martes, 2 de octubre de 2007

Tierra

No sé. No sé qué da leer las cosas que se están diciendo en torno a la propuesta de una consulta para el País Vasco. Ya he dicho otras veces que no creo en las patrias ni en las banderas. No me asusta la consulta. Me asusta la forma en que nos enfrentamos a ella. Hay una crispación que me desazona y me da miedo.

No comparto banderas ni patrias. O mejor dicho, comparto mi patria, la del hombre, y comparto con todos mi bandera del ser humano. Y trato e intento respetar la pasión que otros puedan sentir por su patria, por su bandera, por su lengua. Pero no entiendo lo excluyente, no entiendo a quienes se entierran en su patria o se envuelven en su bandera sin dar entrada a nadie más. No entiendo a quienes de su bandera hacen una cuestión de diferencia, un instrumento para marcar distancias y fronteras.

No sé siquiera si es necesario un referendum para saber que los vascos, los catalanes, los andaluces o los madrileños tienen sus propias peculiaridades, su propia cultura, sus propios sueños, su propia lengua, sus sentimientos hacia una tierra y un país. A peces pienso que no.

¿Necesita un vasco decir que ama a su tierra? ¿Necesita un vasco decir con un voto que tiene un cultura hermosa y diferente? No sé. Sólo puedo decir que me preocupa el uso político de algo que va con el ser humano y que debe de servir para unirnos, para acercarnos en la diversidad. Nunca para separarnos.

En fin, detecto una cierta melancolía en esta mañana. Que los dioses nos protejan de nuestros salvadores.

8 comentarios:

Margarida dijo...

Estoy de acuerdo contigo, Rodolfo. Pero he de decirte, que esa diversidad española se vio siempre, desde hace siglos, afectada y poco respetada por una especie de "imperialismo" castellano y Euskadi, como otras regiones, naciones...llamémosle como se quiera, sufrió severos castigos por ser simplemente, diferente. Ese arraigo tan exagerado que tienen (ya me gustaría a mi en Galicia la mitad...)nació por algo. Es dura la batalla que mantienen con "España", pero esa batalla, seguro, la inició el Estado español. Uno de los últimos y terribles ejemplos...Guernika...Un beso, maestro.

Anónimo dijo...

es curioso como a veces las diferencias, el no estar dentro de lo estipulado como "normal", sea lo que sea eso, provoca en muchos cierta sensación de angustia y sin embargo, en otras ocasiones es en la diferencia donde algunos se sienten a salvo...
Intento entender que todos necesitamos algo en lo que creer, formar parte de algo que nos de sentido...

LLevo semanas metiendome en su blog, me encantan todas las entradas y le puse como enlace en el mio, enhorabuena y un saludo.

txilibrin dijo...

Me pasa lo mismo. La patria de los hombres es la única que existe, no entiendo por qué tenemos que tener todo bien dividido, que unos puedan entrar, otros no, que unos se quieran excluir, no lo entiendo, ni aún habiendo vivido allí toda mi vida...

margarida, una corrección sino es molestia. Gernika en euskera se escribe así, y en castellano así Guernica.

Besos vascos

Margarida dijo...

Gracias Txilibrin!! . A esto en mi tierra se le llama bilingüismo armónico...y ahora se ha puesto de moda...

Rodolfo Serrano dijo...

Bea:
No dejas forma de enlazar con tu blog.
Me gustaría conocerlo. Yo, la verdad, es que buena parte de mi tiempo me la paso visitando otros blog. Siempre me enseñan cosas.

Anónimo dijo...

El tener una identidad colectiva, aparte de la indicidual, es una característica de los seres humanos; tan antigua como sus orígenes en tribus. Con las sociedades políticamente avanzadas, esas señas de identidad se suelen encontrar en un conjunto de caracteres comunes a un grupo de individuos (territorio, historia, cultura, lengua, religión, etc.). El derecho internacional lo reconoce con el nombre de "derecho de autodeterminación", con el que en el ámbito de la política se legitima un deseo de un grupo identitario de reclamar su independencia respecto a otro territorio (Estado). Y aunque sea difícil de aceptar en muchas democracias (incluso las occidentales; véase Kosovo o Bosnia-Herzegovina), ese sentimiento creciente dejará un nuevo mapa mundial más fragmentado que no por ello humanamente más dividido. La globalización de la economía y del orden mundial provoca un mayor reclamo de los derechos identitarios de pueblos que actualmente no son Estados pero que luchan por defender y mantener sus cualidades intrínsecas identitarias.
PD. Siento el rollo, cosas del insomnio.

síl dijo...

ya en el otro post me costaba soltar las palabras y hacerlo de forma entendible... cuando habláis de banderas siempre es para restar, para dividir, para separar... y no creo que tenga porqué ser así...

uno defiende una cultura, una identidad, una historia, una manera de vivir, de hacer, de sentir... y, por lo menos, para mí, es "en favor de..." y no "en contra de...", que creo que es lo que se suele caer a veces...
que los vascos, los catalanes, los gallegos pidamos la autodeterminación nada tiene que ver con que no queramos a nadie de otros lugares, ni que no queramos nada con los españoles, los franceses o los italianos.
No creéis que es posible tender a un mundo común, igual y humano, sin perder las identidades particulares? eso no nos enriquece más?
Lo ha expresado muy bien joaqui y no tengo más que añadir... además, en temas de sentimientos profundos resulta difícil debatir pero con respeto, comprensión y consideración todo es más fácil...

saludos

sproket99 dijo...

No entiendo a quienes de su bandera hacen una cuestión de diferencia...

No conozco ningún otro uso de las banderas que no se establecer diferencias y levantar muros con los demás...