la mano de la policía franquista, campaban a sus anchas por las calles de la ciudad. Las detenciones eran contínuas y los aires de libertad que parecían haberse desencadenado tras la muerte del dictador, eran una ligerísima brisa que se movía entre estertores de represión y muerte.

Es difícil olvidar aquellos años, por más que, ahora, se presente todo el proceso de saltar de la dictadura a la democracia como un juego de salón en el que políticos y estamentos del antiguo régimen pactaban la transición. No fue un paseo angélico. Previamente se habían registrado asesinatos, detenciones, represión contra quienes aspiraban cambiar hacia la democracia.

Tan sólo un año antes, en abril de 1976, la policía asaltó la Iglesia de Vitoria, donde trabajadores en huelga y sus familiares celebraban una asamblea. El saldo fue terrible>: cuatro muertos y más de un centenar de heridos de bala. Poco después, en ese mismo mes de abril se produjeron los sucesos de Montejurra: 2 muertos y cinco heridos. Un año antes había muerto en una manifestación el estudiante Carlos González.

Atocha fue el broche de sangre para un período en el que las fuerzas más duran del franquismo se resistían a permitir el cambio. Las hemerotecas están ahí, por más que se intente hoy presentar la matanza de Atocha como un caso más, una desgracia. Fue un asesinato en el que participaron miembros del Sindicato Vertical, personas ligadas al régimen, altas instancias que trataban de impedir el paso a la democracia.

Me parece de Justicia recordar aquí el nombre de las Víctimas: Enrique Valdevira, Luis Javier Benavides, Francisco Javier Sauquillo, Serafín Holgado
y el administrativo Angel Rodríguez Leal. Resultaron gravemente heridos Miguel Sarabia, Alejandro Ruiz Huertas, Luis Ramos Pardo y Dolores González, casada con Sauquillo.

A algunos, como a Lola, los conocía entonces. A otros los he conocido después. Hablé tiempo con Alejandro Ruiz-Huertas, muchos años después de los sucesos, cuando él escribió "La verdad incómoda" cobre los asesinatos y yo había escrito Toda España era una cárcel. Casi treinta años después, Alejandro tenía en su mirada todo el horror de aquel 24 de enero.


jueves, 24 de enero de 2008

Náufrago

Ya que Ismael ha desvelado que yo soy el autor de estos versos que él recita en sus conciertos, y, a petición de alguno de los amigos de este blog, lo incluyo por aquí.


Mensaje encontrado en una botella


Hace ya siete meses, tres días y dos horas

naufragué en esta isla que no está en ningún mapa.

La primera semana lloré como un muchacho

asustado y el miedo vino a vivir conmigo.


Luego maldije a Dios los quince días siguientes.

Y me pasé tres días sin agua ni comida.

Los siguientes dos meses he añorado tu cuerpo

y soñado con el tibio roce de las sábanas.


Cada noche encendía hogueras en los montes

pendiente de que un barco pasara por delante

de esta isla maldita . Y en la playa he dejado

mensajes de socorro pidiendo que vinieras.


Arrojé cien botellas con mensajes urgentes.

Y durante tres meses aprendí que la vida

es un cangrejo, un fruto, el agua del torrente,

el sol que cada tarde pinta de rojo el agua.


Ya no siento temores. Recuerdo vagamente

que más allá del mar hay fusiles y espadas

y hombres que maldicen haber nacido un día.

Y que aquel mundo era una isla de monstruos.


Ayer me desperté cantando sin que nadie

me dijera: “Estás loco ¿A qué tanta alegría?”

Y cada tarde escribo en la arena unos versos

que borran las mareas y que de nuevo escribo.


Hoy he visto pasar un barco no muy lejos.

He apagado raudo la luz de las hogueras

y he borrado todos los mensajes de auxilio.

Afortunadamente el buque ha pasado de largo.

miércoles, 23 de enero de 2008

Libro especial para cócteles

Nota breve:
Hablando con mi antigua editorial, Exlibris Ediciones, que publicó mi primer libro de poesía: "Especial para cócteles", me comentan que aún les queda algún ejemplar. Como alguna vez me lo habéis pedido, lo podéis comprar a través de su página, que pongo, en los enlaces: www.exlibrisediciones.com.

lunes, 21 de enero de 2008

Ya no es noticia

No cesa la muerte. Amigos de todo el mundo dicen en sus comentarios que en todos los países la violencia contra la mujer, contra los niños, es una constante. No hay fronteras para la muerte. No hay pasaporte para ella. Viaja sin problemas, se ceba en los más débiles, Acapara líneas en los periódicos. La violencia. La muerte.

