lunes, 7 de febrero de 2011

Compro oro

Compro oro. Papeletas de empeño.

Discreción garantizada. El cartel estaba allí colgado,

en los hombros del hombre,

lo mismo que si fuera una promesa

o un billete de banco que pudiera

arreglar cualquier necesidad: el hambre o el colegio

del niño, el pan de cada día. Ese trabajo

que no acaba de llegar, el de los besos

el de la noche en paz,

la entrada de los cines o el café

de la tarde contigo, vida mía.


Compro la desesperación:

la alianza empeñada, o el abrigo,

las sábanas bordadas.

Papeletas de empeño de recuerdos,

de cosas que un día fueron

el regalo de aquel feliz aniversario, del bautizo

del niño, papeleta del traje de la boda

o del entierro. Los pendientes

de la abuela que ahora descubrimos

son sólo oro chapado y nada valen.

Compro también la espera hasta mañana

las promesas

de que las cosas cambiaran cualquier día de estos,

los números del paro, los anuncios

de playas soleadas. Y ese miedo

a despertar sin fe y sin un abrazo.


Nada vale la vida. Ni siquiera

lo que vale el papel en el que alguien

ha escrito un precio, dinero necesario

para aguantar hasta que llegue el día

en que de pronto

cambie el aire, y el viento nos arrastre

hacia otra noche distinta a la del Monte

de Piedad o hacia quien compra

con total discreción esos pedazos

de vida y de esperanza.

19 comentarios:

eigual dijo...

Fantástico... (esperaba el poema del lunes para comenzar con ganas, inspiración y fuerza)

Me ha gustado mucho, mucho...

Buena semana Rodolfo!

Unknown dijo...

Muchas gracias Rodolfo por emocionarnos con tus poemas y tus textos y hacernos para un ratito y reflexionar.
Un abrazo.Paz
elbauldepaz.blogspot.com

jaime dijo...

Gracias.

Nagore Ares Amaya dijo...

Qué triste la vida ¿verdad? El tener que desprenderse de los recuerdos por necesidad. Porque aunque las cosas no sean memoria, si que ayudan a recuperarla. Todas esas joyas sentimentales, que valgan más o menos dinero, nada tienen que hacer con la economía. Qué puta la vida, la situación de verse obligado a desprenderse de lo que uno ama, y qué horrible es que algunos aprovechen para sacar partido. Pero, las cosas no dejan de ser cosas y primero está la vida, auque sea malvivida.

Un abrazo

Marinero en Marte dijo...

comprar la espera de que mañana las cosas cambiarán.
buen poema. con grandes reflexiones y bonitas frases.

CARMEN dijo...

Muy buen poena, y tan real como la vida que nos toca vivir cada día.
Gracias por saber emocionarme con tu poesía todos los Lunes.
Que tengas buena semana, la mía será algo dificil, se ha marchado mi hijo mayor a Lituania de Erasmus y lo estoy echando mucho de menos, ya me acostumbraré, supongo.
Un abrazo.

Anónimo dijo...

Vaya... como le ha sentado este poema a mi lunes, concretamente al de hoy, cuando he estado hablando de desprenderse de lo que se quiere por necesidad vital, para poder seguir adelante.

Esperemos, yo también lo espero, que el mañana me traiga algo mejor que lo que sentimos ahora mismo.

Gracias!!

Comodín dijo...

Muy bueno, Todos los lunes me impresionas y emocionas, llevo muchos lunes siguiendo tu blog y cada lunes espero tu poema con mas ganas, muchas gracias es genial. Gracias por hacerme ver lo que de verdad importa.

"Y ese miedo a despertar sin fe y sin un abrazo."

María dijo...

Que triste descubrir así que los pendientes de la abuela eran sólo chapados.
Me gustó mucho.
Un besin,
I.

Antonio dijo...

Que bien me sientan siempre tus palabras, y ahora más que ando fuera de España en un pais donde no entiendo nada y las costumbres nada se parecen, que bella estampa la que has dibujado, que triste a su vez, pero egoistamente la gozo, tras esta ventana cubierta de frio y nieve.
Un fuerte abrazo
Antonio

Abigail LT dijo...

Yo sigo llenando mi armario de cosas inservibles por si algún día alguien quiere decidir conmigo que hacer con todas ellas...

Mientras mi gata se lleva los plásticos y el papel de embalar.

Quizás ella es la única que tiene derecho a jugar.


Besos de Mariposa.

Unknown dijo...

El otro día una amiga me dice, me voy la semana que viene a Italia. voy a tener que comprarme una billetera ancha para que me entren los Euros. Le pedí que me los muestre, los agarré en la mano y sonreí recordando los billetes del "Estanciero" y le dije: - todo es una mentira.
Pobre... me miró con cara de desconcierto sobre esa frase que tiré al viento después de suspirar.
Aclaré entonces lo todo lo que pensé en esa milésima de segundo en la que miraba los billetes.

Le dije: - me acordé del estanciero (es un juego de mesa conocido en Argentina, no sé allá)... tengo en mis manos en poquitos billetes, tres de mis sueldos "con esto yo vivo tres meses". Esa es la mentira que todos nos creemos!!!! Absurda y malísima mentira que es la "realidad" de nuestro sistema. Si este papel lo agarra un nene de 4 años hace un avión o un barquito y una chica de 15 escribiría su nombre y el de su amado con corazones.
¿Para qué otra cosa debería servirnos un papel?
¡Qué absurdo es nuestro mundo visto desde ese lugar, ojalá que lo único que tengamos que empeñar en nuestra vida sea esta estupidez!

Anónimo dijo...

Maravilloso, Rodolfo. Una vez más!!

Jorge Encinas Martínez dijo...

Tus versos me llenan de tristeza y de ternura. Comprar y vender pedazos de vida y de esperanza.

Un abrazo

Joaquín Pérez Azaústre dijo...

"Compro la desesperación". Desolador y hermoso, querido amigo. Escrito como la vida misma, con el mismo dolor y su carga de edad. Un abrazo de lunes, desde Bruselas cálida!

rubén dijo...

Si vendes oro, recuerdos, compras melancolía, más incertidumbre.Tus poemas siempre dejan poso.

Anónimo dijo...

el primer hombre ya nació ambicionando , deseandolo prohibido , buscando un poco mas . Somos maquinas inconformistas , malditos inconformistas!

MIGUEL ANGEL dijo...

Pero aunque toque desprenderse de lo que uno quiere por imperativo, siempre nos quedará el rincón de la memoria donde todo eso material, se transforma en lo realmente importante y humano, nuestros recuerdos, que siendo de valor incalculable, no podrán venderse por pocos euros en el mercado de la desesperación.
Como siempre, certero en todas tus palabras, hoy si caben más cercanas a todos. Un abrazo, siempre sincero.

Rocío Andréu dijo...

Triste y genial...