viernes, 29 de febrero de 2008

Emigrante

Como contribución al debate sobre inmigración, os incluyo una canción de Pablo Guerrero, de los años 70 se llama Emigrante y me parece que recoge perfectamente lo que fueron los españoles que emigraron a buscar trabajo en otros países. Especialmente, vaya para Felipe, hijo de emigrantes, que en su comentario ha dejado muy claro lo que fue aquello.

Por cierto, el próximo día 4 de marzo, en la Fnac de Callao, hacia las 7 de la tarde, Pablo Guerrero presenta su libro de poesía. Le acompañaremos Jabier Muguruza, Ismael Serrano y yo mismo. Os aconsejo ir, merece la pena.

Ésta es la canción:

Un día cambió todo:

nuevos "paisajes" y los mismos dolores.
Las manos tienen callos, pero no de espigas
y el corazón sin vino que sólo está y qué sólo.

Si el Rhin fuera el Guadiana no estaríamos aquí
borrachos de nostalgias y cerveza,
borrachos "de vino no bebido"
de ese "vino" caliente que hiere la cabeza.

Al vernos nos dijimos: "Chacho", ¿qué haces tú aquí?
Como si fuera una casualidad habernos encontrado.
Tú nos contaste cosas mientras con avaricia
un cigarrillo negro entre todos fumábamos.

Nos contaste tu vida, de piedra despedida,
de piedra golpeada, de piedra sola y dura
y entre la niebla, tan sólo fue un momento,
apareció de golpe el sol de Extremadura.

Allá estará el camino, allá estará el cortijo
del tío Pacorro, el alcalde del pueblo,
y un poco a la derecha seguirá la era de padre
y el río y el castillo que se verá a lo lejos.

Me hubiera gustado decirte que quizá todo cambie,
que algo pasa en el campo, en el aula y la mina,
pero no sé si mi voz resultó convincente
y tu expresión siguió lo mismo de dormida.

Pero bueno, dejémonos de melancolías
y si no hay vino con cerveza brindamos
y porque lo pediste, sólo por eso,
una canción de Manolo Escobar tarareamos.

jueves, 28 de febrero de 2008

Nuevas muertes

Ha sido necesario que mueran cuatro mujeres a mano de sus parejas para que los políticos hayan llevado el tema a la campaña electoral.Todos sin excepción. Resulta alentador y triste. Alentador porque , si así se aborda el problema, estará muy bien. Triste porque sólo sea la muerte lo que haya hecho que los políticos hablen de ello. El tema ni siquiera salió en el debate Rajoy-Zapatero, salvo por alguna mínima referencia que hizo Zapatero al hablar de la ley de Violencia de Género.

Ayer escuchaba a una juez de Barcelona hablar con tristeza de la falta de medios que tienen los juzgados dedicados a este asunto. Ayer escuchaba a todos los líderes incorporando a su campaña la muerte de estas mujeres.

Está muy bien que pongan más policías, más juzgados, más teléfonos. Pero el problema es otro. El problema arranca de un país en el que la mujer nunca ha gozado de los mismos derechos que el hombre. Un país que tenía hasta hace bien poco un código penal que recogía como eximente de un crimen que el marido "pillara" a su mujer con otro.

El problema es un país en el que la educación para un niño y una niña tenía conceptos y desarrollo distintos. El problema es un país que, culturalmente, ha alentado la idea de que la mujer debe guardarse y el hombre campar a sus anchas ("la yegua hay que guardarla y el caballo se guarda solo"). El problema es, pues, cultural y de educación. Ojalá que este nuevo y terrible aldabonazo sirva para que cambien las cosas.

Y, hablando de campaña. Sigue el PP en sus trece con los inmigrantes. Es un discurso que gusta a buena parte de sus electores y que hoy El Roto ha contestado admirablemente con su dibujo en El País. Mi incapacidad en temas informáticos hace que no pueda subirlo. pero lo cuento: Se ve a una mujer limpiando la basura. Y un texto que dice: "Mujer inmigrante recogiendo la basura derramada durante un mitin contra la inmigración". Está todo dicho.