No valen leyes, ni policías. Hay una cierta permisividad oficial. Un cierto sentimiento de lo inevitable que convierte a la mujer, a los niños, a los débiles en objeto de destrucción, de dolor. Alguien recuerda a las mujeres de Ciudad Juárez. Ya no se habla de ello, al menos en España.Ha pasado de moda. Todo pasa de moda, de actualidad.

Hoy la actualidad está en Gaza. Gaza sin agua, sin luz, sin alimentos en lo que la comunidad internacional reconoce como una vulneración de todos los derechos. Es la noticia de hoy. ¿Hasta cuándo será noticia? Un pueblo, como el judío, que tanto y tan sangrientamente sufrió persecución y muerte, persigue hoy y masacra a otro pueblo.

La historia, como decía Ángel González, está hecha como las morcillas, con sangre, y se repite. Son otras las víctimas. ¿O no? La víctima es siempre la misma: la Humanidad. Hoy Gaza sufre ante la permisividad de todas las naciones. No entra ni siquiera ayuda humanitaria. Israel venga sus muertos con más muertos. El Dios de la venganza, el Dios cruel, padre sólo de los elegidos, se venga en mujeres y niños, en el llanto de los débiles.

Hoy en los periódicos hay pocas noticias de Kenia. De Ciudad Juárez hace tiempo que no se habla y los artistas que un día se movilizaron, andan en otros asuntos.Ya han tenido su ración de información. Hoy toca Gaza. Hasta que nueva sangre manche las manos de los hombres y el horror se haga noticia en otra parte, olvide otras sangres, otro dolor, otras muertes.

viernes, 18 de enero de 2008

Niebla

Está Madrid frío. Una espesa niebla cubre los tejados. Es un día para quedarse en casa. La gente camina con las solapas de los abrigos hasta las orejas. La prensa, de nuevo, viene tinta en sangre. La hoja roja llaman en latinoamerica a la sección de sucesos, de asesinatos. Nombre exacto. Hoy la prensa es hoja roja. Leo que un hombre mata a su compañera -apelativo que no se merecía él- y a su hijo de 11 años.

La muerte otra vez como noticia. Cuentan que el asesino se lavó las manos tras el crimen. Es, de nuevo, el horror, el horror, que decía el personaje de Conrad. El frío de Madrid es hoy más agudo. Y, lo peor es que habrá más muertes, más hombres que matarán sus "compañeras". Los diarios incluirán nuevas muertes entre declaraciones de políticos que quieren ir en las listas o de banqueros que anunciarán mayores beneficios, o de jueces que acosan a mujeres que interrumpieron sus embarazos.

Su nombre durará poco en las hojas rojas de los periódicos. Lo justo para declaraciones bienintencionadas, lo justo para que algún gobernante anuncie nuevas medidas de protección que para muy poco sirven. La violencia machista sólo tiene la solución en una sociedad respetuosa y en la que el valor de la vida, el derecho a la vida y a la felicidad esté por encima de cualquier otra cosa.

Hoy, la muerte se ve en directo en televisión. La sangre inunda las pantallas. Es algo normal. Y se le da hasta un cierto aire épico. Los heridos no sufren. Y la muerte aparece de forma limpia e indolora. Convivimos con la muerte y la sangre. Pero la muerte y la sangre real, la de verdad, es espantosa, dolorosa y brutal. Y no tiene retorno. La cultura de la violencia nos ahoga.

Hoy, Madrid se estremece de frío. Y, entre la niebla, la mujer y su hijo asesinados son una noticia sin importancia en la hoja roja.


miércoles, 16 de enero de 2008

Gallardón

Habrá que escribir algo de Alberto Ruiz Gallardón, persona por la que -advierto y reconozco- guardo un cálido afecto. Lo conocí y lo traté cuando yo hacía la crónica parlamentaria en la Asamblea de Madrid y me pareció un hombre afable, culto e inteligente. Nuestra relación no ha ido más allá. Nos hemos saludado cuando nos hemos visto, nos hemos preguntado por los hijos y hemos hablado e intercambiado libros.

