Confesiones de un tahúr profesional, viejo y cansado
Los amigos no me llaman hace tiempo.
Ni para alguna partidita ya amañada.
Parece que ya no hay primos en el mundo.
Paso las tardes sólo. Oigo pisadas
que nunca se detienen en mi puerta.
Donde me ve, yo fui... A qué contarle.
Pero las cosas pasan. Tuve amores.
Y una mujer me hirió. ¿O es tan sólo
lo que yo hubiera querido que pasara?
No son mis manos las de antes. Pero aún
le ganaría dándole alguna mano de ventaja.
No me quejo de nada. Nada espero.
Al baño voy con regularidad.
Como de todo. Dormir... como los viejos:
Poco y a sobresaltos. Ya se sabe.
De vez en cuando salgo.
Me tomo algún vinito.
Y espero esa partida.
La que estuve
esperando.
Siempre.
Siempre.
8 comentarios:
Caray, Señor Rodolfo...está usted inspirado hoy eh? Casi no me dio tiempo a acabar de leer "Las mañanitas de Madrid" y ya veo este MAGISTRAL poema..de verdad! Que frescura! (aunque el prota esté entrado en años..)Pues sí parece que hay miedo al futuro...¡pero si eres un chaval, coño!.
Me ha gustado mucho, aunque yo de poesía no sé nada. ¿Qué es poesía? Poesía eres tú :D
Si quieres te llamo para una partidita :D
Me ha gustado mucho :D
No se preocupe, viejo tahúr -que lleva tilde como yo, que soy búho-, llegará esa partidita y será la última: mientras usted aún confía en el color que guarda en su mano, una dama negra subirá la apuesta y usted echará el resto. La escalera gana. Da igual, usted ya no necesitará nada.
Magnífico poema para una mañana de primavera otoñal.
Há dias assim...mais melancólicos...mais solitários.
Como não poderia ser assim Ismael, com um este pai!
Obrigado aos dois.Pelos poemas, pela música, pela sensibilidade.
Um abraço desde Portugal.
Ana
Me gustaron tus versos, son tan autobiográficos como parecen? de tu poesía conozco la que se ha hecho canción en manos del Serrano, así que es exquisito descubrirte ( descubrirte sin musica de fondo) Me disculpo si he estado algo ingrato en tu blog, pero entre el trabajo y lo enferma que estoy, no alcanzo... te leo, pero no siempre te dejo un saludo... Abrazos desde un contaminado Santiago de Chile.
muy bueno, Rodolfo.
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