Los inmigrantes no caben en este país, dice el PP. Pero sí les necesitamos para que recojan nuestra basura. ¿Alguien se ha preguntado por qué un inmigrante debe firmar un contrato de inmigración en el que se comprometa a respetar las costumbres y cumplir con la ley y un español no tiene que firmar el mismo contrato? Porque la verdad es que la falta de respeto a la convivencia, la exaltación de la violencia o determinadas costumbres en fiestas populares contravienen claramente las normas más elementales de convivencia y nos afectan a todos.

Así que, que nos hagan a firmar a todos un contrato comprometiéndonos a respetar la ley, seamos inmigrantes o españoles. ¿O no?

miércoles, 27 de febrero de 2008

Datos y cifras

Desolador el artículo que hoy trae El País sobre las "trampas" del debate entre Mariano Rajoy y José Luis Rodríguez Zapatero y un buen ejemplo de periodismo serio y didáctico. No quiero comentarlo. Aconsejo ir a la fuente y estudiar con detenimiento lo que en él se dice. No obstante, sí me gustaría hacer una pequeña reflexión.

Lo que se desprende de la lectura del artículo es que ambos manipularon y utilizaron "torticeramente" (
contra derecho, razón o justicia, según el diccionario de la RAE), como el mismo periódico dice, los datos del debate. Y que, en algunos momentos mintieron, o manipularon las estadísticas. Es triste que los argumentos vayan al final por la tergiversación, por el uso de un dato aislado.

Ya se ha dicho muchas veces. Éste es un país en el que la mentira se acepta en la política como algo consustancial a la misma. Y no se castiga por ello. Tendemos todos a la exageración, cuando no al falseamiento puro y duro de las cifras, de los hechos. Tal vez porque nuestros políticos nunca piensan que puede haber alguien que se tome la molestia de contrastar, de comprobar.

Es una práctica, le de manipular, que no sólo lo hacen los partidos. los medios de comunicación, los profesionales de la comunicación, también utilizan estos métodos a la hora de informar. Y se hace lo mismo a nivel personal, en la barra del bar, en la conversación entre amigos. Entre todos hemos hecho una sociedad en que se acepta la mentirijilla como pecado venial.

Pero hay una diferencia: el pecado es más grave cuando quienes tienen la responsabilidad de ser espejo de esa sociedad caen en la práctica de la taberna, de la discusión en la que no hay límites, en la tergiversación. Rajoy y Zapatero deberían leer con detenimiento el artículo de El País y en el próximo debate pedir perdón y, sobre todo, mostrar propósito de enmienda.

martes, 26 de febrero de 2008

El debate

Es difícil hacer un análisis de un debate que, en ocasiones, fue tedioso, en otras fue un monólogo y en otras un cruce de gruesas acusaciones. Y, la verdad, es que me da igual quién ganó o dejó de ganar. Pocas personas, me parece a mí, habrán decidido su voto tras escuchar las dos horas de debate entre José Luis Rodríguez Zapatero (PSOE) y Mariano Rajoy (PP).

Lo que sí ha quedado claro y manifiesto es que este país (o al menos los medios de comunicación) juega, descaradamente, con el bipartidismo, como si no hubiera otras opciones políticas que las que representan los socialistas y los populares. Todos los argumentos exhibidos, a veces impúdicamente, por los dos líderes políticos son los mismos que hemos escuchado en esta larga campaña.

Las acusaciones de "mentiroso" con que Rajoy abrió prácticamente el debate no dejan de ser un ejercicio de brutal cinismo en el representante de un partido que no se ha distinguido precisamente por su amor a la verdad: la guerra de Irak (armas de destrucción masiva), 11-M (sostener que había sido ETA) Yak (inhumano cambio de cadáveres), chapapote del Prestige (hilillos como de plastelina).

Si por algo hay que felicitar a Rajoy es por el cuajo con que ayer mintió una y otra vez, acusando a su oponente de sus propios pecados. Suelto y desenfadado, con una sonrisa irónica en la cara, el líder del PP intentaba aparecer como el hombre preocupado por la gente de la calle, ésa que no llega a fin de mes. Escuchar a Rajoy hacer una burda defensa de las familias que no llegan a fin de mes, produce un sonrojo que avergonzaría a cualquiera.

Escucharle hablar de la subida de la vivienda, ocultando que la ley del Suelo aprobada por el PP tiene gran culpa, cuando buena parte de sus alcaldes están implicados en escándalos urbanísticos, sólo puede entenderse cuando se compara con la falta de argumentos que en ésta y en otras cosas mostró Zapatero.