Así que no se puede decir que seamos amigos de cañas y vinitos, aunque es verdad que en lo personal me cae bien y, al menos conmigo, siempre se ha comportado de manera amistosa. Es difícil para mí, por tanto, analizar su situación, tras el rechazo sufrido en su partido. Pero, dicho eso, y por honestidad,me gustaría decir algunas cosas. En primer lugar, dejar patente que, a mí, al menos, no me ha sorprendido.

Ruiz Gallardón no es un hombre de izquierdas y yo no puedo compartir las ideas que tiene en política. Ruiz Gallardón sabe en qué partido está. Creer que el aparato del PP iba a plantearse siquiera la posibilidad de que iniciara una carrera para sustituir a Rajoy, en el caso -Dios lo quiera- que pierda las elecciones, parece un tanto ingenuo. El PP es un partido que cada vez más se va radicalizando hacia posiciones de ultraderecha. Cualquier aire renovador no puede ser admitido por una cúpula dominada por la ideología más rancia y reaccionaria.

Por eso digo que a mí, al menos, no me ha sorprendido en absoluto. Ruiz-Gallardón lo tenía perdido antes de empezar. Confieso que no le he votado nunca. Y no entra en mis planes hacerlo en el futuro. Pero he de admitir que algunas cosas del alcalde me han parecido bien. Y que su ambición como alcalde ha ido en muchos casos en beneficio de la ciudad. A pesar de todo, preferiría a otro, salvando, como ya he dicho, los sentimientos personales.

En cualquier caso, me da la impresión de que esto no es más que una tormenta en un vaso de agua. Ni el PP va a perder votos ni creo yo que Ruiz-Gallardón vaya a dejar la política. Y, que queréis que os diga, al final esto es un asunto interno del Partido Popular. Allá ellos. Y otra cosa: entre nosotros, a la izquierda le viene muy bien que haya un PP reaccionario y ultraderechista, incapaz de ocupar espacio de centro. Al fin y al cabo, la izquierda hegemónica, el PSOE, vamos, es cada vez más de centro, conque miel sobre hojuelas, ¿no?

Y, además, si lo que le ha pasado a Ruiz-Gallardón ha llenado de alegría a gente como Jiménez Losantos quiere decir que no puede ser bueno para nadie.


martes, 15 de enero de 2008

Mentiras

Ayer Aznar acusó a José Luis Rodríguez Zapatero de mentir y terminó, solemne, diciendo que una persona que miente queda descalificado para ser presidente del Gobierno. Se refería a al entrevista que Zapatero mantuvo con Pedro J. Ramírez, director de El Mundo, en la que decía que, tras los atentados de la T 4 había habido contactos con ETA.

De nada ha servido que Zapatero dijera que fueron funcionarios sin capacidad de negociación y que los contactos se hicieron para atender las peticiones de organismos internacionales que solicitaban que no se interrumpieran. La verdad es que no sé si hubo o no hubo contactos tras los crímenes de Barajas. Y eso, allá cada uno, pero lo que me parece increíble es que un hombre como Aznar que mintió deliberada y persistentemente para meternos en una guerra, haga declaraciones como las que comentamos.

Ángel Acebes también se ha apuntado al carro y ha hecho lo mismo que Aznar. Acebes mintió sobre la autoría del 11 M. Mintió hasta el último momento y, todavía, sigue buscando conexiones con ETA en aquella monstruosidad. Pero le da igual. Se agarra a los contactos con ETA, tras lo de Barajas, en un afán electoralista que nada respeta.

No voy a defender a Zapatero. En este país nuestros políticos mienten porque la mentira es una arma política que ninguno desprecia. Se miente para todo. Se miente en todo. Se miente a los ciudadanos, se miente al Congreso y se miente a la Justicia. Y da igual. Se acepta la mentira en la idea de que nadie es del todo sincero. Y se miente con tal de arañar un puñado de votos.

La única diferencia de todos esto es que la acusación de mentir se haga desde dos personas que fueron castigadas por los votos por utilizar la mentira. No han aprendido nada.


