viernes, 20 de abril de 2007

De fotos y premios

La foto, la verdad, era impactante. Salió en El País del jueves pasado. En la imagen se veía a Eduardo Zaplana (portavoz del PP) con Diego López Garrido (portavoz del PSOE), ambos riendo a carcajadas en actitud de complicidad. A mi lado, un hombre tomaba su vinito en la barra. Miró la foto con tristeza, tal vez. Tal vez con desconcierto. Dijo: "Ya ve, usted, hacen que los demás nos matemos con sus peleas, nos ponen de mala hostia con sus broncas... y ellos... ahí los tiene, tan divertidos. Son todos iguales".

A lo mejor no son todos iguales. Pero es cierto que cuesta entender esas risas, esa complicidad, cuando nos han traspasado la crispación, los malos modos, los insultos. No sé. Tampoco supe que decirle a aquel hombre.

Vivimos en un mundo raro. Una revista, que siempre se destacó por su lucha por las libertades, concede sus premios anuales. El premio de Cultura se lo da a Alaska, famosa intelectual que, sin duda, ha aportado a la canción las poesía más bellas y sentida ("bailando, me paso el día bailando...", por ejemplo).

Hay que confesar que en ocasiones quisiera uno quedarse bajo las mantas y no levantarse en todo el día. Son esos días grises en los que estás convencido de que el autobús llegará tarde, el metro tendrá avería y habrá una chica masticando chicle junto a tu oreja y haciendo pompas.

Luego resulta que no es tan así. Resulta que encuentras a una muchacha que lee a Machado. Resulta que te asomas a la ventana y ves subir por las paredes de la calle la sombra de un sol luminoso y limpio.
Resulta que a Tomás le han salido las anchoas mejor que nunca. Y uno mira al cielo y parece que el azul es más intenso.

Fotos y premios, entonces, importan un poco menos.

6 comentarios:

Antoine dijo...

Rodolfo, yo he hecho pasillos en el Congreso. Y ya sabes lo que eso significa, porque tú también los has hecho... Los periodistas nos refugiamos en los quicios de las puertas del Salón de los Pasos Perdidos y, desde la distancia, tratamos de escudriñar a nuestros bien pagados representantes cuando salen y entran del hemiciclo tras una votación...

Recuerdo que hace años era habitual ver salir a diputad@s de uno y otro bando juntos, sonriendo y distendidos. Y a mí eso, tras lo que había vivido en la Carrera, me tranquilizaba. Cuando estábamos en la Universidad y tocaba debatir en las clases de Opinión Pública, los de clase, los mismitos que habíamos tomado el primer café de la mañana con toda cordialidad, nos tirábamos a degüello minutos después... Y luego llegué al oficio y descubri que, mientras yo había ganado enemigos para siempre en esas clases, mis "defendidos" se ponían el disfraz y se lo quitaban con asombrosa facilidad...

La foto a la que aludes es la expresión de todo ello. Tanto o más chocante en los tiempos que corren de trincheras, a los que ya he aludido otras ocasiones. En lo que coincido contigo es en que la calle es mucho más sabia y real que todo eso. En que los verdaderos maestros no se refugian en la Carrera de San Jerónimo, sino en los bares, en las esquinas, en los autobuses, en las mercerías... Y también suscribo el hecho evidente de que la Prensa de hoy vive alejada un poco de todo ello...

A veces quiero pensar que en realidad, lo que ocurre en España, salvo todo lo marcado por la tragedia del 11-M, no difiere mucho de lo de otros países. El Gobierno trata de acentuar siempre su política social y la oposición porfía siempre por acentuar y encrespar la atmósfera política. Así de fácil... Al PP le salió bien hace 10 años y por eso lo repite de nuevo. Ni más ni menos...

Pero no me gusta acentuarme en estas cuestiones. Y sí poner la mirada en esa chica que lee Machado, en ese cielo azul que nos brinda una oportunidad de horas deliciosas, o en ese AVE que hoy por la tarde regresa desde Tarragona trayéndome lo mejor que me queda. Siempre, como diría Sabina, quedan cien motivos para que aquella otra melodía de Vonda Shepard, titulada "This is crazy now", no nos golpee machacona la conciencia...

P.D. Lo de las anchoas de Tomás empieza a ser ya casi como un mito del Madrid castizo y verdadero... ¿podrías dar la dirección de su "templo" y la "clave secreta" para que nos saque las anchoas mejores?
Si no la confiesas, siempre podremos decir que venimos de parte de Rod(g)olfo...

Rodolfo Serrano dijo...

Vale: Lo confieso. Las anchoas de Tomás están en la Calle Tabernillas, de Madrid, como en el número veintitantos. El bar se llama Tomás, claro, y sólo abre de 13,30 a 15,00 horas y eso los días que le apetece. Puedes decir que vas de mi parte y aunque somos amigos, no por eso te van a tratar mejor. Allá tú.

N. dijo...

Siempte hay algo que te salva de esta 'crispación'. Machado es una buena opción.

Anónimo dijo...

Menudos, los politicuchos. Siempre he pensado que, como dice la canción, "lo suyo es puro teatro". Porque flipo con lo que sueltan esas boquitas, que se les ve en los ojos que ni ellos se lo creen. Insultos de odiarse a muerte de mal actor de telenovela.
No me los creo, ni en las buenas ni en las malas.

ivan (paranoico) dijo...

Yo es que.. aunque creo que muchas de las "peleas" entre politicos son mas por interesese particulares que en beneficio de los supuestos "representados".. tambien creo que todos tenemos un amigo con el que nos hemos reido a carcajadas aunque hayamos tenido grandes diferencias de opinion en muchos temas importantes para nosotros... creo eso.. como creo que los politicos no representan a nadie. y si representan una de las obras de mas exito en taquilla

Lucia_del_Mar dijo...

Y yo q me quejo cuando en Chile, el premio nacional de artes y letras lo saca un escritor q solo su madre lo conoce...prefiero eso q Alaska, definitivamente!

en cuanto a las peleas y "reconciliaciones" de los politicos son eso..politicos, mitad mentira mitad verdad...y tb siento, como dice Ivan, quien de nosotros no ha discutido a muerte con una persona..y al dia siguiente borrón y cuenta nueva, creo q el error está en el resto de las personas (nosotros) q nos tomamos muy en serio lo de la politica y su entorno..y nos olvidamos q en la politica participan seres humanos y por tal seres imperfectos.