Pero es que tampoco el líder socialista anduvo muy brillante que digamos. Rajoy demostró su demagogia, y algo peor, su xenofobia, al hablar de los inmigrantes, para él una plaga que hay que controlar y erradicar. Y Zapatero tardó en entrar a ese debate, tal vez, para no romper su línea discursiva, sin recordarle -sólo lo hizo fugazmente- que España es un país de emigrantes que buscaron y encontraron en muchos casos, apoyo y consuelo en otros países, donde, por cierto, no se les exigió un contrato de inmigración.

No le preguntó nada. Podía haberlo hecho sobre los matrimonios homosexuales, sobre el aborto, sobre el divorcio, muerte digna. Podía -y no lo hizo- haber preguntado sobre sus planes en estos temas. Ambos se limitaron, con mejor o peor fortuna, a repetir cansinos y ya sabidos argumentos electorales.

En fin. Tal vez no merezca la pena perder más tiempo con el debate.Sólo una cosa más: Lo más vergonzoso de la noche fue cuando Rajoy acusó a Zapatero de agredir a las víctimas del terrorismo. Fue una acusación terrible que ni siquiera se molestó en explicar. Porque no había forma de hacerlo. Fue, una vez más, una utilización cruel y rastrera de la muerte, de los muertos como arma electoral. Y sin perder la sonrisa.

viernes, 22 de febrero de 2008

Pobres y ricos

Hay gente que está en la cárcel por robar unos euros. Es verdad y no es demagogia. Hay gente buscada por la policía para ser ingresada en prisión por un delito cometido en su adolescencia, un pequeño delito que se agrandó con reincidencias, con el tiempo... Hay gente que no ha entrado ni entrará en la cárcel por prácticas bancarias irregulares. Hay gente, con sentencias firmes por estafar 24 millones de euros que no ha entrado ni entrará en la cárcel.

La Justicia es ciega y no se casa con nadie. Es implacable... con los que no tienen dinero, con los que no tienen guita. Los Albertos, Alberto Alcocer y Alberto Cortina, estafaron 24 millones de euros. Fueron condenados por estafa. No entraron en la cárcel. Un ejército de abogados ha ido recurriendo cada sentencia, hasta que el Tribunal Constitucional ha hecho lo que, en el fondo, todos esperábamos: les ha exonerado.

Los Albertos van a poder continuar viajando a Venecia con algún nuevo o viejo amor. Acudirán a fiestas oficiales, organizarán cacerías con invitados de sangre azul. Aparecerán en el papel couché en las revistas del colorín. Con parte del dinero estafado pagaron a sus abogados, sortearon los vericuetos de la ley. Están en libertad. Y disfrutando de los millones de euros conseguidos.

Mientras tanto, hay jóvenes en prisión por robar un reproductor de CDs a punta de navaja. Hay padres de familia purgando largas penas por delitos de cuantía mínima. Hay desgraciados que se pudrirán entre rejas pagando unos hechos de los que no son ni entera ni únicamente ellos los culpables. Hay familias que han perdido su casa al no poder pagar los créditos leoninos de las entidades bancarias que ganan cada año miles de millones de euros.

Lo sé. Esto es demagogia. Y los jueces se han limitado a aplicar la ley. Pero los Albertos están en libertad. El Tribunal ha dictaminado que el delito ha prescrito por defectos de forma cuando fue denunciado, cosa que no apreció el mismísimo Tribunal Supremo. La justicia es implacable... siempre que no seas rico, claro.

miércoles, 20 de febrero de 2008

Un poema

Amantes

Te confieso que nunca he imaginado
mi vida junto a ti. No sé decirte.
Quizás porque no quiero
ver tu ropa tirada por el baño
o escucharte roncar
o que me digas que te duele el estómago.

Quizá es que tenga miedo
a perder la habitación de los hoteles
la amable camarera
que nos hace la cama o esos besos.
al cruzar los semáforos en rojo,
las dulces borracheras de los viernes.

A lo mejor no quiero discusiones
al tirar cada noche la basura,
ni oir tus regañinas a la hora
de fregar los cacharros de la cena.
O, en fin, esas peleas
por el mando de la televisión.