Gracias

El libro de Tomás va a buen ritmo. Su pequeña tirada está a punto de agotarse. Ayer, mientras tomaba un vermú, alguien entró al bar y se limitó a pedir un libro. Era un muchacho joven que pagó los 10 euros y se marchó inmediatamente. Me faltaron reflejos y no me atreví a preguntarle si era uno de los lectores de este blog. Tomás me ha dicho que ha ido mucha gente que él no conocía a comprar libros. Me hubiera gustado saber si eran mis amigos.

En cualquier caso, gracias en nombre de Tomás y en el mío propio por vuestra generosidad. Me gustaría, si alguno ha leído el libro que dijera qué le ha parecido. Y a la persona que entró ayer a la Taberna, que me hubiera gustado saludarle; Vaya para él y para todos un abrazo. Entre todos hemos roto las reglas del mercado y demostrado que hay una corriente de amigos que nada tiene que ver con la publicidad.

Enhorabuena.

lunes, 14 de enero de 2008

Un día de enero

11 de enero de 2008

Y vendrá, tal vez, la muerte entre los versos,

en la palabra pan que nos dejaste.

Y volverá la vida a ser exacta,

palabra presentida mientras quede

poesía diaria, vino y carne.

Y vendrá, tras la muerte, un epitafio

labrado con cincel o con los dedos

en la arena de un mar

de infancia y olas, con un viento

que arrase con la espera y con el miedo.

Y vendrán, tras la muerte, viejas voces

las calles empedradas

de una ciudad de provincias, como aquella

dibujada y perdida, cuando eran

las manos que amasaban vida y sueños

del que alguien llamó Ángel González.

sábado, 12 de enero de 2008

Ángel González

Ha muerto Ángel González. Uno de los poetas más vivos y humanos que hemos tenido en este país. Me he enterado por el Blog de Víctor Alfaro, al caer el sol. Luego he podido comprobar que otros amigos recogían su muerte en sus páginas.

Todo lo que se diga es poco. Hace unos días releía sus versos y me quedé enganchado en uno de ellos que transcribo aquí:

PORVENIR
Te llaman porvenir

porque no vienes nunca.
Te llaman: porvenir,
y esperan que tú llegues
como un animal manso
a comer en su mano.
Pero tú permaneces
más allá de las horas,
agazapado no se sabe dónde.
... Mañana!
Y mañana será otro día tranquilo
un día como hoy, jueves o martes,
cualquier cosa y no eso
que esperamos aún, todavía, siempre.

En fin. Os recomiendo que leáis sus versos. Se nos va un gran poeta, pero os aseguro que su poesía nos queda muy viva.

Himnos

No soy hombre de himnos. Lo más, lo más, lo de "Asturias, patria querida" en determinadas ocasiones que nada tienen que ver con la patria, a no ser que entendamos como tal la alcohólica.

Cuando era niño, en la escuela del pueblo, todos los días, al entrar y salir de la escuela cantábamos el Cara al Sol o el Por Dios, por la Patria y el Rey, antes de empezar las clases. Recuerdo perfectamente aquellas mañanas de invierno, con la latita de ascuas que cada uno llevábamos para combatir el frío, de pie, cantando a voz en grito, los himnos patrios.

Eran escuela como aquellas de la canción Días de Escuela, de Asfalto, aunque, en mi caso, fue poco antes de 1960, que decía así:

Bien abrigado
llegaba al colegio
1960, no hace mucho tiempo
sentados frente a una cruz
y ciertos retratos
entre bostezo y bostezo gloriosos himnos pesados.
Despertamos en pupitres de dos en dos
aún recuerdo el estrecho bigote de Don Ramón
y la estufa de carbón frente al profesor
la dichosa estufa que no calienta ni a Dios.

Suena el timbre, al fin...!
bocadillo, recreo, evasión
una tortura más antes del juego
la leche en polvo y el queso americano.

Sales tú, la ligo yo
te cambio los cromos, te juego al tacón
salta tú y el gordo después
apuremos el tiempo que ya nos meten dentro.

Dos horas de catecismo
en mayo la comunión
la letra con sangre entra, otro capón!
tarea para mañana, puesto el abrigo
otra copla a los del cuadro y hasta mañana Don Ramón.

Ahora tú qué pensarás, si cuanto más me oprimían
más amé la libertad.
Es a ti a quien canto hoy, enseña a tus hijos
enseña a tus hijos a amar la libertad.


