Son amargos los días en estos años fríos.
cuando el dolor se hace cotidiano.
Y cuando no se sabe
donde empieza la vida y donde muere
el corazón del hombre.
No está el horno ahora para versos
delicados y suaves
-incluso diría Una Bohemia ni para versos cursis-.
Así que en esta tarde, con trallazos de sombra,
cuando todo parece haberse conjurado
contra nosotros mismos
prefiero detenerme ante tu pecho abierto,
mirarte lentamente,
y decirte que hoy
el amor es saber que no somos los únicos
y que entre nuestros brazos cabe la ternura
de hombres y mujeres que sueñan otro mundo.
Que en ti, me siento ellos. Y soy un pedacito
del hueco de tus manos. Esas donde dormir
para que nunca
me encuentre la tristeza.
Hoy te quiero, mi vida, en mitad de la calle.
17 comentarios:
Bueno, pués vaya honor, el abrir hoy los comentarios a las palabras que nos tienes tan acostumbrados, para hacer que nuestro día a día, se haga más amable, y que aunque el invierno, la gripe y el momento....nos muestren sus dientes afilados, con tu sonrisa hecha música en tus palabras nos haces que nos reconfortemos y veamos los rayos de sol que tan negras nubes impiden casi su paso. Abrazos fuertes.
Lo que pasa afuera que quede ahí lejos mientras compartimos ese sentimiento que nos hace eternos viajeros del pais del corazón.
Te dejo un beso Rodolfo y gracias por ser tan romántico en medio de tanto maltrato social.
Precioso poema, para tiempos tan difíciles.
Un abrazo.
"... y por tu rostro sincero
y tu paso vagabundo
y tu llanto por el mundo
porque sos pueblo te quiero..."
Quisiera ahora poder explicarle lo fantástica que me ha parecido su poesía, tan propia y tan de todos. Pero en el temor de no poder hacerlo con justeza, me quedaré aquí unos segundos más, inmóvil, "sin mover tanto las manos", pero sólo lo suficiente.
Gracias, don Rodolfo.
Un gran abrazo.
"el amor es saber que no somos los únicos
y que entre nuestros brazos cabe la ternura
de hombres y mujeres que sueñan otro mundo."
Y porque yo tambien lo creo, gracias por los versos
un abrazo
may
Y seguiremos soñando con ese otro mundo posible... Y luchando día a día para alcanzarlo...
Porque sí, en el medio de la calle se renuevan las esperanzas y se tiene la certeza de que es posible un mundo mejor.
Gracias por este hermoso poema, me ha llevado de nuevo a la movilización realizada el día de ayer en Argentina, para que se aplique la ley de medios ya aprobada por el congreso (y tan necesaria frente al monopolio de los medios)...
"no está el horno para versos". Tal vez más que nunca.
Saludos.
El horno siempre esta para versos.... aún en estos tiempos tan difíciles... Gracias por tus palabras la verdad es que reconfortan....
Un saludo.
Es hermoso maestro Serrano, le quisiera pedir un favor, si me presta este poema porque este sábado hago un recital de poesía con música y quisiera leer el suyo, sería algo fantástico para mi y un orgullo, desde ya muchas gracias!! es hermoso!!!
Somos muchos los que ayer soñamos otro mundo, y los que nos quisimos un poco más codo con codo en la calle.
Precioso poema. Saludos.
Quizás ahora, más que nunca,
esté el horno para hacer versos
como aquellos que hizo Celaya
en su poema España en marcha
y a partir de ahora tomemos la calle
que ya es hora
de pasearnos a cuerpo
y mostrar que, pues vivimos, anunciamos algo nuevo: Así no.
Un abrazo.
Como siempre hermoso Rodolfo. Buena forma de reflejar la necesaria búsqueda de refugio en la tormenta del sistema, que se agolpa en lluvia y granizo sobre las plazas y las calles, donde se borran los reclamos pero queda la memoria de las luchas. Y como bien escribiste en el post anterior, el triunfo de la huelga es haber dado un grito de dignidad entre tanto silencio triunfal de la injusticia.
El último verso condensa todo el espíritu del poema.
Un abrazo!
Me quito el sombrero
Ufff... supongo que como slogan para la huelga queda un poco largo, pero hubiera echado a la calle hasta a los contertulios que tanto la han criticado ¡Y no digamos a las contertulias!
Un poema exquisito, como siempre.
Un saludo.
q ternura.... me pregunto, quien inspira esas palabras?
¡Coño, Rodolfo, qué sorpresa encontrarme en tu poema! Aún tenemos algo pendiente, ¿eh?
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