Quizás es que vivir contigo
es el esfuerzo de un corazón cansado.
Que me aburren las tardes de domingo
que te levantes
los lunes y me hables
del tedio del trabajo y que estas harta.

No lo imagino. Por mucho que me digan
que el amor, al final, es todo eso.

La vida

Calendario

Nos dicen que la vida es un instante.
Y sin embargo,
cuando no estás, es un noviembre
entero (y sin domingos)

martes, 19 de febrero de 2008

Galletas de tierra

En Haiti los pobres comen tierra. Es una noticia más, perdida entre proclamas y promesas electorales. Las madres hacen sus galletas de tierra, con algo de mantequilla vegetal para darles gusto, y los niños enferman. Dicen que les quita el hambre. llenan sus estómagos con tierra. Dicen que, antes, era una tierra rica en calcio y otras sustancias, tierra "comestible".

Ahora esa tierra ha subido de precio y ya no pueden comprarla. Posiblemente, alguien se dio cuenta de que en esa tierra estaba el negocio y la pusieron precio. Los pobres ya no pueden comprarla y ahora las galletas las hacen con tierra que recogen al lado de los basureros. Los niños las comen y enferman. Siempre se puede ser más pobre. Cuando parece que ya no hay forma de caer más bajo, los pobres caen todavía más. Ya no hay tierra "comestible" para ellos.

Sé que es difícil no caer en la demagogia. Pero los basureros europeos están llenos de productos que arrojamos a la basura, que no somos capaces de consumir antes de la fecha de caducidad. Tiramos el pan del día anterior, los yogures pasados de fecha, la fruta picada. Se arrojan toneladas de tomates al mar para que no bajen los precios, nuestros cuartos de baños están llenos de medicamentos que no utilizamos.

Y mientras, en Haití, los niños comen tierra, galletas de tierra, y enferman y mueren sin medicamentos. Pero no importa: nosotros vivimos en un mundo feliz y en la abundancia.

lunes, 18 de febrero de 2008

A mis amigos de Argentina

Buenos Aires

Buenos Aires, tan vivo en la memoria

en la calle Corrientes donde fuimos

a buscar ese tango deseado.

Pero no estaba el tango,

y el deseo tenía la amargura

de los días perdidos en tu ausencia.

Y la niña sentada en su sillita

con un bandoneón más grande que ella.

Las viejas librerías.

Mercado de San Telmo

y los viejos cafés,

los nuevos besos

en el hotel cuando era Buenos Aires

pincelada de luz, La Recoleta.

Cuando Madrid era un nombre

rompiendo el corazón y la distancia.

Y estaba entre tus labios,

en los brazos

de los viejos amigos encontrados.

Buenos Aires olía

a esa ciudad siempre soñada

hecha, por fin, azul entre los dedos.

domingo, 17 de febrero de 2008

Camino del trabajo

Sensación térmica
Con la primera tos de la mañana,
las muertes cotidianas, los espejos
de esa realidad donde el dolor se hace
la palabra de tinta del periódico.

Luego viene ese sueño de los lunes,
el billete del metro, la muchacha
que mira los apuntes y se aparta
el pelo de los ojos y subraya
con el bolígrafo rojo
unos folios en blanco.

Y después, ya en la calle, este febrero
que quiere ser diciembre y los carteles
de playas soleadas,
el olor a café de un bar cualquiera.
En la pared, alguien con tiza
escribió sobre el ladrillo desconchado:
“Estoy muy sólo”.

Madrid está hoy a cero grados.

miércoles, 13 de febrero de 2008

12 años

Siento que este blog haya entrado en campaña. Pero es que no hay manera de librarse de ella, sobre todo cuando uno tiene que escuchar algunas propuestas que te ponen los pelos como escarpias. Y más cuando algunas de ellas son de una falta de humanidad clamorosa. El PP propone rebajar la edad penal a los 12 años. Yo recuerdo a mis hijos cuando tenían esa edad. No puedo imaginármelos en una cárcel o en un reformatorio.

Ya sé que asistimos cada día a hechos que destrozan el corazón. Niños, o casi niños, que cometen crímenes como violaciones, asesinatos, incluso, aunque sean excepciones. Sé que es difícil explicar a unos padres que el que arrebató la vida de su hija saldrá a la calle en apenas unos años. Pero también sé que esos niños son el producto de una sociedad que hemos hecho entre todos, una sociedad que ha hecho de la violencia y la crueldad sus más importantes valores.