Tengo muy bellos recuerdos de aquellos días: el olor de la tiza y de la botella de tinta que tenía Don Dámaso, el maestro, y que distribuía en los tinteros de loza que teníamos en cada pupitre. Nosotros preferíamos hacer tinta machacando amapolas y mezclándola con agua.

Y recuerdo la leche en polvo y el queso americano que nos servían por las mañanas. "Ayuda del Pueblo Americano al Pueblo Español", estaba escrito en las latas. Y los recreos en la plaza. Y los cuadernos con las tareas y los deberes que adornábamos con dibujos copiados de los libros Álvarez y la enciclopedia de Carlos Dalmau Plá. Y la estufa. Porque había como en la canción una estufa que encendíamos con astillas por la mañana y nos obligaba a abrir todas ventanas.

El himno nacional, con letra de Pemán, sólo lo cantábamos en ocasiones muy solemnes. Luego, yo creo que no he vuelto a cantar ninguno de esos himnos. No por nada, sino porque enseguida empecé a perder la fe en ese tipo de canciones que siempre he asociado -y creo que toda mi generación ha asociado- con un régimen de dictadura.

Yo no creo en los himnos, ya digo. Así que difícilmente puedo sentirme interesado por una nueva letra que, en el fondo y en la forma, recuerda exactamente a la de Pemán. Pero se ha liado una buena con la canción de marras que tampoco tiene mucho sentido. Parece que no gusta a nadie o a muy pocos. Yo me alegro por el autor, al que seguramente le ha dado sus momentos de fama. Un parado que, ojalá, a lo mejor encuentra trabajo después de esto.

Los himnos y las banderas es lo que tienen. Reflejan sentimientos excluyentes. Y lo que importa es sentirse hijos de la misma humanidad.Con que, qué queréis que os diga, el himno, salvo para justificar esta entrada, la verdad es que me la trae floja.

viernes, 11 de enero de 2008

Nos vemos en los bares

Van como motos y no se cortan un pelo. Nuestros prohombres no tienen, desde luego, el don de la oportunidad en sus declaraciones. Ahora, el ministro de Economía, Pedro Solbes, que ya había dicho lo de la propina del café, se despacha con que la situación económica tampoco está tan mal y para comprobarlo aconseja que se vaya por los bares y los centros comerciales y se verá como la gente gasta que es un gusto. No es textual, claro, pero por ahí van los tiros.

Hace unos años Celtas Cortos sacó un disco con el título "Nos vemos en los bares". Bueno, dudo que Solbes haya escuchado alguna vez a Celtas Cortos, pero siempre es un placer que recomiende las visitas a tabernas, tascas y otros lugares de perdición como prueba irrefutable de que ésto marcha. Qué quiere que le diga, señor ministro. Me parece un poco cutre que la bonanza económica se apoye en estadísticas de taberna.

La gente va a los bares a tomarse su vinito y a charlar, en la mayoría de los casos, sobre lo mal que anda su economía. A ver a los amigos y a olvidarse de sus penurias. Teniendo en cuenta que el ministro piensa que hombres y mujeres van a las tabernas a dejar un euro de propina por un café, tampoco es tan extraño que piense que la salud económica de un país se mide por el número clientes de tabernas y similares.

Al margen de la anécdota, lo que preocupa cada vez más es que los miembros del gobierno demuestren cada día su total ignorancia de lo que sucede en la calle. España ha sido siempre un país de taberna. Han faltado otras cosas, pero bares, nunca. Ni en las peores crisis. Durante los peores años económicos del franquismo y la democracia, el último negocio que se cerraba era un bar. Era -y es- un último reducto, isla de resistencia donde olvidar la amargura de un bolsillo vacío.

En fin, que me alegro de las recomendaciones del ministro. Pero, sin que salga de la provincia y entre nosotros, le diré señor ministro, que los dueños de bares, tabernas y cafeterías se quejan de que son los primeros que notan las crisis. Debe usted de visitar más a menudo los bares. nos vemos cualquier día de éstos tomándonos un vinito.

miércoles, 9 de enero de 2008

Bono

No sé. Nunca me ha gustado. Me ha parecido el clásico político marrullero, con un punto de hipocresía. Un hombre de derechas que encontró su espacio en una partido que antepone ideologías a carisma. A lo peor estoy equivocado. Pero José Bono nunca me ha gustado. Me parece un hombre untuoso que encuentra las palabras para agradar a esa sociedad bienpensante de la que es una magnífica representación.

