lunes, 21 de mayo de 2007

Las mañanitas de Madrid

En el metro. No hay sueño. Sólo el cansancio de un día que empieza. No habla nadie. Escucho en la voz de Goyeneche: "Las tardecitas de Buenos Aires tienen ese qué se yo...". Y me parece que podría decirse lo mismo de Madrid. De estas mañanitas en las que huele en la calle de Atocha a croisan y a churros. Y llueve.

En la puerta de la Iglesia de Antón Martín, una mujer coge sitio junto a la puerta. Y unas niñas de uniforme, con la carpeta contra el pecho, andan presurosas, hablando sin parar. Abajo ha quedado el metro y la gente silenciosa y triste. Hoy llueve. Bueno, chispea. Apenas llueve y se adivina por la estación de Atocha un rayo de sol de esta primavera que tanto cuesta.

Madrid aparece recién lavado y limpio. Un repartidor arrastra su carretilla y el ciego de los cupones lleva un buen rato en la esquina. Parpadea la cruz verde de la farmacia. Unos muchachos ofrecen un periódico gratuito y es como si las mañanitas de Madrid tuvieran ese qué se yo.

Goyeneche se declara loco, con medio melón en la cabeza, oculto tras unos árboles imposibles que apenas hay en Atocha. Un hombre fuma su primer cigarrillo desde un balcón. Está tranquilo. Mira a la gente que pasa con esa placidez del que todo lo tiene ganado o lo ha perdido todo.

Huele a lluvia. Pero el olor a campo mojado nunca llega hasta el asfalto. Debo estar piantao.

5 comentarios:

txilibrin dijo...

Pues yo que voy en autobús de empresa al trabajo sólo veo a la gente dormida en él.

Hasta que cojo el autobús en Nuevos Ministerios veo pasar al pobre chico del periódico El Metro, subiendo la cuesta con el carro que casi no puede con él. Y veo a los que limpian las calles salir del trabajo, con cara de reventados. Y a una señora muuuy peculiar que siempre viste raro, siempre espero a encontrármela porque me hace mucha gracia (me recuerda Mariví Bilbao).

Besos desde Pozuelo, dormida delante del PC...

Anónimo dijo...

Magistral... Sencillamente magistral...

Quien agarrara tu pluma prestada, aunque sólo fuera por unos instantes...

Anónimo dijo...

Gran descripción de lo cotidiano de Madrid... cuando todo despierta es genial. Después, con el transcurrir del día, creo que la ciudad pierde algo de encanto.
Se ven muchas cosas cuando uno 'pone/quita las calles' (como me decían de pequeña) y el olor a campo lo trae sólo el Retiro cuando llueve en otoño, ¿no?

Besos

N. dijo...

A mí también me gusta ver Madrid despertar.

Anónimo dijo...

Eres un puto loser y espero que te mueras !!!