Algún sesudo psicólogo decía hace unos días que los reformatorios eran escuelas de delincuentes. Que tenían un nulo o casi nulo valor reformador. Meter en una cárcel a un niño de 12 años me parece que no solucionara el problema, mientras no seamos conscientes de que es la educación, el ambiente familiar y de barrio lo que hace a hombres y mujeres ciudadanos capaces de entender que viven en un mundo de todos en el que el respeto al otro es la única forma de conducta.

Me asusta que cada vez que el PP lanza un disparate como éste, suba en las encuestas. Me asusta que la buena gente crea que sólo el palo es capaz de solucionar una enfermedad que atraveisa la sociedad de punta a punta.

Doce años, Dios mío. Doce años. Quienes hacen propuestas así, ¿cuando llegan a su casa son capaces de mirarse en los ojos de sus hijos?

Plataforma PAZ

Lo he pensado mucho antes de escribir sobre la Plataforma PAZ, el grupo de artistas e intelectuales que apoyan la candidatura de Zapatero. En principio, nada que objetar. Creo que cada uno es libre de expresar sus opiniones y sus preferencias. Y, en consecuencia, me parece que tienen todo el derecho de pronunciarse a favor de una determinada opción política.

No puedo compartir la idea expresada por Mariano Rajoy de que se trata de artistas "untados" y vendidos. No creo yo que a estas alturas gentes como Joan Manuel Serrat, Sabina, Almodovar o José Luis Cuerda necesiten al PSOE para vivir. No creo que necesiten ser "untados". Es gente que ha vivido y vive de su trabajo y que, cuando han tenido que dar la cara -guerra de Irak, por ejemplo- lo han hecho. Las gruesas acusaciones de Rajoy son, en la forma y el fondo, una villanía que sólo descalifica a quien las hace. Tampoco me parece a mí que sea el pago por el tan controvertido canon digital.

O sea, que defiendo y defenderé el derecho de cada uno a apoyar a quien le dé la gana. Pero no deja de ser curioso que nadie haya criticado el apoyo al PP de gente como Jiménez Losantos o Pedro J. Ramírez. Da la sensación de que eso sí está admitido. Eso es normal. No lo es que otros hagan lo mismo con el PSOE.

Lo que no sé es la eficacia de estos apoyos. Muchos de los que hoy apoyan al PSOE lo hicieron antes a IU que se ha quedado casi en completa soledad. Víctor Alfaro me preguntaba que qué opinaba de que Sabina pidiera el voto para el PSOE cuando antes lo hizo por Izquierda Unida. Yo hubiera preferido que la dichosa plataforma hubiera pedido el voto para la izquierda, en general. Hubiera sido más justo, sin duda. Pero no puedo criticar que lo haya hecho por Zapatero.

Sí me causa una cierta desazón que el apoyo esté tan personalizado en Zapatero. No es ni siquiera un apoyo a los socialistas, sino a su líder. Sinceramente creo que es un error porque no se apoya a una ideología. Se apoya un nombre. Y eso no es bueno, aunque la verdad es que todas las fuerzas politicas han personalizado su campaña, incluida IU. Creo que son cosas de las elecciones norteamericanas.

En cualquier caso, como decía más arriba, no sé el efecto que iniciativas como ésta tienen en el electorado. No creo que el votante, por fan que sea de Sabina, de Serrat o de Ana Belén, se sienta influenciado por sus opiniones. A mí me parece que los electores tienen su propio criterio, sus propias ideas y, posiblemente, les agradará coincidir con los artistas que admiran. Y poco más.

Me da una cierta tristeza el abandono a IU. Se merece mucho más. Tal vez por eso, algunos han preferido no estar en la Plataforma. Pero, por lo demás, vayan mis respetos por quienes han tomado una decisión que, desde luego, no se basa en lo "untados" o no que puedan estar.

lunes, 11 de febrero de 2008

Tristeza

Cada día me cuesta más trabajo seguir el discurso de los políticos. Sé que debo hacerlo. Sé que tengo que estar informado. Que tengo la obligación de influir con mi voto en la política. Sé que han sido muchos años sin poder ejercer este derecho fundamental. Y, sin embargo, cada mañana, me entra una cierta desazón, una cierta tristeza al leer, al escuchar, a nuestros políticos.