Tiene su clientela que espera de él lo que él les da. Ganará votos para el PSOE, no para los socialistas. Ayer se despachaba con esas palabras que la gente de orden espera oír. Al hablar del asunto de Portu, el etarra que presenta lesiones durante o después de su detención, ha dicho: "Si tuviera que dar un consejo a los guardias civiles, les diría que no haya bajas. Pero si tiene que haber bajas, que no sean de las nuestras".

No sé cómo se ha lesionado Portu. Y, para el caso, tampoco importa. Pero las palabras de Bono responden a un hombre que divide a los seres humanos en dos categorías: ellos y nosotros. Si tiene que haber bajas, dice Bono, que sean de ellos. Yo desearían que no hubiera bajas por ninguna parte. Y que conste que no defiendo a los etarras. Lejos de mí. Defenderé la vida por encima de todo.

Pero la frase de Bono, extraña en un hombre que se confiesa católico, producen un cierto escalofrío. Con todo mi respeto y solidaridad con las víctimas de ETA, prefiero que no haya bajas. Y si tengo que expresar un deseo nunca será que mueran ellos, sean quienes sean.

Importante

Atención: Paro los que no sois de Madrid, el libro de Tomás se puede pedir en Librería Méndez (www.libreriamendez.net) . Tenéis el enlace en "Amigos"

lunes, 7 de enero de 2008

Una vieja lata

En una vieja caja de galletas

Despiertas mi pasado
y cierras mi presente.
Me traes voces,
nombres viejos apenas recordados,
un aroma
a cigarrillos rubios y resecos.

Me disipas las sombras y distingo
una sonrisa en medio de la niebla,
extraños ecos
del reloj de la Audiencia.

Ahora, en este mismo instante
daría cualquier cosa
porque fuera el futuro
la foto encontrada en esta caja.

Cuando era joven

Cuando yo era joven, en aquellas noches de verano y calor, cuando el mundo se cambiaba con palabras, a veces, íbamos alguno de mis hermanos y yo al cine. Costaba unas pesetas. Cenábamos deprisa y salíamos corriendo para no perdernos la última sesión.

Envueltos en la oscuridad, veíamos atónitos otras vidas de colorines en la pantalla, escuchábamos aquellas voces bellísimas que nos traían palabras de amor o de odio, reproches, arengas para el combate... y éramos felices.

Luego, ya cerca de la media noche, salíamos del cine con olor a ozonopino, recorríamos el camino de vuelta a casa en la serenidad de un cielo estrellado y comentábamos la peli, satisfechos como jóvenes cachorros.

Hace tiempo que no he vuelto al cine. De mis hermanos, dos han muerto. Pero, todavía, muchas noches, cuando te viene ese recuerdo de los años pasados, me gustaría volver a los cines que ya no existen con alguno de mis hermanos, ser de nuevo aquel muchacho que creía en los indios y se emocionaba con un beso de amor en tecnicolor.

A veces, cuando en televisión reponen alguna de las viejas películas, pienso que debería apagar las luces de la casa, sentarme frente a la pantalla y vivir, con la misma emoción, las pasiones de celuloide vividas entonces. Y no puedo. Todo se ha hecho más viejo. Y me cuesta cada vez más trabajo sentir en el alma aquellas voces que susurraban palabras de amor, que ordenaban poner las manos en alto o gritaban hermosas consignas cuando una bala les hacía caer hacia la muerte más bella y heroica.

Hace ya muchos años que no he vuelto al cine.

Más del libro

Lo siento de veras. El libro de Tomás, desgraciadamente, no se puede adquirir más que en los sitios que ya he señalado, al menos de momento. Es una pena, pero los circuitos editoriales son difíciles y no hay manera de entrar en ellos.

Pensaré cómo hacerlo llegar a quien lo solicite y os diré algo. A ver si entre algunos amigos encontramos el sistema. Ojalá consiguiéramos que El Corte Inglés o Fnac lo incluyeran en sus fondos, pero eso es un sueño sin tener los contactos oportunos. Si alguno tiene esos contactos que nos ayude. Los de Madrid lo tienen más fácil y, además, siempre puede acompañar la compra con un vermú o un paseo por el centro.

