De nuevo la muerte en el mar. Titula El País: "La peor tragedia de la inmigración a España". Y habla de tres muertos y medio centenar de desaparecidos ante las costas de Tenerife. Son cifras a las que ya nos acostumbramos, cifras que no dicen nada. tal vez esa mirada perdida que puede apreciarse en la fotografía que acompaña la noticia, sea lo único que humaniza la información. Esa mirada triste, de dolor.
No hay remedio para el hambre, para la miseria, para ese sueño imposible de encontrar el mundo prometido. Una ola de tres metros volcó el cayuco sobrecargado ante los buques de salvamento. Nada tiene sentido. Si Dios existe, se trata de un dios cruel y sin piedad, un dios que juega con sus hijos como jugaba Neptuno con Ulises.
Mañana, a lo mejor, a alguno de los 36 supervivientes podremos verlos vendiendo películas y canciones piratas, explotados por las verdaderas mafias y perseguidos por la policía. O con la navaja de la desesperación en la mano intentado quitarle a cualquiera unas monedas para sobrevivir.
lo vamos asumiendo como un hecho normal. Los naufragios, la muerte son sólo titulares en los periódicos. Tal vez nos arranquen unas frases de condolencia. Un "pobre gente", como mucho. O un peor "nadie les ha llamado. Terrible amnesia. Lo decía Ismael Serrano en aquella Dulce Memoria:
Ríos de humanidad huyendo
del frío y del hambre
sueñan con llegar muy lejos,
quizás solo hasta mañana.
Ya no recuerdas los trenes
que partían de aquí
cargados con tu esperanza
hacia la vieja Alemania.
Se rompen las cáscaras
de nuez contra tus costas.
6 comentarios:
una vez, hace un año, en la costa del sur de Tenerife, donde se estiran hacia el cielo los hoteles más opulentos, pude ver la llegada de un cayuco. sobrecogedoras miradas. temblores bajo el sol y sus 40 grados y entre las vacaciones europeas.
a través de méxico, el cayuco se convierte en tren de mercancías. miles de migrantes viajan hacia estados unidos subidos a sus vagones, muchos no llegan. 'la ruta de la muerte', le llaman.
nos han acostumbrado a permanecer en calma ante esas imágenes en la sobremesa.
Os poemas de revolta repetem-se desde há muitos anos...
Desde quando os portugueses, espanhois, italianos partiam em busca de outras terras, em busca de um sonho.
Agora outros o procuram e o transformam, rapidamente,em pesadelo. Quanto poderá valer uma vida? Afinal a vida é sempre um risco, tanto maior quanto maior for a miséria humana que nela se esconde (ou se mostra).
As palavras serão sempre uma arma, que elas nunca se calem.
"Y el estrecho es un abismo
que salva a la vieja Europa
¿de qué? ya no recuerdas
pueblo emigrante enfermo de amnesia."
Parece que la vida de unos avale más que la do otros, nadie se inmuta ante 50 desaparecidos en la mar, nadie reconoce el derecho a una vida mejor, ni una lagrima por ellos. Hombres y mujeres que dejaron la tierra en la que nacieron para cruzar el mar hacia la vida.
Nos olvidamos de que también tuvimos que cruzar fronteras en otros tiempos...
Cada vez que leo llegaron tantos inmigrantes a las Costas Españolas y veo imagenes con miradas tristes,agotadas con miedos me pregunto,que mal debe estar esta gente en su tierra para arriesgar su vida de tal manera ??
Y como usted dice Rodolfo ,"lo vamos asumiendo como un hecho normal".
Que pena !!!
Parece que sólo nos queda que este tipo de situaciones no nos sean indiferentes, que las sigamos sintiendo y nos sigan doliendo. O "estaremos perdidos", que decía otra canción también se Ismael Serrano.
Acabo de descubrir este blog desde "Nunca lo fue", y me alegra que la gente tenga cosas importantes que decir. Respecto a este texto, lo de "nadie les ha llamado" me ha acojonado de verdad.
Me pareció muy interesante tu libro de "Toda España era una cárcel".
www.unabohemia.blogspot.es
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