Estamos asistiendo a una de las campañas electorales más extrañas y, posiblemente, más sucias. Vale todo. Desde la mentira a las amenazas. Un cambalache tremendo. Hablan los políticos de nuestros problemas, pero, ¿por qué nos suena tan falso todo? ¿Por qué nos suena tan lejano?.

Hoy en algún medio se contaba que los jóvenes licenciados entran en el mercado de trabajo con sueldos cada vez más bajos. Antes, tener una carrera era una garantía para "colocarse" bien o medianamente bien. Hoy, un licenciado puede acabar sin poder ejercer su profesión. Dinero, esfuerzo, estudios desperdiciados.

Hablan los políticos de la vida. Y nos parece que ellos viven otra vida. Hablan de proyectos. Y nos parece que son proyectos en los que el ciudadano no encaja. Las últimas encuestas dicen que se recorta la distancia entre PP y PSOE. Y lo preocupante es que eso sucede cuando el PP endurece su discurso con los derechos de homosexuales, de inmigrantes.

¿Vivimos en una sociedad intolerante? ¿O es que la repetición machacona y apocalíptica hace mella en esa sociedad? El PP utiliza el miedo como arma electoral. Miedo a los inmigrantes, a los extraño, a la diferencia. Miedo al terrorismo, miedo a la tolerancia y la solidaridad. Ayer decía Rajoy algo parecido a "que vengan de fuera, pero, ojo, que al final aquí no cabemos todos".

Pero, ¿quiénes no cabemos? Rajoy defiende un país para unos pocos, un país para los que han tenido la suerte de nacer en él, insolidario y egoista, amenaza a los artistas que no están con él, amenaza a los homosexuales diciéndoles que les quitará derechos, amenaza a los inmigrantes en un país de emigrantes... Y sube en votos. Y puede ganar. Ha descubierto que la dureza, que la falta de corazón, vende. El PP no lucha por una España igualitaria y solidaria. Lucha y propone una España egoista.

Me da tristeza escuchar todas las mañanas el discurso cansino y catastrofista de los que creen en el infierno, de los que creen en el cielo sólo para escogidos, en los países de una felicidad basada en la infelicidad de los demás.

Y otra cosa.

El actual Papa ha dicho que el infierno existe, ese lugar sádico, de sufrimiento eterno. El infierno de un Dios cruel capaz de castigar eternamente por los errores siempre fugaces de los hombres. El Papa es infalible, o sea que no se equivoca al plantear la existencia de una monstruosidad semejante.

El problema es que el anterior Papa, que también era infalible, que no se equivocaba en estos asunto, dijo que el infierno no existía. Que el infierno era una situación: la ausencia de Dios.

¿Cuál de los dos Papas era infalible?

viernes, 8 de febrero de 2008

Enfermos de amnesia

O no tienen vergüenza o no tienen memoria. El PP, el gran Arias Cañete que fue ministro con Aznar, se despacha ahora diciendo que los inmigrantes no crean más que problemas y son unos abusones. Por ejemplo: dice que claro, como han descubierto la grandeza de nuestro sistema de salud, se vienen por aquí a hacerse una mamografía que en sus países les costaría nueve meses de sueldo y en España les sale gratis.

Por fin, gracias al PP, sabemos por qué se vienen los inmigrantes. es por las mamografías. Pero dijo más: dijo que quienes llegan a España son gentes sin preparación alguna, sin formación. Y recordó aquellos años en los que había camareros que te servían un cortado como Dios manda. Es verdad. Había que ver en los casinos de antaño cómo los camareros servían con reverencia y humildad, sin una queja a los señoritos. Coño, este Cañete sabe de lo que habla.

Tremendo todo. Cañete, seguramente, prefiere que los inmigrantes mueran de un cáncer y sufran sus enfermedades sin una queja y sin atosigar al personal de la Seguridad Social. Olvida que los inmigrantes pagan su Seguridad Social y tienen los mismos derechos que cualquiera. Y olvida que la Seguridad Social en España es universal y todos tienen derecho a ella. No olvida porque no lo conoce, que hay algo que se llama solidaridad entre los hombres y los pueblos. Y aunque sólo fuera por eso, cualquier ser humano tiene derecho a ser atendido en su enfermedad.