Suerte a todos. Y gracias por el interés que habéis mostrado. Siempre es agradable ver que no todo es marketing y que las cosas pueden funcionar de otra manera.

sábado, 5 de enero de 2008

Libro de Tomás

Tomás, del que tanto he hablado en este blog, el tabernero de la calle de Tabernillas, acaba de sacar un libro. Os lo recomiendo. Se trata de "Mi pequeño Madrid". Consta de dos partes bien diferenciadas y unidas por un nexo común, el Madrid de Tomás, la zona de Centro, fundamentalmente el barrio donde tiene ubicada su taberna.

La primera parte es una guía magnífica de don Benito Pérez Galdós. Con textos de sus novelas, Tomás recorre el barrio y dibuja un estupendo mapa literario de ese Madrid de la Cava, de la calle Toledo, de Tabernillas. Son páginas de una erudición asombrosa, ágil de lectura y muy entretenido que te hace desear releer las novelas de Galdós.

Tomás ha seguido fielmente las descripciones de las novelas de don Benito y ha encontrado los mesones, la casa de Fortunata, los comercios que recoge en sus novelas.

La segunda parte es un estudio extraordinario del 2 de mayo de 1808. Tomás, apoyado en documentos de la época, realiza un recorrido por los lugares de la revuelta y descubre sorpresas interesantísimas: Por ejemplo, cómo, para mantener el patriotismo, se modificaron las relaciones de las muertes de algunas personas (fundamentalmente, Manuela Malasaña o Clara del Rey) y lo que fueron casi accidentes se convirtieron en muertes heroicas.

Da también la profesión y edad de algunos de los héroes, muchos forasteros y gentes de baja extracción social que dieron su vida en un levantamiento que no era como nos han contado. Merece la pena leerlo hoy que estamos inmersos en unos aires patrióticos en torno al 2 de mayo que ocultan las verdaderas razones de aquella revuelta.

No es difícil encontrarlo. La librería de algunos amigos se ha ofrecido a venderlo. Se puede comprar en la librería Méndez, una de las mejores de Madrid, situada hacia la mitad de la calle Mayor. Allí Antonio y Alberto, de los pocos libreros cultos y amantes de su trabajo, os lo facilitará. Y, si no queréis comprarlo, os aconsejarán sobre la última actualidad de la literatura o recomendarán las novelas de Galdós que han inspirado a Tomás.

También se puede adquirir en la misma Taberna de Tomás, en la calle de Tabernilla, de 13,30 a 15 horas, mientras os tomáis un vermú y una anchoa y charláis con el autor. Son, creo, 10 euros de nada. El libro está muy bien editado. Merece la pena.

Hoy, cuando el mundo editorial está tan revuelto y tan elitista, dejarse caer en estas páginas es una aventura apasionante. Ya me contaréis.

miércoles, 2 de enero de 2008

Malas noticias

El primer periódico del año viene teñido en sangre. Dicen sus páginas que más de 30 mujeres y niños han muerto quemados vivos en una iglesia de Kenia. Junto a esta noticia, la imagen de un muchacho asesinado en Gaza. Da miedo seguir leyendo.

Que muera un niños es algo antinatural. La vida está en ellos. Y, sin embargo, mujeres y niños son las víctimas más atroces de las guerras. El año ha empezado con muerte. Los viejos deseos de paz y de felicidad quedan sólo para esta parte del mundo, entre los restos de marisco, turrones y botellas de champán. Es una noticia más que no cambiará las calles a rebosar de gente. La imagen de los grandes almacenes vendiendo los regalos de Reyes para otros niños con más suerte.

A los niños de Kenia, a los niños de Gaza, los Reyes les han traído la muerte. Sé que esto no sirve de nada. Que es una desahogo inútil. Pero, al leerlo esta mañana, me ha parecido cómo si toda la Navidad se hiciera, de pronto negra e inútil.

Al lado, de las noticias de muerte, anuncios de una Navidad feliz. Ofertas, consumo. Alegría. Nuestros políticos buscando, desesperadamente, un lugar en las listas para las próximas elecciones. Son los mismos de siempre, diciendo las mismas cosas, luchando como fieras por ocupar un puesto que les permita vivir otros cuatro años al calor de la política.

No sé qué más decir. El año comienza con sangre, con muerte. Dios debía de estar distraido celebrando el nacimiento de su hijo.