miércoles, 23 de abril de 2008

Vejez

La mujer se mueve con torpeza. Apenas puede bajar de la pequeña plataforma donde están los asiento del autobús. Los viajeros se impacientan. El hombre, anciano como ella, se sitúa detrás para protegerla y la ayuda a bajar el escalón. Muy despacio avanzan hacia la puerta. La mujer se mueve con dificultad, agarrándose a las barras. Lentamente, tambaleándose, siempre con el apoyo del brazo de su compañero, desciende hasta el suelo de la dársena.

Se quedan un instante desconcertados. La gente pasa a su lado muy deprisa. Ellos, sin prisa, renqueando, echan a andar cogidos de la mano. Dicen algo que apenas se entiende entre el rumor de la estación del intercambiador.

No sé nada de ellos. Esta mañana, muy temprano, los he visto perdiéndose entre la multitud, cogidos de la mano, amparándose el uno en el otro. Dos viejecitos que, tal vez, fueran al médico, o a realizar cualquier desagradable o amable gestión en un Madrid inhóspito y primaveral.

Ha sido la única imagen que esta mañana vestía de humanidad el tráfico de hombres y mujeres que, presurosas, se movían por Moncloa. Y me ha parecido que en esas manos enlazadas se hacia Madrid ternura, cansancio compartido, el final de una vida juntos.

Yo me he ido hacia el metro. Hoy el vagón del tren me ha parecido más limpio, más luminoso. He tenido la tentación de no ir al trabajo. De salirme fuera y sentarme en algún banco a ver pasar la gente. Y, luego, dar un paseo por El Retiro, entrar en un café y leer algún verso de Jaime Gil de Biedma o de Manuel Machado. Y de llamar a casa para escuchar la voz de mi mujer. Hoy es un buen día.

34 comentarios:

SONIA FIDES dijo...

La gente que sabe ver, es un lujo, Rodolfo,porque convierte todo en tangible. Y eso eres tú un hombre que sabe ver.

Un abrazo súper.

Margarida dijo...

Buenos días Maestro...te veo un poco nostálgico. Que aún eres un chaval, coño!. Otra cosa es que no te apetezca currar. Tampoco a mí, y podría ser tu hija. Si quieres, te hago un hueco en la huerta y me ayudas a desherbar y esas cosas mientras los petirrojos dan el do de pecho. Un placer reenganchar. Lo juro.

Esther dijo...

Que hermosa pincelada, Rodolfo...
Es cierto que a veces un instante, una imagen, se hacen bocadito de ternura. Y la realidad se vuelve literatura, la luz de la ciudad cambia, y tienes la tentación de escapar y saborear esa oportunidad de vivir en un cuadro por un rato, de ser parte de un poema durante unas horas o al menos, unos minutos.

Es una de las cosas que echo de menos de la ciudad. Madrid siempre me ha dado alguno de esos momentos mágicos de observar, de ser espectador y sentirme invisible...
Feliz día!!!

Gracias por el regalo, por compartir.

Un abrazo

CARMEN dijo...

Creo que de las cosas más bonitas de esta vida, es poder llegar a la vejez cogido de la mano de tu pareja, sorteando juntos todas las dificultades que puedas encontrar en el camino.
Pero no siempre es asi, y la vejez se hace más triste cuando uno no tiene en quien apoyarse.
Siempre es un placer leerte.
Un abrazo.

CarmenS dijo...

Seguramente les hubiera gustado a esos dos señores saber que alguien les había contemplado con ternura y comprensión. Porque la mayoría de las veces pasamos a su lado sin reparar en ellos, sin ayudarlos, sin echarles una mano al brazo para que se sientan un pelín seguros.
Sí, deberías haberte ido al Retiro. O a pasear entre los puestos de libros de Moyano. Aún estás a tiempo
Un beso fuerte

Marta dijo...

RODOLFO
"Hoy puede ser un gran dia, planteatelo asi, aprovecharlo o que pase de largo depende en parte de ti"...son los versos de mi amado Serrat los que me han venido a la cabeza al leerte.
Y me quedo con esa imagen tan bien retratada por ti,de unas viejas manos, ya cansadas y arrugas pero que aun mantienen la fuerza del amor para entrelazarse, que delicia.

petonicos, per tu, sempre.

En El Corazón del Bosque dijo...

Hola Rodolfo:

No he tenido ésta mañana una visión tan hermosa, aún así, comparto contigo ese optimismo. También hoy el contorno de Madrid, a pesar del atasco de entrada a Pozuelo, me ha parecido más limpio que otros días. Creo que es la primavera, que humaniza la ciudad.

Un beso

oskar dijo...