Y olvida, sobre todo, que este país ha sido un país de emigrantes. De hombres y mujeres que fueron a latinoamerica, a Francia, a Alemania a buscar trabajo o a buscar amparo tras una guerra atroz. Y que muchos tampoco eran mano de obra cualificada. Y que esos españoles tuvieron atenciones sanitarias, y cobran ahora su pensión de los países que les dieron acogida. Olvida la canción de Ismael, Dulce Memoria:

Ya no recuerdas los trenes
que partían de aquí
cargados con tu esperanza
hacia la vieja Alemania.
Pueblo emigrante
enfermo de amnesia.

Nuestros emigrantes no sabían francés, ni alemán. No juraron las constituciones de los países que les dieron acogida, no se les obligó a prender sus costumbres y siguieron escuchando flamenco, haciendo su paella, añorando las fiestas de su pueblo, rezando a su virgen de la Macarena o trasladando allí sus romerías y su cultura. Y gracias a ellos, a su ahorro, la economía española resistió y aguantó.

Los inmigrantes que ahora recibimos no saben servir el café, ni preparar la tostadita de manteca colorá. Sólo vienen para que les hagan una mamografía. Va a tener razón Arias Cañete: hay que vigilarlos de cerca. Son unos abusones.

PD. Por cierto, recomiendo encarecidamente la lectura de Soledad Gallego en El País de hoy. Claro, limpio y emocionante.

miércoles, 6 de febrero de 2008

Dimas Cuevas

Todo un prenda. Se llama Dimas Cuevas, es candidato del PP al Senado por Albacete y ex-director del periódico "La Tribuna". Un tipo gracioso donde los haya. Lo contaron en la SER y leyeron sus artículos sobre temas como matrimonios entre personas del mismo sexo o la ley de paridad. Fino sentido del humor. Escribía, por ejemplo: "Las bodas de lesbianas tendrán que incluir diversas variedades de tortillas y de postre, bollitos con nata". No me digan que no tiene ingenio. Pero, ¿cómo es que el Club de la Comedia, en el que ya ha triunfado un hombre como Urdaci, no ha pensado en él? ¿Cómo ha dejado pasar una oportunidad como ésta?

Y, ya metido en harina, el buen Dimas, por cierto el buen ladrón que fue crucificado con Cristo, añade: "y los convites para homosexuales serán a base de perritos calientes y plátanos al horno". Para troncharse. Habrá que oirle en el Senado si sale elegido, que parece que puede salir, cuando tenga que hablar sobre cualquier asunto. Estoy seguro que hará gala de su nunca bien ponderado sentido del humor y de la ironía.

En fin, ésta es la gente en la que el PP confía. Al menos, nadie podrá decir que es un hipócrita. Él va con sus pensamientos por delante.
Dimas, eres un monstruo, tío.

martes, 5 de febrero de 2008

El niño que cantaba

Hace tiempo, una mañana, muy temprano, en el tren que me traía a Madrid, en ese silencio del sueño y el bostezo, escuché a alguien cantar. Cantaba muy fuerte, chapurreando las palabras y un tanto desafinado. Busqué entre la gente. Y allí estaba.

Era un chaval de unos 14 años. Parecía tener el síndrome de Down. Sonreía feliz. Tenía en sus orejas dos auriculares y, de vez en cuando, cantaba a voz en grito alguna estrofa. Cantaba con pasión, sin dejar de sonreír. No recuerdo que canción era porque, además, era difícil identificarla. Sólo repetía algunas frases. Y sonreía.

En medio del vagón, entre gente silenciosa y aburrida, la voz del niño me pareció un canto de esperanza, de vida. Dejé de leer y todo el trayecto fui oyéndole, mirando su cara de felicidad. Coincidí con él alguna vez más y disfrute de su alegría, de su canto.

Entre las páginas del periódico, en medio de aquellas noticias de muerte, de las declaraciones huecas de los políticos, de los anuncios de compras imposibles, la canción de aquel muchacho era un soplo de aire, el recuerdo de que la felicidad tiene rostro y la vida puede hacerse canción desafinada.

