Ni tú ni yo fuimos nunca como ellos.
Nuestras almas
sabían de los lunes,
del precio de la ira,
y de esa libertad que nunca conocimos.
Sabíamos de viejas dictaduras,
del silencio en la calle y en la cama
y de los besos sucios.
Y de las noches tristes, los domingos
sin cines, de las tardes
de fútbol como única esperanza.
Éramos los hijos
de la derrota. Condenados
de la derrota. Condenados
a la noche más triste. Niños pobres
sin panes. Mas teníamos
la calle para andar y la esperanza
de otro mundo que andaba
por esquinas, por plazas y por libros.
Nos amábamos
en sucios callejones, pero eran
los abrazos el ansía de sabernos
distintos a la noche
que todo lo envolvía y nos dejaba
el corazón abierto y tiritando.
Porque nosotros amor, teníamos el sueño.
La verdad en las manos.
Un horizonte rojo. El enemigo
perfectamente claro. Nada había
que pudiera romper el espinazo
de una vida clavada
en el vino del olvido y de la vida.
No fuimos como ellos. Y por eso
se me rompe el corazón cuando los miro,
cuando veo sus rostros
que pasan por mi lado, que comparten
el camino hacia casa,
cuando busco su mirada
y están tristes.
Y me muero por acercarme, por decirles
que vendrá la esperanza a emborracharnos,
que, más allá de amarguras y de miedos,
ellos son lo mejor del paraíso.
Aunque les roben todos los caminos,
y les rompan
la espalda, nunca podrán con ellos
mientras tengan las calles y las plazas
para matar a ese dios que les condenaal olvido de rosas y de estrellas.
***
17 comentarios:
Lejos pero presente en todo momento, me refugio en estas palabras tuyas que me hacen pensar, que no hace tanto de aquello. Un fuerte abrazo y gracias como siempre.
Antonio
Me gusta el poema de hoy, me quedo con la esperanza de que los jóvenes puedan y sepan encontrar ese otro mundo posible, más justo para todos.
Un abrazo, como siempre un placer leer tus poemas.
Me recuerda a "quien dijo que todo esta perdido, yo vengo a ofrecer mi corazon". Gracias Rodolfo por tus palabras.
En este desorden, en este caos, en este continuo naturalizar... es más complicado saberse con la verdad en las manos y el horizonte rojo... nos la hacen más difícil, pero a cada rato podemos, si agudizamos los sentidos y el alma, descubrir que el enemigo es este sistema y sus batallones los empresarios y políticos (esos que saben ´perfectamente cómo todo funciona, esos en los que cabe ni un poquito de culpa ni de responsabilidad social). Gracias por hacerme pensar, por acompañarme en este camino que estoy recorriendo en el descubrimiento de que esto que hasta hace poco tiempo pensé que era la forma lógica, normal, natural, de vivir... es la más lógica y natural injusticia... Un abrazo!
Grandes esperanzas las que nos traes a este lunes. Un placer leerte amigo, como siempre.
Buen poema, Rodolfo. Efectívamente esa esperanza ha de llegar para poner orden en las cosas.
Gracias Rodolfo, por recordarte de los jóvenes, por regalar la esperanza que hace tiempo q agoniza, abandonada, por tus palabras y tu memoria.
Podran robarnos muchas cosas, casi todas, pero no podran robarnos la palabra ni su música.
Un abrazo fuerte!!
Por algo la esperanza fue lo único que quedó dentro de la caja de Pandora, para que acompañara siempre a los hombres ante los males de este mundo...
Un saludo y que pases un buen lunes :)
Este poema es aliento, es esperanza. Gracias Rodolfo por estas letras que nos alejan del acantilado y nos acercan -como tú bien dices- a las fuentes de las plazas.
Salgamos a la búsqueda de esperanza, de futuro. Trabajemos la esperanza.
Salud!.
La esperanza, esa guía que, ojalá, siga marcándonos el camino.
Gracias por este poema, justo hpy, como tantas otras veces, dando de lleno en el corazón...
Abrazos.
carmen.-
Es cierto mientras tengamos plazas y calles tal vez queden sueños y esperanzas, y besos y abrazos
Porque queda todo por hacer, Rodolfo... aunque nos pongan fuegos y ríos y piedras por el camino...
Cuesta menos vivir estos días, sabiendo que se puede encontrar aún tu poesía. Que la puedo hacer mía.
Un abrazo!
Tenemos que seguir creyendo que otro mundo es posible... y como bien dijo Allende una vez, ser jóven y no ser revolucionario (a) es una contradicción hasta biológica.
Feliz semana
Nuestros jóvenes, desorientados algunos, desesperados muchos, son nuestro futuro, no podrán con ellos. No pueden poder!! El horizonte rojo es la única esperanza. Salud.
Hola Rodolfo, como fiel y diaria escucha de tu hijo Ismael. Tu entrada me hizo acordar a "Papá cuéntame otra vez" y si sirve de consuelo, algunos jóvenes, corresponde incluirme con mis casi 22 años, no nos sentimos ajenos a todas las ideas de libertad y justicia.
Del otro lado del hemisferio, sucede lo mismo.
Y he de decirte que en Uruguay, lamentablemente los que más luchamos por la verdad sobre los desaparecidos, son los familiares y somos los jóvenes. Que por supuesto no hay viejo facho que no nos critique por "no haber vivido esa época".
Tranquilo, que no todo está perdido, no todos los jóvenes somos indiferentes.
Abrazo fuerte.
Seguiremos luchando por otro mundo posible.
Abrazos desde Australia
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