Cada vez que bajo a Madrid hay algo especial que me embarga, creo que tienen mucha culpa textos como este o como aquella canción de Ismael "Camino del trabajo, en el metro, aburrido vigilo las caras de los viajeros,compañeros en la rutina y en los bostezos."

La vida de una ciudad está en sus historias cotidianas, muchas gracias por contárnoslas.

Felipe dijo...

NO SE NADA DE ELLOS.
Creo que hoy si sabes algo de ellos, de su ternura, de su fragilidad, de su vejez, de su amor.
Vida dentro de la vida de este Madrid, que a pesar de los gratos momentos que da una gran ciudad como esta, a m� particularmente me empieza a agobiar.
Yo tampoco tengo ganas de ir hoy a trabajar...
Un saludo

L. dijo...

¡qué bonito!
claro, porqué es Sant Jordi!! Qué bonito relato para celebrar este día! Mezclar el amor con la belleza de la literatura.
Una rosa roja para todos y feliz primavera!

yo mismo dijo...

¿acaso tendrá que ver que hoy es el día del libro? respiro impaciencia. esta tarde me apetece ir a madrid a buscar entre libros viejos algo que llevarme a la mente, me apetece perderme y buscar y observar... no sé.

madrid inhóspito y primaverla. bullicio. gente que va y que viene. justo ahora estoy leyendo "los no lugares" de marc augé, lugares por los que pasamos, una mirada y jamás vuelves a verle, sin nombres, sin vidas detrás de esas caras veloces... la ciudad.

qué oportuno es siempre venir aquí y leerte.

MaríaGabriela dijo...

Esta selva de cemento noa ha vuelto tan invisibles que sólo logramos ver hasta nuestro ombligo.

A sacudirse entonces y percibir lo que siempre ha estado allí.

Comparto la idea de huir del trabajo y sentarse a ver la vida pasar.


U abrazo!

Anónimo dijo...

Se necesita ser una persona muy sensible para que las manos entrelazadas de una pareja de viejos, le dé para escribir un texto tan bonito y sobre todo para que le produzca ese estado de ánimo...Por cierto es el mismo estado de ánimo que me produce a mí pasarme por aquí.

Me ha gustado mucho eso de"llamar a mi mujer para escuchar su voz".¡Con qué poco somos felices!,¿verdad?

Feliz día del libro,Rodolfo y felicite de mi parte a su mujer porque creo que tiene un compañero estupendo con el qe ir de la mano.

L. dijo...

Vaya, Rodolfo Serrano, no me dé estos sustos que me he puesto hasta colorada al ver su nombre!
El gobierno disuelve al pueblo utilizando los medios de comunicación, es la forma occidental de hacerlo, los utiliza como a pamfletos del sistema y no da más espacio a los que no le interesan. Por eso el pueblo siempre vota en masa a los mismos, a los que el sistema quiere. Es una forma pacífica de disolvernos, y muy eficiente.
Gracias por su visita!!!

carmen dijo...

Que lindas imégenes.... pues me ha contagiado y hoy me escapo del trabajo a caminar por mi ciudad con una sonrisa producto de leer este texto... :)

olga 73 dijo...

Hoy te has reconciliado con Madrid a primera hora, jaja.
También me ha encantado que te acordaras de tu mujer después de tanto como debeis llevar recorrido.
A ver si saco un huequito para ver la vida pasar desde un banco.... Planazo!. Besos. OLGA.

síl dijo...

Será que es Sant Jordi y que debería ser fiesta pero yo también tenía ganas de no ir a trabajar e irme a leer a un parque...
Ojalá mañana sea tan buen día como hoy, Rodolfo!

Un abrazo, una rosa y un libro para vos.

Anónimo dijo...

Este é um quadro de verdadeira ternura. Daqueles que nos marcam, talvez por serem tão raros.
Um abraço e que venham muitos dias de Primavera. Ana

Иú®iĂ dijo...

que bonito entre tanta gente, el caos de la ciudad, las prisas...y ahí, en medio de la multitud una pareja de ancianos cogidos de la mano camino del médico o simplemente yendo a dar un paseo....
como un espectador ves dos mundos en uno: la paz,la clama, y la locura del corre al trabajo, es estrés, el agobio... y la imagen de dos personas toda una vida juntas...

waw!

Anónimo dijo...

Querido Rodolfo:

Qué lindo poder observar las bellezas cotidianas, que a veces por dejarnos llevar por la vorágine no las vemos...


como siempre tus palabras son alimento para mi alma...


un abrazo para ti y para tu compañera....


vero

Eva Galve dijo...

Me ha emocionado el texto. Con los ojos llorosos no sé cómo quedará esto. Humanidad es lo que nos hace falta a todos y tiene gracia porque somos humanos.
Me alegro de que sea un buen día. Aquí de fiesta por ser San Jorge pero hasta arriba de trabajos.