Ahora, que por razones de trabajo, he dejado de coger aquel tren, recuerdo alguna mañana la voz de aquel niño y sonrío. La gente, a mi lado, me mira como si estuviera loco.

lunes, 4 de febrero de 2008

Buscando en los cajones

Estos días anduve por mi vida

buscando en los rincones, colocando

en su sitio recuerdos y postales,

las palabras de adiós,

un beso, cigarrillos

de las noches sin ti.


Revolví en los pliegues de la carne,

en los huecos del alma, en los cajones

del armario de arriba.

He encontrado billetes de autobús

ya caducados

marcando viejos libros de poesías

que copié en tus caderas

y en tus pasos.


Encontré en los recuerdos

el olor del membrillo del verano,

el perfume a lavanda de tu risa.

Y, luego, bien doblado,

he encontrado el olvido

igual que una camisa

que no sirviera a nadie.

viernes, 1 de febrero de 2008

El voto

Juro por lo más sagrado que no quería volver a hablar de la Iglesia ni de los obispos. Ellos tienen derecho, según sus creencias, a defender lo que crean conveniente. Pero, ¿por qué se empeñan en dirigir nuestras vidas y nuestras conciencias seamos o no creyentes?

El documento electoral de la Conferencias Episcopal supera todo lo imaginable. De una manera nada sibilina, terminan por aconsejar que no se vote al PSOE con los mismos argumentos que el PP: el PSOE pactó con ETA. De entrada, el PSOE y todos los partidos que han estado en el poder, no te jode. Pero se suben al carro de los populares para intentar hacer creer a todos que han sido los socialistas los únicos que lo han hecho.

Y de salida, a mi me parece bien que la Iglesia defienda su moral, pero que no trate de imponerla. La Conferencia Episcopal se mete en política, e interfiere en lo que es un asunto civil. Puede hacerlo, pero que se atenga a las consecuencias, porque habrá que recordarles su postura ante las distintas dictaduras, su ominoso silencio ante los ataques a los derechos humanos, su obscena riqueza en un mundo injusto y desigual, su falta de moral ocultando violaciones, abusos a menores de m uchpos de sus miembros.

En el pasado, en este país, se debatió firmemente el voto femenino y dirigentes nada sospechosos de derechismo plantearon no conceder el derecho del voto a la mujer. Eso ahora -y entonces- nos parece una barbaridad. Pero temían que la mujer terminara votando lo que imponía el confesor y el marido. Hoy la Iglesia quiere conducir el voto para mantener sus privilegios. Unos privilegios que, por cierto, ningún Gobierno de izquierdas les ha negado y que, incluso, ha aumentado.

La santurronería de la Iglesia, su hipocresía les lleva a hacer un comunicado en el que, al amparo de la libertad de expresión, de su incarnación en el mundo, intentan influir en las elecciones. Lo peor es que habrá gente, buena gente, que hará caso a los obispos, que entenderán que ellos hablan desde el magisterio divino y no pueden equivocarse. Habría que recordarles la postura de Cristo, cuando le enseñaron la moneda del César: "Al César lo que es del César, a Dios lo que es de Dios". Es difíciñl pedir respeto a una institución que no se distingue precisamente por respetar creencias que no coinciden con las suyas.

Una cosa más.
Hay un tal Miguel Ángel Rodríguez que fue Jefe de Prensa de Aznar, y ocupo altos cargos en su Gobierno. El que fue un chaval de Valladolid, prácticamente desconocido e inexperto y casi sin oficio ni beneficio, es hoy empresario de fortuna y contertulio habitual. Tiene hasta su propio programa en la televisión de los obispos.

Bien está. Lo malo es que se cree un auténtico showhman, gracioso y chispeante. Descalifica, insulta, se ríe de todo aquello que huela a izquierda o simplemente progresista. Dice barbaridades con un desparpajo que asusta. Ha llamado nazi al Dr. Montes y en una demostración de finura e inteligencia ha dicho que si le pasa algo que avisen a la policía antes que al equipo de urgencia del Severo Ochoa, a los que ha calificado de asesinos, portando ataúdes. y cuando se le replica en tono parecido, exige que se retiren inmediatamente esas palabras. Las suyas no las retira nunca.

Es un fenómeno. Pero, a mí, la verdad, me da miedo este individuo.