Siento muchas noches la ternura
de los viejos amantes y los días
aquellos en que éramos nosotros
el mundo contenido en unos brazos.
No sé lo que ha quedado de las noches
en que tu corazón bebía del vino
de un futuro imposible, cuando era
tu mirada lo único importante.
Tal vez en este instante tengas puesto
el reloj del recuerdo en la hora justa,
y, como a mí, te llegue la nostalgia
con las primeras lluvias del invierno.
Quien teme los recuerdos nada espera.
¿Importa ya la boca que mordía,
o la palabra amor…? Díme: ¿qué era
mi nombre cuando tú lo pronunciabas?
Somos viejos amantes. Pobre carne
de las camas perdidas. De las sábanas
donde el pecado se hacía paraíso.
Pobres cuerpos rotos y vencidos.
Te devuelvo esta noche lo que nunca
tomaste de mi vida: el tiempo
que borró para siempre aquellos días.
***
18 comentarios:
Precioso poema, como siempre plagado de recuerdos nostálgicos y románticos. Devolver el tiempo, quién pudiera. Besos.
"Dime: ¿qué era mi nombre cuando tú lo pronunciabas?"
Me encanta ese verso.
Hay que ver la importancia que cobra nuestro simple nombre de pila en labios de la persona amada. Quizás, primero, porque sea el signo inequívoco de que conoce nuestra existencia; después, quién sabe, supongo que siempre tiene un tono, una cadencia, un color o un sabor especial dicho desde esa boca...
Por cierto, me recordó a este otro verso de Luis García Montero: "¿Qué hay detrás de tu nombre cuando cierras sus sílabas?"
Un saludo desde Granada, ¡espero que hayas pasado un buen puente! :)
"Quien teme los recuerdos nada espera" Quien teme a los recuerdos nada tiene. Precioso poema.
Un abrazo.
Quien teme los recuerdos nada espera.
¿Importa ya la boca que mordía,
o la palabra amor… Díme: ¿qué era
mi nombre cuando tú lo pronunciabas?
Precioso! Qué hubo detrás de mi nombre......?
Algunos dicen que el tiempo no existe, pero cuantas veces si pudiéramos lo pararíamos en instantes que parecen infínitos.
Amigo, tal vez la ternura nos redima de ese tiempo cruel e inexorable. Sobre todo si se sublima con versos como los tuyos.
Un abrazo y la admiración de siempre.
La boca qeu mordia siempre importa, la palabra amor siempre importa... vivir, amar, recorar, estar vivo al fin y al cabo es lo único que imporata
MARAVILLOSO!!!, qué viaje que es este poema!!
infinitas gracias!!
Precioso, es de esos poemas que te erizan la piel cuando lo has leído.
Un abrazo.
"Te devuelvo esta noche lo que nunca
tomaste de mi vida: el tiempo
que borró para siempre aquellos días."
Pellizquito en el corazón.
Petons
Lo siento pero me he quedado sin palabras...
Un abrazo Rodolfo!
"Quien teme los recuerdos nada espera." pasado y futuro como auxiliares de vuelo. Imponente paradoja, querido Rodolfo. Brutal disparo.
Besos súper.
Es un hermosísimo poema plagado de realidades y de ternura! Grande como siempre, Rodolfo!
Siempre el tiempo borra los días pero también siempre estamos a tiempo de vivir nuevos días con la total convicción de que algo mejor siempre nos espera a la vuelta de la esquina... y así, inevitablemente, esto sucederá.
Bellisimo poema de tiempos mejores, que a veces nos devuelven la sonrisa a los labios por un instante, aunque despues nos dejan con una extraña desazon en el pecho. Gracias Rodolfo, gracias Maestro.
Este poema debería estar en los museos del mundo. Me parece una auténtica obra de arte. Abrazos otoñales con sabor vietnamita.
Que no nos falten tus palabras maestro, que siempre hablan de todos, más allá de ti. Increiblemente perfecto este poema.
Un abrazo
Antonio
Muchos de estos versos parecen salidos de mi propia mente, aunque jamás podría haberlos plasmado mejor.
Precioso Rodolfo. Un abrazo.
Gracias, divino poema, gracias por poner un rayo de luz en mi alma esta mañana.
Gracias Ana Carolina por recordarme que el mundo está vivo!
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