En fin, un saludo.

Arcángel Mirón dijo...

Te recomiendo la novela "Elena sabe", de Claudia Piñeiro, Editorial Alfaguara.
Ojo, no es un libro para días sensibles.

Un abrazo.

almayciudad dijo...

Precioso texto Rodolfo, y preciosa la enfermedad de la nostalgia.

Anónimo dijo...

Hola! Soy Neus y esta es la primera vez que me decido a escribir, aunque llevo unos meses leyéndote.
Mi gran sincera enhorabuena, Rodolfo! Me ilusionas con tus historias, con tu gran facilidad de palabra y sentimiento. Mil gracias.
La historia de hoy me recuerda una vez que cogí el bus de camino a mi pueblo (soy de un pueblo pequeño, al lado de Banyoles). Había una pareja, ya mayor, sentados delante de mi. Se miraban sin decir nada. La anciana le faltaban los cuatro dedos de la mano y su acompañante se las cubría con las suyas como si fuesen de vidrio. Se respiraba tanto cariño y tanto amor. Y me viene en la memoria un poema del autor catalán Josep Carner: "La poma escollida"... Los recuerdo de vez en cuando, no sé quien eran, pero ese día me pareció que bajaron ángeles!!
Sólo quería compartir una pequeña historia más de un día cualquiera en un autobús!

Un beso

Laksmi dijo...

¡Qué relato más bonito para ir cerrando el día de Sant Jordi!
Gracias Rodolfo....

Un beso y hasta pronto!

Azul dijo...

Hace ya algún tiempo, leí un artículo de Perez Reverte... se titula el ultimo ojal... y habla de una pareja mayor en la playa... cuando la leí se me saltaron las lágrimas...

Sin duda hoy si es un buen día...solo depende de hacia donde miremos...

Un abrazo

Anónimo dijo...

Buenas noches Rodolfo:

Que frases tan enormes pones. Me he sentido identificado porque yo, en un pueblo de Barcelona, ciertos días veo pasar a una pareja de ancianos, siempre cogidos cariñosamente de la mano y felizmente andando.

Cuando más se les ve es en primavera, así que, en mi pueblo, forman parte de los caprichos de esta estación, es decir, forman parte de los colores, de las flores, de las alergias,... y es que eso es lo que tienen ellos, una alergia de amor y respeto desde que se conocieron.

Y siempre me digo: ojala yo, con su edad, sea como ellos. Pues eso es lo único que nos quedará cuando seamos mayores: la compañia.

Saludos desde Cerdanyola del Vallés.

Marga dijo...

Gracias por compartir con nosotros ese momento tan bello, son esos instantes los que nos iluminan la vida.
Un beso

Anónimo dijo...

Que bonito.
Los pequeños detalles son los que alegran el día y la vida :)

Saludos.

Andante dijo...

Pocas personas se paran a contemplar, hoy en día, a sus semejantes. Menos aún, si son ¿mayores?.
Y yo creo que es a ellos, a quienes tenemos que mirar.Por que la experiencia viene de su mano.
Momentos como estos, son los que hacen que nuestro tiempo se alargue, y no nos lo quiten los hombres de negro.
Compartir estos momentos es lo que hace, que un instante de ayer, retorne, y vuelva a ser vivido.
Gracias por compartirlo.
Un saludo, siempre solidario.

Lunazul dijo...

Se me cristaliza la mirada cuando compartes cosas así...

Gracias :)

piedra_de_sol dijo...

Casualidades de la vida... hoy mismo disfrutaba yo de otra vejez con transporte urbano de por medio... dan gusto los días cualquiera si entre escombros florecen margaritas y amapolas... y tenemos un instante para disfrutar de delicias así.

Besos y música,
Jara

Anónimo dijo...

Joder, Rodolfo, tienes una facilidad para hablar de la gente anónima que me emociona.
De todos modos, quizá fue la escena más transparente que viste, es posible que las otras personas que corriesen de un lado a otro fueran más opacas, y quién sabe si estaban acojonados porque era su primer día de trabajo, o si les acababa de dejar la novia. Vamos, que la procesión va siempre por dentro.
Y yo también he tenido la tentación muchas veces de no subir al trabajo o a clase y quedarme leyendo al sol a Jaime Gil de Biedma (¡ay, mi Jaime!).

Un saludo grande.

www.unabohemia.blogspot.es

Mar y Sol(a veces tenue y otras no) dijo...

Cuando las palabras por usted escritas mueven y conmueven no queda más que decir gracias y también ha sido un buen día para mi.
Un abrazo